Por Bianile Rivas
La tuberculosis vuelve a encender las alarmas en el Centro Penitenciario de los Llanos Occidentales y en los Centros de Reclusión del Estado Portuguesa, entes que en su conjunto albergan una población carcelaria de 3 mil 419 reos.
Se conoció que en el CEPELLO el brote de esta enfermedad infecto contagiosa arropa a decenas de internos, y que cuya cifra podría aumentar por la ausencia de una política de prevención y control que ataque el mal en su origen.
El caso de Franxyer Sanabria, de 32 años, es emblemático. Su causa fue distribuida al Tribunal de Juicio 1 de la circunscripción judicial de Guanare sin que, en el lapso de sus cuatro años de detenido, se le haya aperturado el proceso. Ante el diagnostico de tuberculosis logro arresto domiciliario, pero un cambio en la titularidad del despacho hizo que se ordenara su reingreso al CEPELLO, no habiéndose cumplido la valoración forense. Allí pasa su enfermedad con riesgo de contagiar a sus compañeros.
Por su parte, a José Torres, de 26 años y con dos años tras las rejas con causa por robo agravado en el Tribunal de Juicio 2, se le detecto tuberculosis. Fue objeto de medida de arresto domiciliario en cumplimiento de tratamiento, pero reingreso por homicidio sin haberse curado de la enfermedad.
También a Argenis Bastidas, de 30 años, se le detecto tuberculosis. Fue enviado a su casa por orden del Tribunal de Juicio 2, a causa decaimiento del proceso, logrando medida cautelar que lo mantiene en su domicilio en tratamiento médico.
En el centro de detención de la Comandancia General de Policía, con sede en Guanare, también se cuenta la historia de Johnny Castillo. Recluido desde hace tres años, sin juicio, y ahora con tuberculosis avanzada contraída en el recinto, sin que se considere su caso como prioritario.
Los familiares de los privados de libertad afectados por tuberculosis llaman la atención de la Defensoría del Pueblo para que se avoque a una investigación, en estos casos, por violación de derechos humanos e inste al Ministerio de Salud a prevenir lo que pudiera ser un foco de contagio peligroso para la población carcelaria, sus familias y custodios.
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