Caracas.- Las asambleas de ciudadanos regresan… o se reactivan. Se convierten en las primeras acciones de un inicio de año muy movido para la oposición venezolana, de cara a ejercer mayor presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
Muchos cuestionan esta herramienta; sin embargo, la dirigencia opositora le sigue apostando a este tipo de encuentros ciudadanos. Hace un año, de hecho, después de varias asambleas que se hicieron los primeros días de enero, se llegó al 23 de enero, fecha para la que articuló el apoyo que había recibido Juan Guaidó cuando asumió la presidencia encargada luego de que la Asamblea desconociera a Nicolás Maduro como presidente.
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No solo hay una “carga simbólica” en estas herramientas, sino que también sirven para que los ciudadanos ejerzan contraloría social sobre sus dirigentes, electos o no.
Tras los hechos irregulares del 5 de enero y la violencia del 7 de enero, Guaidó anunció las primeras acciones, tanto internas como a nivel de su gobierno. Todas enfocadas, según dijo, a mantener y aumentar la presión contra Maduro.
Las internas comienzan, como dijimos, con las asambleas de ciudadanos y un “gran cabildo” este sábado 11 de enero en Caracas.
Este jueves 9 iniciaron, al menos en la capital, con una en la urbanización Los Ruices y otra en la urbanización Cumbres de Curumo. No fueron masivas. Al menos no la de Los Ruices, donde los asistentes tuvieron que lidiar con la lluvia, que, aunque incipiente, logró que algunos desertaran de la actividad.
Los diputados Manuela Bolívar y Ángel Alvarado fueron los encargados de llevar las riendas. Los ciudadanos les preguntaban y ellos respondían. Política y economía y claro, sobre el futuro y qué esperar, fue el menú de una actividad que duró casi dos horas.
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Aseyda Márquez fue una de las asistentes. Es vecina de la zona y se confiesa opositora “desde siempre”. Aseyda asegura que no ha dejado de apoyar a la dirigencia que se opone a Maduro pero que ciertamente, lo ocurrido recientemente la habría motivado más.
Braulio García también acudió al llamado. Aunque manifiesta su apoyo a los opositores, considera que debe haber algo más. “La estrategia no pueden ser solo asambleas”, dice.
Roberta Linares se acercó al ver al grupo reunido. No estaba enterada de la actividad. Dice no apoyar al gobierno de Maduro, pero se siente descontenta con la oposición. Aún así, se quedó y escuchó el intercambio hasta el final.
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El cómo se comunican las actividades de la oposición sigue siendo una tarea pendiente para la dirigencia de esta. Por lo pronto, estas asambleas les permiten a los diputados más contacto con sus seguidores. La otra tarea pendiente es volver a conectar con ellos y lograr movilizarlos con estrategias que, aunque no son novedosas, les han funcionado en otros tiempos.
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