Caracas.- La foto de un niño larense de ocho años con un cartel en las manos que clama por el regreso de sus padres migrantes se volvió viral durante la concentración de María Corina Machado, en la ciudad de Carora del estado Lara.
“Sentí nostalgia al ver a mi hijo con lo que escribió”, confiesa a El Pitazo la migrante Diana Ocanto, quien desde hace dos años se encuentra en Chile intentando levantar a sus tres hijos desde la distancia.
La pancarta amarilla de su hijo compartía un mensaje claro: “¡Para que mis padres regresen!”. La oración fue compartida junto a un dibujo de la bandera de Venezuela.
Ocanto, quien trabaja como ayudante de cocina en un restaurant del Chile, recuerda que ese día le pidió a sus hijos que se bañaran, alistaran y asistiesen a la concentración de la líder de la tolda azul. “Como lo hubiese hecho su mamá porque eso es lo que siempre hacía en Venezuela”, señala.
Esta larense se define como una opositora que siempre participó en las concentraciones para rechazar las políticas gubernamentales y clamar por un cambio.
“Me negué rotundamente a migrar del país porque significaba dejar a mis hijos solos pero tocó”, reconoce con dolor al recordar su situación hace seis años atrás.
Ocanto reconoce que a su hijo Luis es a quien más le ha costado estar tan lejos de sus padres, algo que nota en sus actividades académicas, las cuales se le dificulta.
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“A veces tengo que hacerle videollamadas para explicarle las tablas de multiplicación y tantas cosas que se le hacen difícil a los niños”, señala con tristeza y resignación.
Ocanto reconoce que no hay nada como una madre porque tiene más paciencia, que tiene mayor capacidad de entendimiento y conoce cómo llegar hacía su hijo.
“No es fácil estar lejos de tus hijos sabiendo que te necesitan”, aseveró Ocanto. A esta madre venezolana también le toca atender los resfriados y gripes de sus hijos a través de una pantalla y con llamadas desde la madrugada.
“Se me han enfermado los tres en un mismo día”, señaló la migrante.
Ocanto también se enfrenta al hecho de mantener dos casas: en la que reside en Chile y la casa donde están sus tres hijos, de 8, 15 y 17 años.
Esta migrante narra que entre tantos gastos se pone cuesta arriba el hecho de reunir, lo que era su meta puesto que su intención es volver a Venezuela.
“Son tantas cosas que a uno como venezolano le ha tocado vivir”, dice la madre venezolana mientras recuerda que su hermano tiene siete años en Perú lejos de sus hijos.
Un hijo famoso
“Él no sabía que iba a ser tan viral tan ese cartel”, señala Ocanto. Además, recuerda que Luis quedó un poco decepcionado porque todo fue tan rápido que no tuvo la oportunidad de acercarse hasta María Corina Machado.
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Pero tras ver el gran revuelo que ha causado su foto con el cartel, se siente un niño famoso porque sus hermanas le muestran sus vídeos y fotografías.
“Mamá, dicen que tiene 5.000 me gustas”, señala la madre de este pequeño larense de ocho años.
“Estoy orgullosa de que mis hijos hayan salido ese día porque yo le dije: ‘Salgan como lo haría yo para luchar por la libertad de nuestro país’”, señala con lágrimas en los ojos mientras recuerda la satisfacción de que estás haciendo lo correcto.
Migración
Ocanto cuenta que el primero en emigrar fue su esposo en el 2018 pero tres años después decidió regresar a Venezuela para intentar levantar un pequeño abasto.
“Fue imposible porque la situación se comió todo lo que mi esposo había reunido. Intentamos vender aquí y vender allá, hacer cualquier cosa para mantenernos pero no pudimos”, admite.
El pareja de Ocanto buscó soluciones para sacar a su familia adelante, como cruzar la selva del Darién y estar dos meses en México, pero no pudo llegar a Estados Unidos porque siempre que cursaba la frontera lo detenían y devolvían.
Recuerda que tras este intento fallido se vieron en la obligación de vender su carro. “Esa fue nuestra última Navidad en Venezuela en el 2022”, recuerda esta madre migrante.
La difícil situación que atravesaban los llevó a migrar a Chile, donde su esposo tenía los papeles en regla para poder trabajar.
“Estamos en Chile trabajando fuertemente que no es fácil porque traes el sentimiento de no poder estar con tus hijos”, reconoce Ocanto a 4.707 kilómetros de distancia.
A esta migrante larense le ha tocado vivir la graduación de su hija mayor a través de las distancia, una de las situaciones que más lamenta.
“Mi próxima hija se gradúa de bachiller el año que viene y no sé si voy a estar con ella. Ahorita en julio hacen la confirmación mis dos hijas y no voy a estar con ellas”, señala la madre migrante.
La líder de Vente Venezuela, María Corina Machado, también compartió está historia a través de sus redes sociales, donde reconoció que esta es la realidad de millones de familias venezolanas. Relatos que demuestran el sacrificio, resiliencia y amor.
“Ésta es la fuerza que nos une y levanta hoy; es por cada uno de nuestros niños, para que puedan reencontrarse con sus madres; por cada una de las madres, para que puedan tener a sus hijos de regreso en casa”, sentenció.
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