El extesorero de Venezuela Alejandro Andrade Cedeño declaró el lunes 28 de noviembre en el juicio que se lleva en los Estados Unidos contra Claudia Díaz Guillén, su sucesora y enfermera del presidente fallecido Hugo Chávez. Ella junto a su esposo, Adrián Velásquez Figueroa enfrentan cargos por sobornos más de $100 millones.
Andrade es es el testigo central del Departamento de Justicia en el caso de sobornos contra la extesorera nacional. En su comparecencia ante el tribunal federal de Fort Lauderdale, declaró que reclutó a Claudia Díaz en la presunta trama de corrupción cuando ella se convirtió en tesorera de Venezuela hace una década.
Lista de testigos en juicio contra extesorera de Chávez incluye a Alejandro Andrade
En ese sentido, según precisa una nota de El Nuevo Herald, Andrade declaró que su sucesora se enriqueció con una trama de sobornos.
“Hice acuerdos con ciertas personas para obtener beneficios y que me pagaran sobornos”, admitió Alejandro Andrade en el primer juicio federal por corrupción de su sucesora.
Añadió que amasó su fortuna aceptando enormes sobornos de empresarios con conexiones políticas a los que se les dio acceso para realizar lucrativas operaciones con divisas para el gobierno de Venezuela.
Díaz es la primera exfuncionaria venezolana que enfrenta cargos penales en Estados Unidos ante un jurado federal en el sur de la Florida. A ello le siguen una lista de funcionarios, empresarios y abogados que han optado por declararse culpables de cargos de lavado de dinero en EE. UU. para evitar largas sentencias de prisión que conllevan un máximo de 20 años.
Control total
El testimonio de Andrade también marcó la primera vez que se habla públicamente sobre su delincuencia internacional, que se construyó sobre los ingresos petroleros de Venezuela mientras el país sufría un colapso económico. «En el estrado, Andrade detalló cómo el expresidente Hugo Chávez le dio el control total del tesoro nacional en 2007″.
Andrade, quien se hizo cercano a Chávez por sus antecedentes militares, explicó cómo cultivó relaciones lucrativas con empresarios con casas de corretaje que cambiaban bolívares por dólares para abastecer al gobierno venezolano con abundante moneda nacional.
Añadió que les permitía negociar con el margen existente entre las bolsas controladas por el gobierno y las de mercado abierto para obtener cientos de millones de dólares de beneficios y pagarle sobornos.
Con información de El Nuevo Herald