Caracas.- Como un proceso complicado que amerita de conocimiento, experiencia, buenas comunicaciones y progresividad resumió José María de Viana, ingeniero y expresidente de Hidrocapital, los ingredientes que llevarían a superar el apagón que lleva más de 72 horas y que afecta al menos a 16 de los 23 estados que conforman la extensión territorial venezolana.
-¿Qué pasó el 7 de marzo, a las 4:50 pm, en el sistema eléctrico?
-Ocurrió una falla en el sistema de transmisión, específicamente en las líneas de 765 de alta tensión, las cuales son líneas que llevan energía al centro del país. En el país tenemos tres líneas, dos de ellas fallaron y cuando fallaron hubo un proceso en cadena, casi como un derribe de cartas de dominó que produjo un apagón nacional en 22 estados en un primer momento.
-¿Cómo llegó Venezuela a este megaapagón? ¿Fue una crónica anunciada?
-El país tiene la mitad de la capacidad de su generación térmica y además está distribuida por todo el país. De hecho, Caracas no debería estar pasando por esto, pues pertenece a una de las regiones que tiene una de las más grandes (generación termoeléctrica): el Tuy Medio, Vargas y Guarenas.
Sin embargo, la realidad es otra porque desde 2002 Hugo Chávez decidió sustituir militares por civiles con conocimiento y se le sumó en todos estos años el factor de la corrupción, un cóctel que hizo que esta capacidad adicional se encuentre fuera de servicio y, por ende, no pueda arrancar.
Si tuviéramos la capacidad térmica activa, ante una falla del sistema interconectado, ella permitiría afrontar la situación y el país no se quedaría a oscuras. Para muchos, como yo, esta catástrofe es absolutamente incomprensible, porque somos un país que tiene 20.000 megavatios de potencia instalada.
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Un equipo con conocimiento en el tema ¿en cuánto tiempo podría reactivar el sistema?
-En una situación de emergencia como la actual, el paso a seguir que tendría que hacer un equipo especialista es interconectar a los países que han pasado por la misma situación y crear un foro técnico para ver el problema in situ; de esta forma se procedería a comprenderlo y se procedería a hacer un levante.
Esta es una falla que en cualquier país se levanta entre cinco y seis horas.
-¿Qué no ha hecho Corpoelec hasta el momento?
-Los trabajadores de Corpoelec han tratado de arrancar el sistema, al menos, unas cuatro veces hasta el mediodía de este 10 de marzo, pero no han podido porque no han sabido sincronizar el consumo con la generación.
Hay que decir que es un proceso complicado, que amerita de conocimiento, experiencia, buenas comunicaciones y progresividad, pero esa ha sido la mayor falla: si se produce menos energía de la que se pone a consumir se cae, y eso es lo que ha pasado en las últimos tres días.
-¿Cómo se desmiente la versión de hackeo y ataque cibernético al sistema eléctrico, anunciado por el gobierno?
-Es fácil. Los equipos que están en juego son plataformas de tecnología antigua. En 2002, a mando del sistema pusieron un general y con él se instauró una especie de gomecismo que no cree en nuevas tecnologías. En otros países, efectivamente, los sistemas eléctricos son digitales, absolutamente inteligentes, capaces de prevenir los hechos antes de que ocurran.
Pese a esta realidad que se ve muy de siglo XXI, en Venezuela tenemos algo analógico que no tiene telegobierno, forma de manejarse.
-¿Cómo ve el panorama si los encargados de reanimar el sistema eléctrico siguen fallando?
-En estas últimas horas hemos identificado que la gente que tenía alimento en sus casas lo está perdiendo, que las principales ciudades no tienen agua porque están paralizados los sistemas de producción. Caracas está desolada porque el Metro está detenido, hay escasa distribución de gasolina a nivel nacional y esto conforma un cuadro muy delicado.
Eso quiere decir, sin ninguna duda, que luego de 72 horas sin servicio eléctrico, que ya ha generado protestas en casi todos los estados y también conatos de saqueo (al momento de la entrevista no se había reportado el caso de La Pirámide en Terreza del Club Hípico), en las próximas horas podría generar un estado de conmoción, peor al que ya se ha visto.
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