“Aquí está su Presidente, un servidor público”. La multitud aplaudió. A las 12:21 pm de este lunes 4 de marzo, el Presidente (E) Juan Guaidó llegó al Aeropuerto Internacional de Maiquetía. A la 1:15 pm estaba en la tarima instalada por la Asamblea Nacional en la Plaza Alfredo Sadel, en la avenida principal de Las Mercedes, lugar en el que fue convocada la sociedad civil para recibir al líder del parlamento venezolano luego de realizar una gira por la región.
“Vamos bien, porque vamos unidos. Vamos bien, porque vamos con todo”, aseguró. Siempre sonriendo. Luego de haberse reunido con los presidentes del continente, Juan Guaidó se admitió convencido de que la ruta para lograr el cambio político debe incluir unión, movilización y apoyo militar.
Aunque la hora pautada por los diputados fue las 11:00 am, la plaza se comenzó a llenar cerca del mediodía. Juan Andrés Mejía, parlamentario y compañero de Voluntad Popular del Presidente interino, pedía paciencia. “Ya viene Juan Guaidó, ¿ustedes están dispuestos a esperar con nosotros a que él llegue?”, la respuesta afirmativa fue eufórica. Igualmente, cuando alguno de los líderes preguntó: ¿Cómo vamos?, un joven gritó: “Del carajo”.
El calor comenzaba a hacer efecto. En media hora, el grupo de primeros auxilios debió atender a tres personas desmayadas. Algunos se sentaron en el piso; otros permanecían casi estoicos sin gorra ni sombrillas ni lentes de sol; una mujer se abanicaba enérgicamente; dos señoras peleaban porque una tomó demasiada agua y no tendrían para aguantar toda la jornada; un hombre se secaba el sudor de la frente sin mucho éxito; aun así, todos estaban dispuestos a esperar.
Ya viene Guaidó, insistió Juan Andrés Mejía.
Yanet Mejía, habitante de San Agustín, tiene fe en el líder de la Asamblea Nacional desde que asumió las competencias del Poder Ejecutivo el 23 de enero frente a una marcha multitudinaria. Confía en la sencillez de su palabra; por eso estaba dispuesta a esperarlo, aunque había mucha incertidumbre: “Si no llega hoy, bueno, llegará mañana y mañana lo esperamos, y si no, cuando sea necesario”. Manifestó que hay que tener paciencia y esperanza. “Esto no se solucionará de un día a otro”.
“Ya nuestro presidente Juan Guaidó está en territorio nacional. Ya pasó por inmigración como el Presidente de la República”, anunció el diputado Mejía. Los caraqueños aplaudieron durante casi un minuto. Una mujer comparó el evento con la llegada de los Back Street Boys al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.
La espera se caracterizó por la generación de teorías acerca de la llegada del líder respaldado por más de 50 países. Un grupo comenzó a discutir sobre la posibilidad de que lo detuvieran antes de llegar a Las Mercedes; un hombre aseguraba que los militares lo dejarían pasar porque están a favor del cambio y una mujer contó que probablemente llegó al Litoral Central del estado Vargas en lancha.
En la tarima, el diputado Gilbert Caro insistía en que no le tiene miedo al régimen, ni a Nicolás Maduro ni a sus allegados. “Ellos saben que están prontos a salir del poder”, aseveró.
Yonis García vive en Los Samanes, municipio Baruta, y asistió a la concentración porque considera que es un movimiento de lucha: “No creo que se resuelva hoy, pero genera emoción ver que el ánimo no se ha perdido. Yo creo que eso forma parte de nuestra cultura: no perder la esperanza nunca”. Considera que Juan Guaidó se ha convertido en un líder para los venezolanos, que representa a todos los sectores y grupos etarios y reconocido a nivel mundial.
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Desde el 23 de enero, muchas cosas han pasado: más de 50 países han desconocido a Nicolás Maduro como mandatario nacional; los gobiernos de Estados Unidos y Colombia organizaron con el liderazgo de Juan Guaidó la ayuda humanitaria, que luego fue quemada por efectivos de la Guardia Nacional cuando las gandolas pretendían cruzar la frontera; según Migración Colombia, cerca de 600 funcionarios de los organismos de seguridad del Estado ofrecieron su apoyo al Presidente interino; en Santa Elena de Uairén, frontera entre el estado Bolívar y Brasil, Romel Guzamana, diputado, denunció que 25 pemones habían sido asesinados durante los días 22 y 23 de febrero. Además, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social estima un promedio de 86 protestas diarias a nivel nacional desde el 21 de enero. Aun así, Yonis confía en que el cambio político está cerca.
Mencionaron a Juan Requesens y Leopoldo López, presos políticos, y recordaron a Juan Pablo Pernalete, joven asesinado durante las protestas antigubernamentales que se gestaron en 2017.
“Ya viene Guaidó”, prometió la diputada Delsa Solórzano, quien agradeció a los venezolanos por no rendirse. La multitud le respondió: “Guaidó, Guaidó, Guaidó, Guaidó”. Ella cuenta que ese grito lo escucharon los diputados en cada rincón del país que conocieron durante el viaje hacia el estado Táchira que emprendieron el 21 de febrero para ser testigos de la entrada de los insumos médicos y alimentos destinados a atender a 300.000 personas en situación de riesgo.
Cuando Juan Guaidó, a la 1:15 pm, por fin llegó a la tarima de la Alfredo Sadel, se escuchó un grito colectivo. Una mujer saltaba para poder verlo, insistió hasta que lo logró; le dijo a su acompañante: “Chama, sí llegó”.
“Aquí está su Presidente, un servidor público”, anunció para luego preguntar: “¿Existe un ápice de miedo?”, un hombre le responde: “Si hasta nos robaron el miedo, Guaidó”. El Presidente interino y líder del parlamento retó al Gobierno de Nicolás Maduro y aseguró que, pese a las amenazas, “aquí estoy”.
Luego de agradecer a los presidentes de la región que lo recibieron durante su gira, aseguró que la ruta a seguir para lograr lo que se ha convertido en un mantra —cese de usurpación, gobierno de transición y elecciones libres— debe incluir tres factores: unión, movilización y fuerza militar.
Lo primero es la unión de todos los actores políticos y gremios del país; luego, se debe continuar con la movilización y las acciones de calle y el último elemento, que Juan Guaidó espera sumar en los próximos días, es el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Con respecto a la gira, afirmó que muchos inversionistas extranjeros están interesados en colaborar con la reactivación de industria agropecuaria en Venezuela; además, habló del modelo rentista: “El juego cambió, la diplomacia venezolana ahora se basa en derechos humanos y en la gente, no en el petróleo”.
Para Guaidó, no habrá normalidad hasta que “recuperemos el abrazo en familia y tengamos a todos los que se fueron. Los extrañamos y necesitamos su talento aquí, en su país”.
Agradeció a Fabiana Rosales, su esposa, por acompañarlo y apoyarlo durante la gira y desde que asumió las competencias del Poder Ejecutivo. Muchos gritaron de forma imperativa “beso, beso, beso”. Guaidó se limitó a responder, sin perder la sonrisa: “Vamos a respetarnos”.
Los siguientes pasos son una reunión con los empleados públicos y sindicalistas este martes 5 de marzo para dar un anuncio “muy importante” al país y una movilización en todos los estados el sábado 9. “Vamos bien, porque vamos juntos. Y vamos con todo hasta lograr la libertad de Venezuela”.
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