Maturín.- Colapsado, así está el vertedero de Potrerito, ubicado en la zona oeste de Maturín. El basurero estuvo cuatro meses paralizado por falta de maquinaria pesada para aplastar los desechos que ingresan de nueve municipios del estado Monagas, lo que significa un promedio de 1.600 toneladas de basura al día.
Juan Álvarez clasifica basura en el lugar para luego vende el plástico. Explicó que los desechos se aprecian a dos kilómetros de la entrada del vertedero. Al menos 80 camiones de la Alcaldía de Maturín y otros 50 particulares entran y salen hasta tres veces en un día entre las 7:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde.
Álvarez indicó que las bolsas de desechos se aprecian a simple vista, porque adentro hay cerros que impiden el acceso de los volteos; cada uno de ellos deposita hasta cuatro toneladas de residuos en un viaje, que incluyen hasta los hospitalarios. «Esos los traen hasta en camiones de la alcaldía, pero después de las 4:00 de la tarde cuando aquí no queda nadie», denunció.
A simple vista, menciona, se pueden apreciar batas quirúrgicas, jeringas y algodones, entre otros. Pedro Pinto, obrero de la zona, mencionó que hace tres meses encontraron tres fetos en un envase plástico, provenientes de un laboratorio clínico en la capital monaguense. Considera que están en riesgo, pues al hurgar entre los desechos pudiesen pincharse con alguna inyectadora infectada.
«Aquí no ha venido el alcalde Wilfredo Ordaz para verificar qué es lo que está ocurriendo», sostuvo el empleado. Criticó la indolencia de la municipalidad para solventar las fallas en el vertedero, que no es la primera vez que colapsa. En abril de 2016, el entonces alcalde Warner Jiménez, advirtió a través de un informe en la Asamblea Nacional (AN) sobre el poco espacio y los focos de contaminación en este sitio; además, solicitó al Gobierno nacional encargarse de éste, pues la alcaldía no tenía recursos para administrarla.
Pinto mencionó que la mañana de este lunes 17 de octubre fue reactivada una máquina, pero no está 100 por ciento operativa, pues le faltan algunas piezas; hay otra parada desde hace ocho meses. Recordó que durante la gestión de Jiménez, en el exilio desde agosto de 2016, había una empresa que se encargaba de compactar los desechos y por eso había espacio para seguir depositando bolsas.
Marcos Hernández, obrero, dijo que están desprotegidos no solo por la falta de patrullaje, sino porque no les han hecho jornadas de salud. En lo que va de año el basurero no ha sido fumigado, algo que hasta el año pasado se mantuvo por lo menos cada tres meses. Mencionó que la cantidad de moscas es mayor, lo que afecta a los habitantes de poblaciones aledañas.
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