Caracas.- En 2014 el gobernante Nicolás Maduro acusó al general Ángel Vivas Perdomo de entrenar a los manifestantes, a través de videos difundidos en las redes, para que hicieran frente a los cuerpos policiales en las barricadas que se levantaron durante las protestas nacionales, conocidas como La Salida. Tras un largo y desgastante proceso judicial, el martes 10 de mayo de 2022 un tribunal militar lo sentenció a siete años y seis meses por el delito de instigación a la rebelión.
No es la primera condena que recibe el general Vivas Perdomo por su postura contra los gobiernos de Hugo Chávez y Maduro. El 28 de abril de 2010 fue enjuiciado, y el 1 de marzo de 2012 fue condenado por el Consejo de Guerra de Caracas a 4 meses y 15 días de arresto por insubordinación, desobediencia y falta al decoro militar. La causa se inició en el 2007, cuando solicitó al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la eliminación del uso en las Fuerzas Armadas del lema “¡Patria, Socialismo o Muerte. Venceremos!”, y propuso la consigna: “¡Muerte a la Tiranía! ¡Larga Vida. Libertad!”.
Desde ese momento, el mismo Vivas Perdomo se declaró un perseguido político, quizás el más antiguo del gobierno chavista-madurista, del que ha sido abiertamente crítico.
Formación militar y académica
Vivas Perdomo es tachirense y tiene hoy 65 años. Se graduó de subteniente en 1978 y como ingeniero civil en 1988. Además realizó estudios de planificación y organización de transportes en Londres, Inglaterra.
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En 1998, antes del gobierno de Hugo Chávez Frías, fue designado por la Organización de Estados Americanos (OEA) como comandante de la Misión Multinacional Marminca en Centroamérica, donde dirigió las operaciones antiminas, al mando de militares expertos en ingeniería de combate de Venezuela, Colombia, El Salvador, Brasil, Argentina y Estados Unidos.
Durante su trayectoria militar recibió 35 condecoraciones otorgadas por Venezuela, Nicaragua, Honduras, Panamá, Costa Rica, Guatemala y Estados Unidos, según una reseña publicada por Noticias 24.
Renuncia
En 2007 el fallecido presidente Chávez lo designó director de Ingeniería del Ministerio de Defensa. Ese mismo año, por las graves violaciones a la Constitución venezolana, renunció a la carrera militar.
El nombre de Vivas Perdomo ocupó los principales titulares cuando pidió la eliminación del uso en las Fuerzas Armadas del lema “¡Patria, Socialismo o Muerte. Venceremos!”, y pese a la condena que fue dictada en su contra, nunca la cumplió.
El general volvió a ser noticia en 2014, cuando apareció armado con un fusil en un balcón de su residencia, en Caracas, para evitar ser detenido, luego de que el gobierno de Maduro ordenó su arresto por incitar, presuntamente, a la violencia en las protestas de esa fecha. Las imágenes del general Vivas Perdomo, en guardia, dieron la vuelta al mundo y quedaron para el recuerdo.
El militar retirado reconoció en sus redes sociales el 22 de febrero de 2014, unas horas después, que sí había difundido información e instrucciones a través de redes sociales para la instalación de barricadas en la vía pública.
“Mandar a meterme preso por recomendar a civiles inocentes cómo defenderse con un alambre de bandas, tropas, tanques y fusiles es una aberración”, tuiteó en su cuenta @Gral_Vivas_P.
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Su detención
Pero su aprehensión se concretó tres años después, el viernes 7 de abril de 2017. Fue Natalia Vivas, hija del general, quien informó que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) detuvo a su papá cuando salió de su residencia para ayudar a un joven que había impactado su vehículo contra el portón de su casa. La familia denunció que el accidente fue una trampa para lograr la aprehensión y ser recluido en El Helicoide.
El 27 de octubre de 2017, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares a favor de Vivas mientras estaba preso y advirtió que tras su liberación se extenderían a su esposa e hija.
Un año después, en 2018, el general consiguió la libertad condicional, cuando Maduro ordenó la revisión de los casos de 39 actores políticos encarcelados. La medida fue otorgada el 1 de junio, y el general aprovechó su paso ante las cámaras de la Casa Amarilla, durante un acto político donde se le darían beneficios a un grupo de presos, para dejar un mensaje. Se le escuchó gritar «¡Muera la tiranía, viva la libertad!», cuando caminaba por uno de los pasillos de la sede de la Cancillería.
Seis días después de este hecho, Estrella Victoria de Vivas, esposa del general, publicó en su cuenta en Twitter que Vivas debió ser sometido a una intervención quirúrgica por «las patadas que recibió por parte de los funcionarios del Sebin durante su reclusión». Dijo que los daños en su columna eran irreparables, porque no fue atendido a tiempo.
Con su salud deteriorada, el general Vivas ya ha cumplido más de la mitad de esta condena. «Pagará» lo que queda de la sentencia, alrededor de dos años, en su casa, donde ha estado en arresto domiciliario por casi 4 años, pero ahora estará sujeto a un régimen de presentación en tribunales cada 30 días.
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