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martes, 23 abril, 2024

Claves | Riesgos del tráfico animal en Venezuela y cómo enfrentarlo

Los animales más traficados en el país son las aves (especialmente loros, guacamayas, turpiales y cardenales), aunque también hay un importante comercio de primates, peces ornamentales, tortugas, reptiles y algunos anfibios

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Venezuela es uno de los 17 países megadiversos del planeta, considerados así por su enorme riqueza de especies y ecosistemas. Sin embargo, un título tan importante como este también acarrea algunos problemas como el tráfico de animales, algo que crece en el país y está normalizado en la sociedad venezolana.

Así lo hizo saber la exploradora y naturalista Karen Brewer-Carías en el forochat “Riesgos del aumento del tráfico de animales silvestres”, realizado el pasado martes 14 de marzo junto a 573 lectores de El Pitazo.

En su exposición, la invitada señaló que durante generaciones muchas familias venezolanas han normalizado la tenencia de animales silvestres como mascotas. Esto no solamente es ilegal, pues se requieren permisos especiales para ello, sino que impulsa el tráfico de especies y acarrea numerosas consecuencias negativas, que listó de la siguiente manera:

  • Para el animal traficado: porque es el que sufre todas las consecuencias del comercio ilegal y la tenencia en condiciones inadecuadas.
  • Para el animal liberado: porque al haberse criado en cautiverio, difícilmente sabrá sobrevivir en la naturaleza. Además, una liberación en un ecosistema incorrecto puede generar graves problemas.
  • Para la especie: que ve reducida su variedad genética en la naturaleza y su capacidad de reproducirse, pudiendo llegar a desaparecer.

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  • Para el ecosistema: porque el equilibro natural de un hábitat se ve afectado muchas veces por la llegada de nuevas enfermedades o competencia con otros especímenes. Ejemplo de esto son el Coral Uniomia y el Pez León, dos especies introducidas ilegalmente en el país y que están causando estragos en las costas nacionales.
  • Para el ser humano: el desequilibrio en los ecosistemas termina afectándolo directa o indirectamente, aunque no sea de forma inmediata.

Consecuencias

Brewer-Carías recordó el proceso que se sigue al traficar ilegalmente animales, dejando en evidencia el sufrimiento al que son sometidas las presas y como un llamado de atención a la audiencia para que entiendan la gravedad de esta situación.

La primera fase es la extracción del hábitat natural, siendo la captura un proceso comúnmente violento, pues se utilizan trampas o anzuelos. Además, cuando son crías (más fáciles de transportar y vender) muchas veces es necesario asesinar a las madres o a parte de la manada para poder robarlas, pues las protegen instintivamente, explicó la exploradora.

El segundo paso es el transporte, que normalmente se hace en condiciones de poca salubridad, hacinamiento y con una alimentación que no es la adecuada para las especies.

“A los animales se les amarran bocas y picos, así como algunas extremidades, se les esconden en cajas con poca ventilación, se les somete a altas temperaturas, solamente para que no los vean o escuchen durante el traslado”, denunció. “En el caso de las aves, hasta un 90% pueden llegar a morir por el estrés y tratos a los que son sometidas”, agregó.

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La venta es el último paso y la invitada indica que un gran porcentaje de los compradores adquieren estos animales para tenerlos como mascotas o utilizarlos en ritos espirituales. Además, apunta que en la mayoría de casos los animales víctimas del tráfico no recibirán una buena alimentación ni vivirán en condiciones adecuadas para su especie.

Solamente una pequeña parte de los compradores son verdaderos amantes de la naturaleza y los cuidarán como corresponde, pero no dejan de ser parte del problema”, sostuvo.

Las tres armas contra el tráfico animal

Una vez explicadas las consecuencias del tráfico animal, Brewer-Carías profundizó en las soluciones a este problema, centrándose en tres grandes ideas:

  • No comprar: bajo ninguna circunstancia; esto fomenta la continuidad del tráfico “No importa si es para liberarlos luego, para evitar que los animalitos sigan sufriendo, porque los amas o por cualquier otra motivación, no compres”, enfatizó la invitada.
  • Denunciar: recopilando toda la información posible sobre el traficante, su ubicación, las especies vendidas, precios y más para luego llevar el caso a las autoridades. Sobre esto, la naturalista apuntó algunos detalles adicionales:
  • Tener cuidado al registrar la información; muchos de los traficantes están ligados a mafias y pueden ser peligrosos.
  • Aunque la denuncia puede hacerse ante cualquier cuerpo de seguridad, los más capacitados son la división ambiental de la Guardia Nacional Bolivariana, el Cicpc y el Ministerio de Ecosocialismo a través de sus oficinas o el 0800-AMBIENT.
  • Evitar hacer pública la denuncia en medios y redes sociales porque podría alertar a los traficantes y representar un riesgo para el denunciante.
  • Educar: a familiares, amigos y conocidos sobre los problemas que conlleva el tráfico ilegal de fauna.

“Conviértete en un agente de cambio y toma la batuta”, cerró la invitada.

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