La cuarentena a causa de la pandemia mundial del COVID-19 ha traído como consecuencia una reducción en el nivel de ingreso de las familias, principalmente por las restricciones de movilidad y la suspensión de actividades laborales en múltiples sectores económicos.
En Venezuela esto se ha convertido en un problema aun mayor, debido a la crisis humanitaria y económica que atraviesa el país desde hace algunos años. A poco más de un mes de haber iniciado el distanciamiento social voluntario como método para frenar el avance del coronavirus una parte importante de la población se preocupa por su capacidad de adquirir alimentos, en especial aquellos que han visto mermados sus ingresos.
Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, uno de cada tres venezolanos estaba en riesgo de seguridad alimentaria para 2019, si a eso se le agrega la reducción de ingresos a causa de la cuarentena y el aumento de precios de las últimas semanas en diferentes rubros, seguramente la cifra será aún mayor.
Por esta razón y la imposibilidad de transportar alimentos desde el área de producción hasta el punto de venta al consumidor por la falta de gasolina, la antropóloga Ocarina Castillo, egresada de la UCV, hace una serie de recomendaciones para rendir los alimentos durante la cuarentena:
- Equilibrar la comida con lo que ya se tenía y con lo que se compró, para así preparar platos que incluyan diferentes sabores, nutrientes y grupos alimenticios que requiere un plato balanceado y bien complementado.
- Sirve la comida con mesura y prepárala con responsabilidad, pues no se conoce con exactitud cuánto tiempo pueda durar la situación de cuarentena, así como la merma de los ingresos y la complejidad para adquirir alimentos. Sirve lo necesario, y no prepares más comida que la que vayas a consumir, a menos que puedas aprovecharla más adelante.
- Sustituye correctamente los nutrientes. Si te hace falta algún nutriente en específico, como las proteínas que tienden a ser costosas, aprende cómo sustituirlas con otros alimentos para así obtener platos balanceados.
- Rendir y aprovechar al máximo los recursos. Los alimentos que tienes en casa son limitados, y debes aprender a utilizarlos eficientemente. Olvida esas viejas prácticas de desechar una verdura, hortaliza o fruta entera solo porque está “un poco fea”. Córtala, utiliza esa parte para algo más, y el resto para cocinar.
- Reutiliza tus recursos. De la mano con lo anterior, si casualmente te quedó algo de arroz de alguna comida anterior, no lo deseches, solo agrégale vegetales, alguna proteína y utilízalo en otra comida. ¿Es una pasta? Puedes incluso utilizarla como parte de una tortilla. Ten conciencia de aprovechamiento.
- Recicla hasta las sobras. Casi cualquier alimento natural puede reutilizarse, incluso aquellos que están en mal estado, o cosas como las conchas de verduras y demás. Con ellos puedes crear un compost casero (abono) para tus plantas, y así ahorrar dinero que luego podrás utilizar en adquirir nuevos alimentos.
- Aprende estrategias para almacenar y conservar la comida. Guardar correctamente los alimentos es importante de cara a su durabilidad, ya que un método incorrecto puede hacer que incluso duren menos que sin almacenarlos. Las redes sociales, internet e incluso tus conocidos pueden ayudarte con algunas técnicas.
- Conoce nuevas recetas que te ayuden a estirar tus recursos. Como en el punto anterior, este mundo globalizado permite adquirir nuevos conocimientos de forma sencilla. Aprovecha internet para aprender recetas que optimicen al máximo el uso de los alimentos, sin perder el foco en el balance nutricional que estos deben tener.
- Aprovecha la versatilidad de la comida Venezolana. El recetario nacional es sumamente amplio y rico en preparaciones que aprovechan todo lo que hay en la cocina. No dudes en utilizar esas capacidades a tu favor.
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La última recomendación de la antropóloga es a ser responsables con la alimentación y no preparar comidas que no se consideren necesarias, al menos de forma frecuente. “La cuarentena ha llevado a muchas personas a tomarse la situación como una especie de vacaciones, como algo que sucede afuera de sus casas, pero no les afecta mientras estén a resguardo”, asegura.
Esto ha traído como consecuencia que algunas personas decidan preparar recetas que consumen muchos recursos, sin mirar las consecuencias posteriores, en un país donde el dinero no alcanza, y el acceso a los alimentos es cada día más complejo. Esto no es algo negativo si la capacidad económica familiar lo permite, pero puede llegar a ser determinante en hogares donde la comida escasea, y los ingresos se han reducido.
“Todas estas buenas prácticas son absolutamente necesarias, no solo en este momento de crisis agroalimentaria o sanitaria, sino también como proceso de reconciliación con la naturaleza. No es solo un tema de políticas públicas o macro económicas, sino que también conlleva un grado de responsabilidad familiar e individual. Hay que tener conciencia con nuestra alimentación, para así recuperarnos y salir adelante”, finaliza Castillo.
Recomendaciones: Ocarina Castillo, Antropólogo UCV.
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