Maturín.- En el estado Monagas la restitución del servicio eléctrico ha sido parcial y con inestabilidad de voltaje; Maturín es uno de los municipios donde los usuarios han reportado que la carga eléctrica falla cada dos o tres horas, corriendo el riesgo de dañar equipos electrodomésticos.
La Manga, Las Cocuizas, El Parque, Las Trinitarias, La Floresta, Los Godos, Los Guaritos, Viento Colao, Tipuro, Zona Industrial y el casco central, son algunas de las zonas de la capital de Monagas donde han ocurrido reportes entre la noche del 27 y lo que va de tarde de este 28 de marzo.
Hasta la mañana de este jueves, 28 de marzo, en Maturín el servicio se había restablecido en 95 % pues aún la parroquia El Furrial, en la zona oeste de la ciudad, no tenía luz.
La gobernadora del estado Monagas, Yelitza Santaella, explicó que esto se debió a una falla en un transformador. Además de sostener la tesis de sabotaje eléctrico, Santaella dijo en su programa radial que los municipios Caripe, Acosta, Cedeño y Piar no tenían suministro eléctrico.
Este reporte también fue hecho durante la mañana. Hasta los momentos se desconoce si los habitantes de esos municipios ya cuentan con electricidad, pues ni Corpoelec ni Santaella habían actualizado la información en sus redes sociales.
Culpan al gobierno
En Viento Colao, uno de los sectores populares de Maturín, la luz llegó a las cuatro de la tarde del miércoles. Sus habitantes están claros que no se trata de sabotaje sino de falta de mantenimiento al sistema eléctrico; Julián Gerardino es uno de ellos y asegura que la falta de inversión también dejó al país a oscuras.
A sus 72 años recuerda que en la época de Pérez Jiménez jamás durmió en el porche de su casa a causa de un apagón y en este mes ya lo ha hecho seis días, pero no consecutivos. «Esto es culpa de Chávez», dijo tajantemente.
Allí los vecinos veían pasar las horas reunidos o caminando media hora para llegar hasta un paso del río Guarapiche a donde iban a bañarse ante la falta de agua.
La gente se iba desde la una de la tarde y regresaba a eso de cinco. Hacían comida y luego se resguardaban en su casa por temor a la delincuencia.
Iris Véliz, habitante de esta comunidad, dijo que también pasaban el rato yendo a un jagüey cercano para buscar agua.
«La tomábamos así porque hasta el gas tenemos que rendirlo en vista de que está escaso y costoso», mencionó. Para ella, fue toda una odisea mantener entretenidos a sus cuatro hijos.
También lo fue para Humberto Villanueva a quien le dieron un machetazo en el brazo derecho al ser confundido con un delincuente. «Una señora comenzó a gritar que la estaban robando, como estaba oscuro me agarraron a mi que estaba pasando por allí», explicó.
En esa comunidad aseguran que la vigilancia policial fue escasa durante el apagón.
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