Maturín.- Los bodegones, las tiendas de cosméticos, las farmacias y las jugueterías son los comercios que se abren paso en el centro de Maturín. No son establecimientos nuevos sino espacios que antes ofrecían otro tipo de mercancía y cuyos dueños decidieron probar suerte con otra rama para subsistir en un mercado dominado por la inflación.
En cifras, serían 500 empresarios quienes han cambiado de rubro en el último trimestre de este 2019. El número representa un 20% de las 2.500 personas que tenían registrada una actividad comercial en la capital de Monagas durante el primer semestre de este año.
«Los productos de primera necesidad siempre se venden, porque la gente no va a dejar de comer», explica la asesora tributaria de Fedecámaras y la Asociación de Comerciantes Asiáticos, Maglorys Alcalá.
La especialista explica que se trata de una consecuencia de la dolarización de la economía. “Ahora todo el mundo maneja dólares; ya eso dejó de ser un tabú”, agrega. Pero al mismo tiempo advierte que la inflación no deja de jugar en contra de esa fluidez que se aprecia en la ciudad, pues así como sube el precio del verde suben los precios de los productos.
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La dolarización ha permitido traer al mercado aquellos rubros que desaparecieron de los abastos y supermercados hace tres años, como las harinas, los cereales, las galletas o las bebidas a base de chocolate o yogurt, entre otros. “Es mercancía costosa a la que no todos los habitantes tienen acceso, quizá un 20 por ciento de la población de Maturín”, considera.
En la calle, la gente ahora se asombra porque hay tiendas nuevas y porque han visto cómo se hacen colas para comprar comida. Alicia Campos es una de esas personas que piensan que la economía está mejorando. Vive en Caripito, municipio Bolívar, y visita con frecuencia la capital de Monagas. Dijo que ahora hay más oportunidades para comparar precios.
“Yo veo que todo está muy bien y que hasta se hace cola para entrar a las tiendas, como donde venden telas y comida”, expresó. Juliet Alejandra Acevedo, estudiante universitaria, ha observado que en las avenidas Bolívar, Miranda y la calle Monagas hay negocios con ofertas en tintes, labiales, sombras y pestañas postizas.
“Lo que me asombra también es que antes nadie ofrecía perfumes o splash y ahora los ves en todos lados a precios que son accesibles. Puedes conseguirlos desde cincuenta mil hasta cien mil bolívares los más grandes, pero también hay pequeños que por veinticinco mil bolívares te puedes llevar”, menciona la joven, quien atribuye la presencia de más comercios a una mejora en la economía local.
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