Tertulias filosóficas y el compromiso político de Corina Yoris

Por Thamara Bryson

El sábado 23 de marzo del 2024 me desperté al otro lado del Atlántico, haciendo lo que hace la mayoría de la gente, viendo las redes sociales. Cuando vi el nombre de Corina Yoris al lado del de María Corina Machado, pensé que estaba soñando.

La decisión de María Corina Machado de nombrar a una eminencia como Corina Yoris para representarla en las próximas elecciones presidenciales, es más que una lección de decencia, es una afirmación de su compromiso al elegir a representantes que lideren la transición política que propone para una Venezuela libre y democrática. 

Sócrates como escapatoria 

La filosofía se convirtió para mí en una puerta al libre albedrío, porque como periodista,  nunca trabajé en libertad. Me gradué en 1999, el mismo año que llegó al poder el difunto presidente, cuyo nombre no quiero recordar, ni recordarles. En aquella época, yo trabajaba en Radio Caracas Radio A.M. y 92.9 F.M, la división radio del circuito al que pertenecía la extinta RCTV, canal de televisión cuya concesión no fue renovada el 28 de mayo de 2007, siendo este uno de los primeros golpes más duros a la libertad de expresión en Venezuela. 

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Este fatídico evento provocó que los estudiantes salieran a la calle, seguidos por los jóvenes, y luego por la sociedad civil. Estos sucesos hicieron que yo sintiera la responsabilidad inminente de crear espacios para el pensamiento y el debate, ante las acciones arbitrarias del gobierno que estaba concentrado en el cierre de los medios, la expropiación de las empresas y la cacería de brujas. 

Yo tenía una doble vida: era periodista pero también trabajaba para la Alianza Francesa de Caracas. Un buen día, le presenté a mi jefe el proyecto Café Sócrates, que era  una serie de tertulias filosóficas que se llevarían a cabo cada dos meses en la Alianza Francesa de la Tahona, y la cual contaba con el apoyo de la Universidad Central de Venezuela, en donde yo estaba realizando el Máster de Filosofía. 

A partir del 2009, este espacio se convirtió en el escenario de una iniciativa sin precedentes. Fue un acto de absoluta rebeldía atrevernos a lanzar un círculo de pensadores, en un país que se estaba desmoronando y dividiendo en la vorágine barbarie de políticos que solo hacían las cosas en retroceso.  

El Café Sócrates encontró un terreno fértil gracias al apoyo entusiasta y riguroso de la profesora Corina Yoris, quien en aquel entonces era directora de la Maestría del Instituto de Filosofía de la Universidad Católica Andrés Bello, y era profesora de Lógica en pregrado, a quien tuve el atrevimiento de acercarme para proponerle que se uniera a esta nueva iniciativa.  

Recuerdo el primer día que la ví, estaba ahí sentada en su escritorio, con sus lentes en la mitad de la nariz, leyendo seguramente algo muy importante. No pasó mucho tiempo para que me recibiera y con una sonrisa decidiera apoyarme de inmediato. Para ella, era una gran idea expandir y sacar de las aulas a la filosofía, por lo que hacer estas tertulias le pareció una excelente iniciativa. 

Desde ese momento se convirtió en mi mentora, en un ejemplo a seguir y yo en su escudera mediática, y es que si los curriculums tuviesen forma de libros, el de Corina Yoris sería El Quijote. 

Es graduada en Letras y Filosofía, tiene una Maestría en Literatura Latinoamericana y otra en Lógica y Filosofía, además de un doctorado en historia. Es autora de seis libros. Tiene más de 30 años como docente. Ha sido parte de importantes instituciones como, de la Sociedad Venezolana de Filosofía, la Red Interamericana de Filosofía y miembro de la Academia Mexicana de Lógica. Además, el 19 de marzo de 2024 fue nombrada como miembro de número de la Academia Venezolana de la Lengua, específicamente el sillón “O”. 

De la mano de esta vencedora de molinos de viento, comenzó la historia de este Café-tertulia, que atrajo con la fuerza de la gravedad a quienes sentían la necesidad de escuchar y ser escuchados. Comprendí muy rápido que Corina Yoris sería vital para nuestras acciones, por lo que yo le consultaba casi todo, incluso, nuestro slogan : “En la búsqueda de la razón”, el cual suscitó una charla telefónica muy larga, en donde ella me daba todos los argumentos de quizás reflexionarlo un poco más, pero honestamente, nunca lo cambié.

Lo que comenzó como una propuesta modesta, pronto se transformó en una colina hacia el pensamiento, en donde diversas mentes brillantes e inquietas, todas ávidas de reflexión, provocaban el debate a través de un intercambio intelectual y cultural que no veía el tiempo pasar. 

El Café Sócrates, era un espacio abierto a todo público, ameno y gratuito. Era una invitación a participar en un espacio circular, con el espíritu de la Grecia Antigua, pero con la modernidad del siglo XX, pero sobre todo un micrófono abierto.  Las personas que asistían podían sumergirse en temas que abarcaban desde la Ética, la Política, la Metafísica, así como, la Manipulación, el Argumento, la Mentira y  la Verdad, entre otros.

Recuerdo que yo le proponía los temas a la profesora Corina y ella con una sonrisa  los aceptaba o le daba un giro más fundamental. En el 2012 gracias a Yoris, tuvimos  como invitado internacional al filósofo e investigador mexicano Raymundo Morado,  y el tema fue: ¿Quién usa la lógica?, donde se produjo un intercambio inolvidable con el público donde pudo discernir sobre la simbolización, formalización y la sistematización y aunque suene un poco complicado de entender, he de confesar que los dos juntos formaron el dúo de la elocuencia, dándonos a todos una oportunidad única para intercambiar con los asistentes, que eran sobre todo jóvenes estudiantes de diversas carreras. 

El formato era simple pero muy efectivo. El invitado presentaba el tema y las personas eran libres de participar con preguntas o comentarios, guiados por supuesto, por la moderación de los expertos, que se aventuraban en cada encuentro a la indagación y el desarrollo del espíritu crítico, por aquello de la importancia de la argumentación desde el análisis.

Lo que hacía especial a estas tertulias, era su ambiente inclusivo y respetuoso. Los moderadores, entre ellos, Corina Yoris, recurrían a frases como : “Como ustedes ya lo saben”, “Porque ya ustedes conocen a Aristoteles”, “Ya sabemos lo que diría Fernando Savater”, lo que causaba risas y una empatía única con el público, quienes no tenían que ser expertos en filosofía ni mucho menos en el tema que se tratara. Y es que en realidad no importaba el trasfondo académico, porque la idea era siempre la misma: crear un espacio de intercambio que provocará la curiosidad y el ejercicio democratico de una actividad en donde todos eran valorados y respetados. 

Con el paso del tiempo el Café Sócrates se hizo eco filosófico de Caracas, convirtiéndose en una parte integral de la vida cultural de la ciudad y consolidándose como un espacio vital para la reflexión y el intercambio intelectual.

Años más tarde, desde el exilio, me encuentro entonces con esta buena noticia. Corina Yoris, un baluarte de la educación en Venezuela, es hoy la elegida para reemplazar a Maria Corina Machado en la tarjeta electoral,  quien de forma arbitraria e injusta fue  inhabilitada por el gobierno de turno, siendo la candidata de la oposición que ganó las elecciones primarias realizadas el 22 de octubre del 2023. 

Pero como una estocada letal, hoy decide encender la vela de la esperanza, con el reconocimiento de quien sin duda con un pensamiento crítico y contundente sabrá continuar el camino hacia la libertad, Corina Yoris.