Rebelión en China

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Hay un grupo de artistas, de intelectuales y profesionales preocupados por una nueva arremetida del Partido Comunista chino al ver la magnitud de las más recientes protestas en el país asiático. Nadie confía en una apertura de la dirección comunista. No obstante, hay mucha consciencia de que China está a punto de despertar, si no es que ya despertó.

Por: Gloria Cuenca

Imposible no escribir sobre la situación, inesperada y fuera de lo común en China. En el artículo del domingo 27 de noviembre, comenté el cambio del comunismo al capitalismo, desde lo económico.

Las informaciones noticiosas más recientes, que traen las agencias, los medios, los periodistas acreditados allá y visitantes turísticos  observan algo inaudito, nunca visto en China. Particularmente, la prisión del corresponsal de la BBC de Londres ha dejado asombrado a medio mundo.

La fuerte cantidad de protestas junto al  río Liangna, con un papel en blanco en la mano para visibilizar la ausencia de libertades, especialmente las de expresión e información,  crea una gran inquietud al régimen. Interrogan a los jóvenes, ¿estuvieron anoche en el río? Los mandan a borrar  fotos de los celulares.

El descontento estalló por un incendio. Mueren varias personas que estarían confinadas, encerradas en sus casas, sin poder salir. Mueren a  consecuencia de las llamas.  Solo a un régimen totalitario, de ese estilo, se le ocurre clausurar con candados y cerraduras, imposibles de abrir desde dentro, la vivienda a personas para evitar el contagio de COVID. No miden las consecuencias de lo que podía pasar.

A estas personas encerradas, sin poder salir, les llevan comida, pero no constante, ni suficiente. Es la “gota que derrama el vaso”y acaba con la infinita “paciencia china”. ¡No era tan infinita!.

Estudiantes, jóvenes, profesionales, obreros, amas de casa, entre otros, se lanzan a la calle a pedir el regreso “a la vida cotidiana”. Los han recluido para evitar una enfermedad y los condenan a muerte por otras razones. El año que termina, ha sido terrible para China.  La bonanza alcanzada recientemente, ha desaparecido y la población está desesperada, tanto por las terribles medidas que ha tomado el régimen, para evitar el contagio; como por la mala situación económica.

Todo ello agravado por la terrible corrupción imperante y la decisión del primer ministro XI de mantener el control por varios años más; considerado principal responsable del desastre.

La represión alcanza niveles inauditos. Los muchachos universitarios, y muchos otros, escriben mensajes encriptados. Igual, al hablar por teléfono, solo transmiten en clave para que no los puedan grabar. Hace más de 70 años que se está prometiendo la llegada de la democracia socialista. No se percibe por ninguna parte democracia, de ningún tipo. Solo represión, agresión y maltratos a la orden del día.

Ocurre, según observadores de la situación en China, que la nación ha dedicado un gigantesco presupuesto para la educación (comparable solo al de defensa) y, por supuesto, ha dado sus frutos. Hay un importante sector que se ha educado. Tiene aspiraciones de seguir haciéndolo, sueñan con ser doctores, pues sus niveles de conocimiento se lo permiten. Quieren estudiar en las grandes universidades del mundo y por supuesto, tienen una visión distinta del planeta. Se dan cuenta de lo atrasado, en muchos aspectos, de su país.

Por otra parte, el Partido Comunista Chino sigue actuando como en otras épocas, sin héroes de la revolución al frente. No se da cuenta de la dimensión de los cambios que ocurren. Por ejemplo, en China hay más o menos 30 millones de hombres en edad de casarse, sin posibilidades de encontrar esposa. No hay suficientes mujeres. Consecuencia de la política “un solo hijo” para la revolución.

En aquellos años, en el campo, si el primer hijo era una niña, con frecuencia la mataban. El Partido Comunista no tuvo en cuenta esto nunca. Existe la idea en occidente de “ir a China a adoptar niñas”. En los orfanatos hay siempre niñas, fueron abandonadas, cuando no las mataron. Es el machismo oriental en su máxima expresión.

Los hijos servían para trabajar en el campo. Cuando se casaban, la mujer traía dote con lo que enriquecía a los padres del novio. Actualmente la cantidad fue ampliada a “tres hijos” por pareja; sin embargo, ponen una serie de condiciones que complican la situación, y no ha dado el resultado esperado.

¿Estas manifestaciones son espontáneas? Pregunté. “En algunos casos sí, pero existe también, cierta coordinación,” fue la respuesta. Otros profesionales se han alarmado por cómo se desarrollan los acontecimientos: la aparición de una especie de policía, simulando enfermeros, que parecen unos torturadores, agresivos, violentos, entre otras características negativas.

Se recuerda con terror “la revolución cultural y sus efectos”. Hay un grupo de artistas, de intelectuales y profesionales, preocupados por una nueva arremetida del partido, al ver la magnitud de las protestas. Nadie confia en una apertura de la dirección comunista. No obstante, hay mucha consciencia de que China está a punto de despertar, según lo que se ha dicho por mucho tiempo, si no es que ya despertó. ¡Ojalá así sea!

GLORIA CUENCA | @editorialgloria

Escritora, periodista y profesora titular jubilada de la Universidad Central de Venezuela

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