“El truco más grande que hizo el Diablo fue hacerle creer al mundo que él no existía”,
Charles Baudelaire.
Por Elías García Navas
Rafael Ramírez es un experto en supervivencia, pero esa habilidad no radica en la fortuna acumulada durante sus 10 años como súper ministro de Hugo Chávez: responsable del Ministerio de Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), una doble función que le dejó manos libres para operar un negocio mil millonario.
El verdadero poder de Ramírez consiste en aparentar lo que no es, y el reciente escándalo de corrupción que le costó el puesto a su archienemigo – Tareck El Aissami- así lo demuestra. ¿Cómo protege Ramírez su reputación?
El estratega
Al morir Chávez, el poderoso Ramírez entendió rápidamente que, entre las facciones en pugna por el poder, él representaba un grupo débil y pronto sería despojado de la famosa petrochequera.
En consecuencia, se adelantó al ataque inminente y definió el personaje que, en los últimos 10 años, ha sorteado persecuciones, acusaciones, chantajes y amenazas.
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Su estrategia es pasivo-agresiva: en público, él es una víctima del madurismo destructor. Él nunca fue un superpoderoso ministro, solo fue un eficiente gerente que mantuvo una economía operativa.
En privado, restriega a sus adversarios que “sabe” cómo se desviaron los recursos y quiénes lo tienen. Solo el seno del chavismo sabe qué tan cierto es este argumento, pero suena intimidante.
¿Cuáles son los mensajes clave que soportan esta transformación?
Repetir su relato
Al escuchar entrevistas a Ramírez desde el 2013 hasta hoy, resulta llamativa su disciplina para aferrarse a su relato, quizás su atributo principal como vocero, ante la falta de carisma en persona y en cámara, y su voz aniñada.
Del análisis de contenidos se pueden desprender cuatro mensajes clave:
- Mi gestión fue auditada por la empresa KPMG. Nunca hubo irregularidades.
- Maduro me persigue porque me opuse a que destruyera el legado de Chávez.
- Con Chávez teníamos una economía funcionando. Maduro es el causante de este desastre.
- Yo estuve al lado de Chávez cuando murió.
Denuncias sobre desvíos milmillonarios a Andorra, pagos irregulares a fondos en el exterior, alquileres de tanqueros fantasmas, acusaciones del Fiscal (Tarek William) Saab y del ahora exministro El Aissami, Mensaje 1. ¿Por qué se fue del país? Mensaje 2. ¿Cuál fue el legado de Chávez, sus obras? Mensaje 3. ¿Por qué dice que usted representa a chavismo? Mensaje 4.
Un comentario adicional sobre el Mensaje 4: dependiendo de la situación puede sonar a amenaza, toda vez que habla de un evento que todavía es un misterio para el público. Si lo presionan, él puede contar la verdad (lo que sea que signifique eso).
Para consolidar estos mensajes ha desarrollado su propio aparato mediático.
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Controlar el discurso online
Ramírez cuenta con una página web donde escribe artículos 3 o 4 veces al mes. Además, posee cuentas oficiales en Twitter (3), Facebook, Instagram, Youtube, Spotify y Soundcloud. Son cuentas espejos, es decir, los contenidos se repiten o adaptan entre las cuentas.
Un análisis de su cuenta personal en Twitter @RRamirezVE, entre el 21/08/2022 y 30/03/2023, revela que sus temas principales son:
Este análisis nos muestra que se apoya en una diversa gama de programas online y medios de comunicación venezolanos e internacionales (especialmente de Argentina y Colombia). El Nacional, de Venezuela, es el medio con el cual interactuó más en el período revisado.
La crisis de El Aissami, una oportunidad
El escándalo que rodea a Tareck El Aissami y Pdvsa ha sido una oportunidad de oro para continuar su trabajo diario de lavar su reputación y, al mismo tiempo atacar a sus adversarios. Las métricas de sus redes reflejan un salto cuantitativo.
Evidentemente, los medios de comunicación también lo han buscado para conocer su opinión, pero Ramírez es selectivo: sólo acepta entrevistas que cree poder controlar y que le brinden máxima exposición.
Entre los múltiples encuentros con la prensa destacan tres: la realizada por César Batiz, director de este medio, y las realizadas por dos periodistas influencers, Gladys Rodríguez (TVV Network) y Leopoldo Castillo (EVTV).
Fue una apuesta riesgosa como vocero, porque ninguno de los tres formaba parte de su círculo habitual de comunicadores, pero la oportunidad era buena.
El match con Batiz lo sorprendió. Las palabras introductorias del periodista, haciendo referencia a las críticas recibidas por el medio al aceptar entrevistarlo, lo golpearon visiblemente. Se nota en los gestos de frustración ante las repreguntas del periodista, quien hizo una auditoría en caliente a su gestión en Pdvsa.
La experiencia se repitió con Rodríguez, que tampoco salió como planeaba. La periodista fue incisiva para escudriñar al Ramírez superministro, el que “nunca fue”, y la periodista dejaba ver en cámara el rechazo a su entrevistado. Aunque mantuvo su relato, se vio incómodo y a la defensiva.
Ninguna de las dos entrevistas le permitieron cumplir plenamente su objetivo. Su insatisfacción fue tal que no las compartió en sus redes sociales, como hace regularmente.
El encuentro con Castillo fue distinto, tuvo tiempo para explayarse en sus mensajes clave. Aprovechó la oportunidad para posicionarse como líder del “chavismo verdadero” e hizo un llamado a la oposición venezolana para unirse contra Maduro, dejando en el aire un tufo a candidato. Esa entrevista sí la compartió.
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¿Ramírez candidato?
En el análisis mencionado, su aspiración presidencial es un tema importante, pero no relevante. De hecho, sus publicaciones generan la percepción de que el tema adquiere valor sólo si los jerarcas del chavismo se molestan.
En ninguna encuesta aparece en posiciones destacadas; su discurso político no incluye temas clave para los venezolanos, como la migración (es mencionado tangencialmente en los tuits estudiados); dice representar al chavismo, pero fuera de referencias a Rafael Isea, Andrés Izarra, Miguel Rodríguez Torres y Toby Valderrama, no menciona a nadie más. En sus redes no figuran actividades de campaña.
Todo parece indicar que su candidatura es una versión nueva del Ramírez personaje, que utiliza como un comodín para desorientar a sus atacantes.
Como en los últimos 10 años, Ramírez aspira hacernos creer lo que no es.
Elías García Navas |Director de Monitor Americas, consultor en gestión de crisis de reputación. Autor de la novela “La reputación”.
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