El 18 de mayo de 2017, en Maracaibo, vivíamos todos, casi en directo por las redes, el horror que vivió Freddy, un niño wayúu de 11 años, al ser acosado, perseguido y quemado en un 17 por ciento de su cuerpo, por un guardia nacional.
Casi simultáneamente, nos enterábamos de que una camioneta asesinaba a Paúl Moreno al arrollarlo en la avenida que hoy lleva su nombre.
Pensando en ellos y en el poema de Sam Keem que nos habla de cómo crear un enemigo, escribí este obituario.