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domingo, 19 mayo, 2024

María Corina Machado: la dama de hierro que se hizo madre coraje

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La construcción del personaje de María Corina Machado como una madre fuerte ahora es creíble y el inconsciente colectivo del venezolano tal vez ha cambiado con los años. Venezuela ha pasado de admirar el liderazgo con cara de Barbie de Irene Sáez a replegarse alrededor de una mujer madura, divorciada y madre de tres hijos que hoy se parece más a la Eloína Rangel de Por estas calles.

Por: Leonor Carolina Suárez

“¿Para qué tienes a un niño en una telenovela?”

“¡Para que te lo secuestren, coño! ¡Para que te lo secuestren!”

El revelador diálogo entre dos escritores es un extracto de Rating (2011), la novela de Alberto Barrera Tyszka sobre la telenovela venezolana. 

Volví a esas páginas al conversar con amigos sobre la campaña de María Corina Machado. La “dama de hierro”, como le han llamado algunos, dispuesta a llegar “Hasta el final”, ha girado su mensaje a días de las elecciones primarias de la oposición venezolana. Y Venezuela parece al fin lista para escuchar (y votar) por una campaña enteramente femenina. 

Burguesa y atractiva, María Corina Machado ha tenido la naturaleza y la herencia en contra a lo largo de toda su trayectoria política. Las distancias de forma y de fondo entre el último fenómeno político de masas del país y Machado siempre fueron abismales, y el gobierno las explotó hasta el cansancio. 

Desde que la entonces diputada fuera burlada en el seno de la Asamblea Nacional por el presidente con la famosa frase: “Águila no caza mosca” hasta hoy, Machado era el símbolo femenino del enemigo público del chavismo. 

En el conocido intercambio de 2012, María Corina aparece vestida elegantemente con chaqueta de solapa amplia y cuello almidonado, hombreras y un pelo lacio perfectamente peinado. María Corina era la imagen misma de la mujer acomodada, incluso mientras abogaba por la madre venezolana. La intervención se hizo noticia, pero no sus argumentos. 

El mandatario ofrecía entonces su rendición de cuentas anual y era la víspera de las elecciones primarias de la oposición. Al referirse a la precandidata María Corina Machado Hugo Chávez llegó a sugerir que le daría un beso “si ella lo permite” de ganarle unas elecciones. 

Machado aprovechó la mención para levantarse de su silla y exponer sus reclamos, palabras que quedaron ahogadas. Se desvanecieron en el aire las denuncias en favor de la madre venezolana ante la incapacidad de encontrar leche para alimentar a sus hijos por la escasez que azotaba entonces el país. “Le sugiero que gane las primarias”, sentó con una sentencia el presidente a la diputada durante su rendición de cuentas. El reclamo de Machado flotó en el aire y se disipó en segundos, su candidatura a las primarias de aquel año también. La fuerza rapaz del discurso de Hugo Chávez calaba hondo en la sociedad venezolana de entonces

Una década más tarde, muchas cosas han cambiado. Tal vez también los prejuicios del venezolano. María Corina Machado (55) lidera las encuestas de la oposición de cara a las primarias del 22 de octubre. 

La desgracia histórica, la emigración en masa, el hambre y la miseria han sido tan profundos y la violencia tan honda que el país recurre a su último y primer recurso: la madre. En el caso venezolano, la madre es también soberana de la casa (con frecuencia sin figura paterna), con mando para ejercer todo su poder en la estructura del hogar. 

Madre y poder (que no es lo mismo que mujer y poder). En algunas sociedades, los arquetipos de cuidadora y gobernante, definidos por el psicoanalista Carl Jung, no conviven naturalmente. Pero en Venezuela sí, y lo hacen a diario. 

Eloína Rangel, el personaje de la telenovela de Íbsen Martínez Por estas calles (1992) interpretado por Gledys Ibarra, era la madre fuerte en la casa y una enfermera dedicada en la calle. Eloína era la madre soltera que ascendía la pendiente del barrio usando todos los recursos posibles para llegar a casa y a sus hijos cada día. “Hay que usá’ la soga, los picos, los ganchos de los zapatos, es todo una aventura”, confiesa el personaje en el primer episodio de la novela que retrató Venezuela en los noventa.

La misma Gledys Ibarra en Cosita Rica (2004), era también una madre trabajadora y abnegada, pero fuerte y luchadora. Gledys Ibarra era Patria Mía en la telenovela de Leonardo Padrón, el país mismo pues. Capaz de mover cielo y tierra por el bienestar de sus hijos.

Esa Venezuela de 1992 y de 2004 recurrió al militar, al golpista, al gobernante fuerte en las elecciones de esos años. 

Décadas más tarde, María Corina dice amorosa que Venezuela es “un país que necesita protección, abrazo”, en una entrevista realizada por César Batiz, director de El Pitazo, el martes 29 de agosto. Machado también responde con garra que luchará para unir a la familia venezolana “hasta el final”. 

La construcción de la “personae” o personaje de María Corina Machado como una madre fuerte ahora es creíble y el inconsciente colectivo del venezolano tal vez ha cambiado con los años. Venezuela ha pasado de admirar el liderazgo con cara de Barbie de Irene Sáez a replegarse alrededor de una mujer madura, divorciada y madre de tres hijos que hoy se parece más a Eloína o Patria Mía

El semblante de María Corina Machado, matizado por las marcas de la experiencia, la hacen más creíble y de una belleza menos amenazante: “Me dejo llevar por la conexión emocional, lo cual es nuevo para mí, una mujer que preparaba minuciosamente sus intervenciones en público y que pensaba que dejarse tocar y abrazar era una maniobra populista. Ya no, es un privilegio tener una conexión profunda con la gente”. Confesó estos días a la revista mexicana Letras Libres. Atrás quedó el almidón. 

En el episodio 1 de Por estas calles, cuando la violencia le toca la puerta a Eloína, entra Franklin Virguez a escena, el varón. “¿Quién habló aquí de matar a la maestra?”, pronuncia su personaje y acto seguido tuerce la voluntad de la amenaza armada a las mujeres de la casa.

Así, queda por ver si Venezuela votará finalmente y de manera rotunda por una candidata mujer para la presidencia. Y de hacerlo, cuando llegue la fuerza, ¿habrá cambiado también la voluntad del hombre/militar venezolano para obedecer a la mujer/madre? ¿O se rendirá solo ante el varón?

LEONOR CAROLINA SUÁREZ / X: @LeonorSuarez / Instagram: leocarosuarez

Estratega de contenidos, escritora y guionista radicada en EE UU. Licenciada Cum Laude en Derecho de la UCAB y máster en Comunicaciones de University of Florida. Cuenta con más de diez años de experiencia en periodismo digital y producción audiovisual. Fun fact: participó en Miss Venezuela 2004.

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