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jueves, 6 junio, 2024

Los niños no pueden esperar, Venezuela tampoco

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Decía Gabriela Mistral que “muchas cosas pueden esperar… los niños no pueden esperar (…) sus huesos están en formación, sus sentidos se están desarrollando”.

Esta frase me tocó hondo. Los niños venezolanos no saben de la parsimonia diplomática, la diplomacia tampoco sabe del hambre.

Petare es la favela más grande de América Latina, en 2015 me eligieron su representante como Diputado en la Asamblea Nacional de Venezuela. En Petare yo he visto de todo: violencia, pobreza, desesperanza… pero debo reconocer que nunca había visto tanta hambre como lo que se extendió por Venezuela con la llegada de Nicolás Maduro al poder en 2013.

Cada día llevo, junto a mi equipo de la ONG Alimenta la Solidaridad Petare, más de 2000 almuerzos a niños en riesgo de desnutrición. En una de las visitas a uno de esos 30 comedores, se me acercó Aarón, tiene 10 años, vive en San Blas y puede almorzar gracias a un comedor comunitario de nuestra red, sus padres lo abandonaron, con dificultad se mantiene en la escuela pública. Sentados mientras comíamos juntos la comida del comedor me miró con ojos lastimeros para pedirme un par de zapatos, de lo contrario debía abandonar su educación.

Crónica de una muerta anunciada

Así como Aarón hay niños en toda Venezuela. Estos niños son sobrevivientes del chavismo, cuando sean adultos tendrán una “talla” y “peso” inferior a la de sus padres, y sus deficiencias en el desarrollo cognitivo los pondrá en desventaja frente a los niños de la región.

Caritas de Venezuela ha estimado que 80% de los niños de los barrios pobres de Caracas como Petare sufren hambre. Si consideramos que 91% de la población está sumida en la pobreza, según la Encuesta Encovi (2018), podemos decir que el hambre es un “espectro” que recorre Venezuela, y que se aloja de manera dramática y puntiaguda en los estómagos de los niños venezolanos que no pueden, no deben esperar más. Yo no quiero que esperen más…

¿Cómo es esto posible, que en el país que posee las reservas de petróleo más grandes del mundo ha habido un colapso del estado, marcado por la caída del PIB de 60% en 6 años?

La respuesta es muy fácil. Es obra del modelo de controles y confiscaciones del chavismo, que no solo ha destruido los derechos políticos y económicos de los venezolanos, sino que también sirvió para crear una banda de delincuentes bien organizada dispuesta a saquearlo todo. Esos es lo que mueve al régimen venezolano a mantenerse en el poder sin guardar siquiera las formas democráticas.

Este desastre no es obra de una catástrofe natural, tampoco de un conflicto bélico. Este desastre es causado exclusivamente por el hombre y sus erradas ideas políticas y económicas. El problema de la economía venezolana no es el de una economía que no tiene un buen motor, sino el de una economía que ha tenido el peor conductor de la historia. En este momento cambiar de chofer no basta, se requiere un cambio de modelo.

Para reparar el motor de la economía venezolana hemos diseñado Plan País, un acuerdo político para la reconstrucción económica que busca la recuperación los más rápida posible de las capacidades de la economía venezolana a través del empoderamiento de la sociedad, restablecimiento de los derechos de propiedad, libre iniciativa, reforma del sector energético a través de una nueva ley de hidrocarburos, acceso al crédito internacional y la reestructuración de la deuda externa.

¿Qué esperar de la región?

La bandera de la justicia y de la libertad de Venezuela la encabeza Juan Guaidó como presidente interino y líder de la Asamblea Nacional. Guaidó ha asumido la presidencia por mandato constitucional dada la no convocatoria de elecciones libres al término del periodo presidencial de Maduro en 2018. Terminado el mandato y no habiendo presidente electo en el país, el presidente de la Asamblea Nacional asume la presidencia de la República como establece la Constitución.

Para regir este momento histórico el Parlamento ha sancionado una Ley que rige la Transición. Allí se busca una transición ordenada y dentro del marco de la ley para el rescate de la democracia, que incluye: el Cese de la Usurpación de Maduro, la conformación de un gobierno de transición y la llamada a unas elecciones presidenciales libres. Esta es la ruta que devolvería al país a la democracia y la libertad a la región.

El camino hacia la libertad nunca ha sido fácil. Maduro ha decidido desatar toda su furia persecutoria contra la super-mayoría de diputados que respaldan a Juan Guaidó, esto ha llevado a que 3 diputados estén presos arbitrariamente, incluido el vicepresidente de la Asamblea Nacional, que otros 7 diputados esté refugiados en embajadas en Caracas (Chile, Argentina, Italia, Francia), y decenas estén en el exilio. Maduro con esta persecución feroz trata de cortar todas las flores, lo que no sabe es que aun así no podrá detener la primavera como escribía Neruda.

Venezuela no se puede ver como un país más en la región, a ella llegaron refugiados cientos de miles perseguidos políticos por las dictaduras del Cono Sur: chilenos, uruguayos, argentinos, peruanos. Venezuela fue la fuente de energía que aseguró la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial sobre el nazismo y el fascismo. Es un aliado comercial fundamental de una región que debe entrar en el primer mundo en el siglo que corre. La liberación de Venezuela es fundamental para consolidar la democracia en América Latina.

Los venezolanos estamos profundamente comprometidos con el despertar de la conciencia democrática en la región, materializada de manera especial en el Grupo de Lima. Venezuela no está sola en América, tampoco lo está en Europa: el grupo internacional de contacto es manifestación de ello. Son más de 55 países los que reconocen a Guaidó como único líder democrático del país, como presidente legítimo. Y todos están convencidos de que las elecciones libres son el final feliz de la película venezolana.

La consolidación de la dictadura de Maduro es un riesgo para toda América Latina. Es un virus que se va convertir en epidemia y pandemia en la región. La democracia venezolana es muestra de que nadie puede sentirse protegido del tan letal virus que ha destruido la vida de un pueblo que era próspero y educado, que ha dañado la infraestructura petrolera más importante del hemisferio occidental y que además amenaza con destruir el Amazonas con concesiones de oro sin sustentabilidad ambiental.

El tiempo se acaba para los niños venezolanos. La presión del Grupo de Lima y de los países de la región debe aumentar. El compromiso por la democracia se manifiesta en los hechos de quienes pueden hacer más. Contamos con ustedes. Los niños de Venezuela no pueden esperar más.

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