Por: Ramón Chávez Rosas
Algo que es inevitable en cada uno de nosotros es el final de la vida corporativa. A todos de una manera planificada o no, le toca este momento. Hemos desarrollado una gran carrera profesional, con resultados, pero la puerta de salida se te abre en un momento.
Si a esto le sumamos que en los últimos 24 meses han cambiado para siempre la forma en que vivimos y trabajamos, por mucho que la gente hable de que las cosas volverán a la normalidad, en mi opinión, nunca volveremos a esa normalidad. Han cambiado demasiados parámetros, ha cambiado la mentalidad y el comportamiento de las personas, han cambiado nuestros procesos y sistemas comerciales y, en muchos casos, toda nuestra oferta de productos ha cambiado y se ha adaptado para satisfacer las necesidades cambiantes de nuestros clientes.
La dinámica de los negocios cambió y las personas debemos ser muy conscientes de esto. No podemos asumir que las cosas volverán a ser como antes, y aunque para algunos esto puede resultar un desafío, muchos con quienes trabajo y hablo están entusiasmados con esta oportunidad que les permite replantearse una nueva vida profesional.
Pero cuando pasas de los 40 años y te toca la puerta esa salida, la situación es compleja. Porque es un mundo desconocido para el cual no estamos preparados (creemos estarlo, pero la realidad es que no).
Es importante que sepamos exactamente de qué hablamos. Cuando buscamos el término reinvención en el diccionario dice: “acción o proceso a través del cual algo cambia tanto que parece ser completamente nuevo” y esto contrasta con la definición de cambio que es “hacer algo de forma diferente; alterar o modificar”.
Aquí viene un gran paradigma para todos esos profesionales de larga vida corporativa, pero que ahora se enfrentan al mundo de los negocios digitales: “La reinvención no es cambiar lo que es, sino crear lo que no es. Una mariposa no es más oruga ni una oruga mejor o mejorada; una mariposa es una criatura diferente. El cambio incremental no es suficiente para muchas empresas hoy en día. No necesitan cambiar lo que es; necesitan crear lo que no es” (definición de Athos, Goss y Pascale).
Lo relevante para mí de todo esto, en función de mis aprendizajes de ser un profesional de empresa a consultor independiente, son las diferentes mentalidades que están involucradas en el cambio frente a la reinvención.
Como personas, a menudo retrocedemos y nos resistimos continuamente al cambio; incluso, cuando entendemos que el cambio es una necesidad continua si vamos a adaptarnos y mantener de manera efectiva cualquier forma de relevancia continua para avanzar hacia el futuro.
Y aquí entran la variedad de razones por las cuales, profesionalmente, nos resistimos al cambio:
- Falta de voluntad para separarse o liberar estrategias que han llevado al éxito anterior.
- Falta de confianza y/o relación.
- falta de comprensión o claridad en la comunicación del cambio.
- Temor a una posible pérdida de estatus o jerarquía individual u organizacional.
- Falta de capacidad para implementar efectivamente el cambio.
- Miedo a lo desconocido, la incertidumbre o el fracaso que puede acompañar un cambio.
Lo importante es que son factores que deben entenderse y abordarse si se desea que cualquier iniciativa de cambio se arraigue en esa persona que sueña con ser profesional independiente y lograr resultados en el mundo de los negocios digitales.
RAMÓN CHÁVEZ | @chavezrosas
Comunicador social, posibilitador, capacitador y fundador de la plataforma de Alianza Internacional de Empresarios Digitales.
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