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domingo, 30 junio, 2024

Día del periodista en Venezuela: seguiremos informando

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Por: Violeta Santiago

“La voluntad de ser libre es un impulso innato”

Los periodistas en Venezuela ejercen su profesión con orgullo y valentía, a pesar del riesgo que esto implica. En un escenario sociopolítico lleno de innumerables desafíos, llevar la noticia a la población sigue siendo su norte. Estos profesionales de la prensa continúan su labor con una inquebrantable dedicación en un país donde la censura y la desinformación toman ventaja.

Cada 27 de junio se conmemora el Día del Periodista en Venezuela, en honor a la fundación del primer periódico del país, Correo del Orinoco, en 1818. Este día rinde homenaje a los comunicadores sociales que, a pesar de los obstáculos para difundir información veraz en un contexto donde la desinformación es utilizada como una herramienta para vulnerar la libertad de prensa, los periodistas siguen defendiendo los derechos fundamentales con el objetivo de mantener a la población informada. 

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Correo del Orinoco

“Somos libres, y escribimos en un país libre”, esta oración aparece por primera vez escrita el 27 de junio de 1818, día en el que circuló el primer ejemplar del Correo del Orinoco, fundado por Simón Bolívar durante la lucha por la independencia de Venezuela. El objetivo de este semanario fue crear una identidad nacional con la firme convicción de que Venezuela era una patria libre y soberana.  

La fundación de este medio de comunicación fue fundamental en la batalla contra la colonización española ya que contrarrestaba la propaganda que circulaba en La Gazeta de Caracas, medio de comunicación utilizado durante el periodo de la colonia por el gobierno español, por lo cual el Correo del Orinoco simbolizaría la libertad de expresión y la prensa libre mediante escritos y editoriales del Libertador y sus aliados. 

Conmemorar el Día del Periodista en Venezuela es una expresión de resistencia y rebeldía. En diferentes estados se llevan acabo actividades para reconocer la labor de los trabajadores de la prensa quienes son galardonados en diferentes categorías. Entre los premios más importantes destacan: el premio Nacional del Periodismo otorgado por el Colegio Nacional de Periodista (CNP). Premio Aníbal Nazoa. Premio de la Fundación para la Libertad de Prensa (IPYS) y el Premio Nacional de Literatura.

Desde 1942 se otorga el que pudo haber sido el premio más importante de periodismo en el país, hoy conocido como el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, creado por la Asociación Venezolana de periodismo, con el propósito de premiar trabajos periodísticos que hayan contribuido significantemente al desarrollo cultural, científico, social, educativo o deportivo del país. 

No obstante, El Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar ha generado el rechazo por parte de gremios periodísticos en el país. Tal es el caso del emblemático premio póstumo otorgado a Hugo Chávez. “Rechazamos que el galardón extraordinario del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2013 sea otorgado al fallecido presidente Hugo Chávez, quien a su vez fue responsable del cierre de innumerables medios de comunicación durante su gestión gubernamental”, dice parte del comunicado publicado por el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) en 2013. 

En 2015 el CNP mediante una denuncia publica declaró ilegal el premio ya que se le arrebató al Colegio Nacional de Periodistas la potestad para entregar este reconocimiento. “La junta directiva del CNP declara ilegal la convocatoria al Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2015, por contravenir la ley y secuestrar las facultades que tiene el gremio en el otorgamiento de este galardón” sentenció la asociación. Este reconocimiento ha sido utilizado para premiar, principalmente, a los medios de comunicación que simpatizan con el gobierno nacional.

La censura es la supresión de la comunicación pública de información, opiniones, o ideas que son consideradas inapropiadas, peligrosas, o subversivas por una autoridad. 

Los retos de informar 

En todas las latitudes, ejercer lo que Gabriel García Márquez denominó «el mejor oficio del mundo» conlleva grandes desafíos, especialmente en lugares donde informar es sinónimo de peligro. Cada periodista, de manera individual, ha sufrido amenazas, ya sea en pequeña o gran escala, luego de publicar datos en trabajos periodísticos. Asimismo, en ocasiones ha tenido que autocensurarse para salvaguardar su seguridad e integridad física y la de sus familiares.

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“Mi trayectoria profesional hasta ahora, en el contexto venezolano, la describiría con el adjetivo -difícil-, pero esto no significa que sea algo negativo”, dice María Gabriela Danieri, periodista venezolana, quien explicó que más que un desafío es una situación aleccionadora para alcanzar objetivos. 

María Gabriela señaló que uno de los retos para el periodismo en el contexto actual venezolano es el de contrastar la información con distintas perspectivas, lo cual en ocasiones la ha llevado a la autocensura y, en consecuencia, a privarse de publicar investigaciones. «Es información que termina en datos estadísticos», afirmó.

José Gregorio Rojas, periodista en el estado Mérida, Venezuela, mencionó que las fallas de electricidad e internet, la falta de recursos y la inseguridad laboral, también, forman parte de los grandes desafíos a los que se enfrentan los periodistas en Venezuela. En el contexto venezolano, su trayectoria profesional la define con la palabra supervivencia. “Por momentos he intentado trabajar a través de las redes sociales para mostrar información a mi manera y poder generar ingresos extras”, dice Rojas.

Periodismo en red 

En el periodismo, contrastar datos es un principio fundamental, ya que esto permite asegurar la veracidad y precisión de la información. Además, previene errores que pudieran afectar la reputación del medio de comunicación y del periodista. Sin embargo, en Venezuela contrastar datos no es tarea fácil, ya que las fuentes deciden callar o piden que sus nombres no sean revelados por temor a represalias. 

Lorena Bornacelli, periodista venezolana, coincide con sus colegas al afirmar que la protección personal y familiar es prioridad. Sin embargo, destaca que su compromiso con la profesión le ha enseñado la importancia de trabajar en red, y que ciertos datos deben ser publicados a través de otras voces. “Una parte del periodismo venezolano ha aprendido a quitarse los egos y los protagonismos y a aprender que la información está por encima de los nombres”. 

Contrastar datos es importante, pero publicarlos en un escenario donde la libertad de prensa no es respetada, se convierte en el mayor de los retos. Las denuncias en contra del gobierno, aunque respaldadas por pruebas contundentes, quedan invalidadas sin una voz que las sustente publicamente.

Uno de los ataques más notorios del Estado es desestimar la información de periodistas sobre denuncias de comunidades afectadas por la crisis socioeconómica en Venezuela. Los discursos estigmatizantes son usados para dañar la imagen profesional de los comunicadores. Estos son constantes y provienen de políticos de alto rango.

Artículo 57. Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura.

De acuerdo con la Asociación Civil Espacio Público en Venezuela desde el año 2003 más de 408 medios de comunicación han cerrado sus espacios.

Polarización 

La democracia en Venezuela sufrió uno de sus ataques más significativos en 2007, Radio Caracas Televisión (RCTV) salió del aire cuando Conatel le negó su concesión y confiscó sus equipos técnicos. Este cierre arbitrario fue criticado en el ámbito nacional e internacional por el ensañamiento a la libertad de prensa y el derecho a la información.

RCTV, el canal de televisión pionero en el país, inició sus operaciones en 1953 y marcó la pauta de cómo se conoce la televisión venezolana hoy en día. Con su cierre, los demás canales cambiaron drásticamente su línea editorial, moldeándose a un gobierno que no acepta críticas. En consecuencia, desaparecieron los programas de opinión, el humor político como se conocía y todo pensamiento contrario al Estado fue retirado del aire, dejando a los ciudadanos en un desierto informativo y polarizado.

Así se demostró en el período de Juan Guaidó cuando la periodista y caricaturista Rayma Suprani fue criticada por su publicación «Las dos Venezuelas» del 5 de febrero de 2019. En esta, se describía a una madre desesperada pidiendo ayuda para su hijo que estaba muriendo, mientras que un político le respondía que se calmara porque tenían que reunirse con las instancias internacionales. Los ataques no se hicieron esperar, fue tildada de «colaboradora del régimen».

Afirmando con esto lo que dijo el Nobel de Literatura Darío Fo. “La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor, ni siquiera los gobernantes que se llaman democráticos porque la risa libera al hombre de sus miedos”. 

Artículo 58. La comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución, así como a la réplica y rectificación cuando se vea afectada directamente por informaciones inexactas o agraviantes.

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Terror, propaganda y desinformación 

En el reporte anual del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) Venezuela titulado «En el laberinto de la censura», se detalla los distintos ataques que enfrentaron los periodistas y defensores de derechos humanos en Venezuela durante el año 2023. De acuerdo con este las agresiones afectaron a 215 personas, incluyendo reporteros, locutores, camarógrafos y activistas. 99 medios de comunicación fueron limitados en sus labores, incluyendo medios privados, independientes y extranjeros. 

El reporte divulgó que estos ataques son perpetuados por los cuerpos de seguridad del Estado y la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). No obstante, fueron los actores desconocidos los principales victimarios quienes utilizando redes sociales suplantan identidades y difunden insultos en el entorno digital.  

Los actores desconocidos que suplantan identidades en RRSS son usados por el gobierno nacional como táctica para desacreditar a quienes están en contra de su línea de pensamiento. Así lo detalla Adrián González, director y fundador de la organización de Cazadores de Fake News de Venezuela, organización civil que analiza, detecta y estudia desinformación y operaciones de influencia en el país y otros países de latinoamérica.

González explica que no siempre estos actores son desconocidos, sino que son militantes pagados por el gobierno que se encargan de estigmatizar y denigrar a medios de comunicación, periodistas e investigadores con el objetivo de que pierdan credibilidad en las conversaciones públicas. “Para que las narrativas del gobierno se vean más populares de lo que realmente son y las de sus adversarios reales o percibidos se vean insignificantes». Indica que el control informativo en Venezuela se basa en la desinformación, censura y persecución.

Esto es una muestra de cómo las fuentes que aún están dispuestas a respaldar investigaciones son estigmatizadas, desestimadas y perseguidas, y en el peor de los casos, terminan privadas de libertad. Tal es el caso de Rocío San Miguel, defensora de derechos humanos y directora de la organización no gubernamental (ONG) Control Ciudadano, quien fue detenida en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía el 9 de febrero de 2024. Días después de su detención, el fiscal general William Saab declaró su supuesta vinculación con el caso «Brazalete Blanco».

Como era de esperarse, las redes sociales colapsaron y comenzó a circular información sin ninguna veracidad. No tardó en aparecer una cadena de WhatsApp, supuestamente escrita por Rocío San Miguel. El problema con este tipo de contenido radica en que la ciudadanía está involucrada, sin saberlo, en el sistema de desinformación y de manipulación de conversaciones públicas.

Sociedades más informadas

Desde la fundación del Correo del Orinoco hasta la actualidad, la prensa en Venezuela ha sufrido cambios políticos, sociales y tecnológicos. Ha sorteado dictaduras y gobiernos autoritarios, ataques a la libertad de expresión, a la prensa y, directamente, a la democracia. Además, la censura impuesta por el gobierno a los medios de comunicación, hace que el desafío de combatir la desinformación sea aún más difícil de enfrentar.

El compromiso de los medios de comunicación en Venezuela sigue siendo llevar información veraz y verificada, además de buscar alternativas para que esta llegue a las comunidades. Con los constantes bloqueos a los portales web, vulneraciones al derecho a internet y la precariedad en el sistema eléctrico, han surgido iniciativas como la de El Bus TV, que de manera offline, con papelógrafos y parlantes, informan a la colectividad.

La sociedad sigue cambiando y las formas de informarse también. Las organizaciones de verificación de hechos (fact checking) hacen un contrapeso a la desinformación. Sin embargo, por sí solas no pueden combatir un problema tan grande; debe existir un compromiso por parte de las comunidades en educarse y verificar las noticias que reciben, informándose a través de fuentes confiables. De esta manera, tendrán más posibilidades de contrastar información.

La censura vulnera la libertad de prensa, socavando uno de los pilares fundamentales de la democracia. La labor periodística transita entre el miedo y la incertidumbre. Resulta irónico tratándose de la tierra de quien luchó y soñó porque Venezuela fuese una patria libre y soberana.

Seguiremos informando…

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