Guajira.- En la frontera se han incrementado los trabajos informales, la prostitución, extracción de combustible, la trata de personas, el trabajo infantil y la inseguridad, males que azotan gran parte de la frontera colombo-venezolano.
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Esta es una realidad que no ha tenido respuesta por parte de los gobiernos, que han dejado esta zona a merced de quienes han hecho de la frontera un espacio peligroso.
«El cierre de la frontera ha generado un alto indice de pobreza, niños que mueren por hambre, que se dedican desde los seis años a trabajar, la inseguridad azota la Guajira. Este cierre solo ha beneficiado al Gobierno de Maduro, porque el pueblo está pasando hambre», manifestó Elena González, habitante de Guajira.
La frontera de Paraguachón en Guajira, ubicada al occidente del estado Zulia, ha adquirido mayor atención a raíz de diversos acontecimientos que ocurren desde hace más de tres años. Unos de los principales problemas es la fuga de combustible y la aparición de grupos al margen de la ley, que ejercen control en este territorio venezolano. Este fenómeno ha destruido la vida cotidiana de sus habitantes .
Otro de los factores que se vive a diario en la frontera colombo-venezolana, es el flujo masivo de migrantes que tratan de cruzar la frontera de Paraguachón en busca de alimentos, medicinas y calidad de vida. Muchos utilizan las diferentes «trochas» o caminos verdes, que hay en la Guajira donde sus derechos son vulnerados.
Neimarú Machado, habitante de Paraguachón, señaló que cada día aumenta la cifra de niños en situación de calle en el corregimiento de la frontera: «Es alarmante ver la cantidad de niños que duerme en las aceras y niños que caminan desde las comunidades del municipio Guajira, en busca de comida. Yo siempre pido a Dios que coloque la mano sobre Venezuela, porque su gente están viviendo una calamidad», expresó.
Miles de venezolanos siguen esperando que el gobierno abra las fronteras porque están cansados de transitar por las diferentes trochas en busca de alimentos y medicinas.
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