Coro.- En el estado Falcón, exportadores, marinos, caleteros, comerciantes y pueblo de La Vela, municipio Colina, protestaron este lunes 22 de febrero al cumplirse dos años de cierre de la frontera marítima entre Venezuela y las Islas Neerlandesas, ordenado por el gobierno de Nicolás Maduro.
Exigieron de nuevo a las autoridades abrir el canal comercial, en especial el que mantuvieron por más de 200 años con Curazao. Frente al edificio de la antigua Capitanía veleña unas 150 personas solicitaron una reunión con el gobernador Víctor Clark.
Hace un año, los afectados por el cierre, junto a los miembros de la Fundación Barquitos de Venezuela, que recoge un gran número de exportadores de alimentos a Curazao, elevaron su voz ante las autoridades municipales, regionales y del gobierno nacional exigiendo respuestas a los planteamientos de abrir el canal de comercialización o permitir a las embarcaciones surtir al mercado flotante, sitio de descarga de alimentos y frutas, de Curazao, sin que obtuvieran alguna respuesta.
En esa oportunidad, Salvador Infante, secretario de la Fundación Barquitos de Venezuela, dijo que las propuestas de los exportadores sobre la obtención de un permiso especial para las embarcaciones que salen al mercado flotante en la isla de Curazao y una autorización a aquellas lanchas que semanalmente surtan a las que expenden alimentos en la isla no fueron aceptadas.
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Este 2021, Euclides Zavala, presidente de la Asociación de Exportadores e Importadores del municipio Colina, señaló que existen unos 1.000 trabajadores directos sin empleo y 15.000 familias que no tienen modo de sustento, por lo que han debido migrar a otros países en busca de mejorar la calidad de vida familiar.
En contexto, la relación comercial que se desarrolla entre Venezuela y las Islas ABC asciende aproximadamente a los 200 años, por las cercanías que estas islas tienen con Venezuela. El estado Falcón, se ha visto en mayor ventaja, en comparación con otras regiones del país, ya que la ubicación geográfica de las islas le es favorable por sus cercanías con las costas falconianas.
En este sentido, el intercambio comercial de mercancías perecederas y no perecederas que se había incrementado hasta hace dos años, producto del impulso comercial por parte de los gobiernos regional y local, a través de la creación de mecanismos de control para disminuir la carga ilegal, el tráfico de sustancias ilícitas y de material estratégico, y que permitieron a los exportadores y pescadores hacer un mejor uso y distribución de las divisas obtenidas por esta actividad comercial, se detuvo por el cierre de operaciones fronterizas.
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