Cabimas.- Las embarcaciones pesqueras, los troncos de los árboles y hasta las aves que merodean en las orillas del bulevar costanero de Cabimas, estado Zulia, están teñidas de negro por un derrame de petróleo.
El agua del Lago de Maracaibo está aceitosa, incluso la basura tiene sobre ella una espesa capa de crudo que, hasta ahora, no ha sido controlado por Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
La situación, como es previsible, está comenzando a afectar a los habitantes. Por ejemplo, Julio Perozo tiene un restaurante en el mercado municipal y explicó que durante la Semana Mayor sus clientes dejaron de ir por el olor a crudo. «El viernes 19 de abril comenzó a mancharse toda la orillas y el olor es fuerte. Nadie se baja a comer aquí y eso me causa pérdidas», dijo.
El trance perjudica de manera crítica a los pescadores, quienes por la profundidad de las aguas y la dirección de la marea lanzan redes para atrapar camarones, pero el petróleo limita su faena.
«El crudo es denso, se pega en los motores de las barcazas y a las redes, también a nuestra piel y solo se quita con gasolina», explica un pescador.
A pesar de las denuncias que han realizado en la Dirección de Ambiente de la Alcaldía de Cabimas y de Pdvsa, las autoridades aún no atienden el derrame.
Fuentes relacionadas con la estatal petrolera explicaron a El Pitazo que en las aguas del lago hay varios pozos fuera de funcionamiento, pero no retiraron las tuberías que transportaba el crudo y ahora tienen fisuras.
También influye la falta de mantenimiento y su cercanía con talleres La Salina, donde está una isla artificial de Pdvsa que en sus instalaciones tiene depósitos y tanques de petróleo extraído de los campos Centro Lago y Rosa Lago.
En los municipios de la Costa Oriental del Lago se registró en 2016 un derrame que se extendió por las orillas de seis municipios. En ese momento, Pdvsa habilitó cuadrillas para limpiar y activar el protocolo de contención de hidrocarburos, aunque no cuantificó la cantidad de barriles que se derramaron por la zona.
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