Barquisimeto.- Las calles más próximas al Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto son intransitables porque los botes de aguas blancas acaban con el pavimento. Ambulancias, autobuses, gandolas, cisternas y carros particulares han sufrido daños por los huecos que son inevitables en varios tramos.
Desde hace tres meses están inundadas las avenidas Andrés Bello, Las Palmas y un cruce de la Libertador.
Vecinos y comerciantes del sector denunciaron que ningún organismo ha realizado inspecciones para reemplazar tuberías rotas y despejar los accesos al principal centro asistencial del estado Lara.
“A las ocho de la mañana, al mediodía y a las seis de la tarde todo colapsa. En la avenida Andrés Bello con Las Palmas hay un hueco demasiado peligroso, hasta que no se haga más grande nadie vendrá a arreglarlo. Hace días cayó un cisterna, se le desprendió el cardán y tubo que botar toda el agua para poder salir”, comentaron Jorge Suárez y Elizabeth Mendoza, quienes viven frente al hospital.
Ambos son testigos del colapso vehicular en los alrededores del hospital y la parada de transporte público para el poblado norte de Barquisimeto.
Pidieron a Hidrolara que responda a los llamados de la comunidad y arregle los botes.
Además, señalaron que a escasos metros de la entrada del hospital hay una pluma de agua en la que se pierden cientos de litros al día. “Hay gente que llena tobos y botellas en medio de la vía y se los llevan en carretillas o coches de bebé”.
Líneas de transporte se desvían
Las líneas de autobuses y carros por puesto con una parada asignada en la esquina de la avenida Andrés Bello con Las Palmas de ruta para cuidar las unidades. Deben atravesar una tronera de un metro de ancho para recoger a los habitantes de La Cañada, El Cují, Tamaca, Rastrojitos y otras comunidades remotas.
“Ahora los chóferes se desvían dos cuadras antes porque se les dañan los cauchos, rines, tren delantero y todo está demasiado caro”, explicó José Páez.
Páez y los comerciantes que están en el sector desde hace más de 20 años deben mover sus pequeños puestos para evitar que los carros mojen la mercancía al cruzar por las lagunas.
Egilda Castillo vende la mitad de las empanadas que solía despachar antes de que los charcos llegaran a la acera donde arma su carrito de comidas de lunes a sábado.
Un poste a punto de caer
La comunidad también solicita a Corpoelec una inspección de los postes En el cruce de la avenida Las Palmas con Andrés Bello hay uno a punto de caer, con la base corroída y debilitada.
“Todos los días hacemos el reporte por la radio y no somos escuchados”, resaltó el comerciante Jairo Mendoza.
La ausencia de alumbrado público también es una queja en el sector.
“De noche esto es oscuro, las paradas están solas, ningún poste se prende. Hemos hablado para que pongan las luminarias, hemos luchado con el consejo comunal y no hacen nada”, detalló Elizabeth Mendoza.
Para Mendoza los alrededores del hospital están en el olvido de las autoridades, pese a la circulación diaria de ambulancias, camiones con insumos médicos y pacientes que pueden andar en silla de ruedas o con bastones.
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