Caracas.- En nuestro boletín semanal Guayabo, de este viernes 11 de marzo, la periodista Mireya Tabuas eligió la historia de una joven colega, Johanna Osorio Herrera, para hablarnos de las muchas razones por las que un conjunto de venezolanos que se fueron del país deciden ahora regresar para quedarse.
En su caso, Osorio contó a Tabuas que decidió regresar porque estaba demasiado triste, porque extrañaba a sus seres queridos, porque tenía el guayabo a mil y no aguantaba más.
A Tabuas la conmovieron las razones de la joven colega, expuestas en Twitter hace un par de meses: “Vivir en Caracas, ver todo el tiempo a mi familia, pasear con mis gordos cerca del Ávila, salir con mis amigos amados, caminar por la ciudad, mi ciudad. Tengo hoy lo que soñaba hace unos meses y estoy más en paz, más feliz que nunca. Qué raro y hermoso camino me trajo hasta acá”.
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Osorio emigró a Colombia en 2019, donde una serie de altibajos la empujaron a regresar Venezuela: consiguió trabajo muy rápido, pero solo estuvo pocos meses en el cargo, pues se le complicó la vida por un embarazo delicado y una pérdida.
“Vivía en emergencias y cuando regresé del reposo tras la pérdida, me despidieron”, le dijo a Tabuas. Después intentó salir adelante con un abasto junto con su pareja y un amigo, pero cuenta que resultó frustrante y muy agotador.
“Además, después de la pérdida del bebé también murieron mis dos perritos amados, a quienes llevé desde Venezuela por trocha. Todo ocurrió en cuestión de cinco meses. Nunca me había sentido tan sola ni tan triste”.
Pero la venezolana se sobrepuso. Volvió al periodismo. Se mudó junto con su pareja. Pero sobrevino un nuevo golpe: su relación de pareja terminó. Se quedó sola. Vino el duelo.
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Así las cosas, Osorio decidió regresar a Venezuela, ahora con dos nuevos perros y un gato. Le expresó a Tabuas que no se arrepiente. Además, laboralmente también le empezó a ir muy bien.
“Cuando llegué, leí un día un tuit de una chama qué decía que volver a Caracas era como volver a nadar en líquido amniótico, y es justo así. Es vivir abrazada… Por mi mamá, hermanas, sobrinas, amigas y amigos, mi gente, mi ciudad, mi montaña, mis guacamayas, mi cielo, mis sabores y localismos. Volver a Caracas fue volver a vivir”, expresó.
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Y si no pudiste asistir el jueves 10 de marzo al evento Bocado a bocado se vive el guayabo, con los chefs Federico Tischler y Johana Clavel, puedes verlo aquí. «La comida venezolana es la unión de todos los sabores: dulce, salado, ácido, amargo», fue una de las frases que dijeron.
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