Por Daniela Goncalves (*)
Caracas. La pasión por la música de una venezolana la llevó a cambiar de rumbo para convertirse en la violinista que soñó ser. La zuliana Ruvit Bracho emigró en 2018 a Estados Unidos con una sola meta: capacitarse como música.
Bracho había cursado un semestre de Musicología en la Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo, pero se dio cuenta de que no era a lo que se quería dedicar, por lo que se trasladó hasta la Stetson University en Florida para cumplir su sueño de estudiar Music Performance.
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En una entrevista para El Pitazo, la venezolana comentó que estudiar en Estados Unidos es muy costoso; sin embargo, gracias a una beca que recibió de una fundación que ayuda al Sistema de Orquestas en Venezuela logró completar el primer año de la carrera.
En medio de la pandemia del COVID-19, en 2020, la organización no la pudo continuar apoyando debido al alto costo de la matrícula. En ese momento vio en la cuenta de Instagram de un productor musical que la Fundación Cultural Latin Grammy había extendido la fecha para postularse a su programa de financiamiento.
Creada en 2014, la Fundación Cultural Latin Grammy, a través de becas, donaciones y programas educativos, se propone incrementar el interés por la contribución de la música latina y sus creadores a la cultura mundial.
“En la Fundación Cultural Latin Grammy pasas por un proceso de audición. Ven tus videos, circunstancias y basado en tu talento te envían una carta si te la ganaste”, detalló, al agregar que ella logró postularse el último día.
El inicio de una carrera
La venezolana relató que al formar parte de los 39 becados seleccionados no solo tiene la oportunidad de representar a la Academia de la Música Latina como embajadores, sino que también le permite acceder a oportunidades laborales para darse a conocer.
La primera vez que participó en un evento de la Fundación Cultural Latin Grammy fue en un concierto de Fonseca que se realizó en una subasta en Miami. Señaló que, en agosto de 2022, la llamaron para que formara parte de la entrega de la beca Sofía Carson, donde tuvo la oportunidad de tocar junto al cantante y otros compañeros de la fundación.
“Gracias a eso me han llamado para grabar en estudios en Miami, como por ejemplo, Art House”, expresó.
Sus pasos en la música comenzaron tocando el cuatro en el kinder musical de la alcaldía de Maracaibo. Luego, a los 7 años, su abuela la inscribió en el Sistema Nacional de Orquestas, donde empezó a recibir clases de violín, instrumento con el que decidió continuar su recorrido.
El desafío detrás de un sueño
A sus 20 años, el desafío más grande que enfrentó al emigrar como estudiante fue el dominio del inglés. Bracho no obtuvo los puntos suficientes en el toefl hasta la segunda vez que lo presentó. Para lograr aprobar iba a la biblioteca a estudiar y asistía a conversatorios en la ciudad.
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Asegura que la ayudó mucho hablar solo en inglés y rodearse de personas que no dominaran el español. “Al principio en la universidad mis primeras clases las grababa con el teléfono para volverlas a escuchar y entender”, destaca.
Bracho se graduó en tres años de la universidad y actualmente sigue formándose en el Lynn Conservatory. Entre sus metas está seguir practicando para mejorar su técnica y no lesionarse, así como el adquirir mayor experiencia tocando en orquestas.
En Lynn University la violinista comparte el aula con varios venezolanos. “El país ha exportado al mundo muy buenos músicos. En la universidad te otorgan una beca completa; si hay muchos venezolanos, quiere decir que hay mucha gente buena en Venezuela haciendo música”, señaló.
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