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miércoles, 1 mayo, 2024

Un talento que vence la adversidad: así cambió la vida de Jackson Barreto

La historia de Jackson Barreto Maramara tiene muchos matices, entre los que están envueltos temas sociales como la pobreza extrema, deserción escolar, explotación infantil, migración y abandono. Ahora, por primera vez en 11 años, el niño que ha cantado desde pequeño por algo de comida, se siente cuidado y feliz de cumplir su sueño en el programa La Voz Kids Colombia

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Julio 2019: “¡Mira al niño que publicó Olga Tañón, dice que es de Barquisimeto!”. Esa fue la pauta para la corresponsalía del estado Lara. El plan era buscar al talentoso niño y entrevistarlo, preguntarle si sabía que la merenguera había hecho que su canto se hiciera viral y que, además, contara su historia.

El video había sido grabado en las instalaciones del Mercado Mayorista de Barquisimeto (Mercabar) y hasta ese lugar fue el equipo periodístico de El Pitazo. Allí estaba Jackson, junto a su madre, un hermano y una hermana. Siempre se mostró con una amplia sonrisa y feliz porque Olga Tañón lo había mencionado en su cuenta de Instagram.

“¿Será que yo voy a ser famoso?”, se preguntaba entre risas y con inocencia infantil cuando los dueños de los locales del mercado le mostraban su video en las redes sociales. “Me decían que Olga Tañón había escrito que cantaba bonito y yo pensaba: ¿será que es mentira o verdad?”, contó a El Pitazo hace dos años.

Aunque no sabía leer ni escribir y había abandonado la escuela, Jackson se aprendía sus canciones preferidas al escucharlas una y otra vez en una Canaima, computadora que entregó el Gobierno venezolano a través de un programa social. Ese equipo fue robado cuando desvalijaron el rancho donde vivía, por eso solo podía escuchar música de vez en cuando, cuando los vecinos lo invitaban a sus casas.

Ahora vivía junto a su familia en otro rancho, en la comunidad Simón Rodríguez, una barriada al oeste de Barquisimeto con calles de tierra y viviendas de zinc, catalogada zona roja. La historia no estaría completa sin conocer este lugar. En un espacio de tres metros por tres residía Jackson con su madre, padrastro, abuelos, una hermana y otro hermano. Sin nevera, televisor, radio ni cocina.

“Yo quiero que mi nieto aprenda a leer, que sepa hablar bien. Yo le digo que debe instruirse y cuidarse”, declaró el abuelo Jacinto Maramara, de 88 años en la actualidad, sentado afuera del ranchito, orgulloso del pequeño. Un anhelo que hoy, dos años después, se ha empezado a cumplir.

Jackson contó que iba a la iglesia cristiana evangélica de la comunidad, donde aprendió más canciones. Una de ellas la cantó mientras se grababa el video y tanto su madre, su abuela y el propio Jackson, además de los espectadores o curiosos en ese momento, soltaron lágrimas de emoción.

“Necesito de ti señor, […] toca toda mi estructura, sana todas las heridas, caminaré en santidad, quiero amarte solo a ti, porque en ti encontré mi primer amor, haz un milagro en mi…”. Un milagro que ahora se cumplió en Colombia, como niño migrante y en manos de Esther Molina, comerciante de Arauca, quien ahora cuida de Jackson.

Lismary Barreto, la hermanita de Jackson, necesita ayuda para recuperarse

La fama momentánea no lo ayudó

El vídeo de Jackson en su ranchito de zinc, sus palabras y su canto movió muchos corazones, pero ningún organismo oficial para el momento se pronunció sobre las condiciones de este niño, quien cantaba en las calles a cambio de comida para él y su familia.

Uno de los cantantes de la agrupación larense Carota, ñema y tajá, escribió un comentario en la entrevista realizada por El Pitazo: “Si esto no sensibiliza a los políticos, díganme qué clase de dirigentes tenemos? Hemos perdido lo más importante, la dignidad y el respeto por nuestros semejantes”.

Y fue así, no hubo ayuda ni cambios para la vida de Jackson hasta que se fue a Colombia, junto a uno de sus padrastros, Freddy Alexander Barreto y padre de su hermana mayor, Lismary, quien aunque no es su padre biológico, le dio su apellido y por esta razón es su padre legal.

El segundo padrastro, José Gregorio Carrasco, es quien crio al niño y vive con Reina Isabel Maramara, madre de Jackson. Ambos se encuentran en la actualidad con Lismary Barreto, de 14 años, en el Hospital Pediátrico de Barquisimeto, porque la niña está internada con diagnóstico de insuficiencia renal, diabetes, desnutrición crónica, sepsis y neumonía bilateral.

Lograr hablar con los padres de Jackson no fue tarea fácil porque no tienen teléfonos y entrar al Hospital Pediátrico a buscarlos, sin saber en qué piso y en cuál número de cama estaban era difícil. Aunado a ello, en este centro de salud está prohibida la entrada de periodistas. Sin embargo, lo más increíble sucedió: la corresponsal entró sin ningún inconveniente.

Era la hora de la revista médica, había que esperar que terminaran para poder hablar con la mamá de Jackson. Cuando llegó el momento entramos y Reina Isabel Maramara se acordó de la vez que la habíamos visitado en su ranchito, en la comunidad Simón Rodríguez.

Contó que viajó a Colombia en 2020 con su hija Lismary para buscar a Jackson, porque Freddy Alexander Barreto, el padrastro, le había dicho que solo se lo llevaría 15 días. Aunque no recordaba los datos específicos de la fecha de los viajes y tiempo de estadía en Colombia, explicó que se devolvieron a Venezuela, sin el niño.

En marzo de 2021 vuelven a Colombia por Jackson, pero el pequeño no quiso regresar con sus padres, sino quedarse con Esther Molina, a quien llama su madrina.

“El niño le dijo: ‘mamá, dame la firma, por favor. Hazlo por mí, yo quiero ser alguien en la vida y cumplir mi sueño”. Entonces mi esposa se lo firmó [permiso para participar en La Voz Kids], pero eso no quiere decir que se lo va a regalar. Ella en ningún momento le firmó un papel de esos [de adopción]”, dijo José Gregorio Carrasco a El Pitazo, en alusión a las gestiones que ha realizado Esther Molina, en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

La historia de Jackson Barreto inspira a otros jóvenes venezolanos

Exclusiva con la madrina

El 6 de junio de 2021, casi dos meses antes de la actuación de Jackson en La Voz Kids Colombia, el equipo periodístico de El Pitazo volvió a saber del niño a través de sus redes sociales. El mismo día se intentó contactar, pero no hubo respuesta.

Después de varios intentos, incluso la noche antes de cantar en el programa de talento, el asistente de Esther Molina, conocida como la madrina de Jackson, accedió el 26 de julio a dar su número para entrevistarla.

Tres días después, en exclusiva y vía telefónica, el 29 de julio relató desde que conoció a Jackson hasta la actualidad. Aclaró que ella no quiere robarse ni aprovecharse del cantante.

Explicó que Jackson vivía en las calles. Lo vio por primera vez a finales del año 2019, cuando iba a cantar a su negocio y ella empezó a ayudarlo, como ha hecho con otros niños que viven a las orillas del río Arauca. De hecho, su caso lo refirió en principio a Save The Children.

Molina es madre de tres hijos y ahora tiene a Jackson con ella. El niño ha aprendido a leer y escribir, ha estado activo en sus redes sociales en Facebook e Instagram y ha dicho en sus vídeos que no quiere separarse de su madrina.

“Él me dijo: Mamá, yo no quiero vivir más en la pobreza”, recordó la mamá de Jackson en las afueras del Hospital Pediátrico de Barquisimeto, donde se encuentra por la condición de salud de su hija, Lismary.

De forma extraoficial, El Pitazo conoció que hubo denuncias ante el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, en Barquisimeto, sobre los padres de Jackson, cuyo contenido no puede ser revelado por la confidencialidad de las declaraciones. Por otro lado, vecinos del barrio Simón Rodríguez y arrendatarios de los locales del Mercado Mayorista de Barquisimeto, reiteraron que Jackson cantaba de día y muchas veces de noche, a cambio de comida o dinero.

Jackson Barreto es uno de los 6000 niños migrantes en situación de riesgo. Todos se encuentran bajo la supervisión del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, según datos que maneja Zair Mundaray, consultor jurídico de la Embajada de Venezuela designada por Juan Guaidó en ese país.

La Voz Kids Colombia

Julio 2021: Dos años después de que Jackson se dio a conocer a través del Instagram de Olga Tañón, en el mismo mes, el niño que cantaba en las calles para comer, tuvo su primera participación en el programa de concursos La Voz Kids Colombia. En la audición a ciegas del jueves 22, conmovió con su voz a la cantante española Natalia Jiménez y al cantante colombiano Andrés Cepeda.

“Yo vivía en las calles”, dijo entre lágrimas Jackson, cuándo le preguntaron de dónde venía. Natalia Jiménez corrió a abrazarlo y a darle ánimo, diciéndole que no importaba dónde vivía ni de qué país venía.

A través de correos electrónicos, El Pitazo ha intentado comunicarse con los productores del concurso e incluso con el canal colombiano, pero no ha habido aún una fecha para la entrevista.

Ahora lo más satisfactorio es que Jackson está cumpliendo su sueño de ser cantante. Verlo feliz, ante los entrenadores de La Voz Kids Colombia, no solo sacó lágrimas de alegría a Jackson, sino a todos los larenses que lo conocieron, a su hermana Lismary desde la cama del Hospital y a cada persona que ve a través de él una esperanza para los niños venezolanos en situación de riesgo que han cruzado la frontera huyendo de la pobreza.

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