Por Daniela Goncalves (*)
Caracas.- El sabor del tequeño de merkén y la intención de construir un patrimonio que dejarle a su hija en Chile hizo que el viaje de visita de una venezolana se extendiera más de lo esperado. Yrua Sotillo llegó a la capital de Chile a finales de 2022. Todavía no planeaba enamorar a los chilenos con platos de la gastronomía venezolana.
Pero Sotillo sabía que la masa crujiente de sus tequeños era digna de ser acompañada de tocineta, merkén (uno de los condimentos más representativos de Chile realizado con base en ajíes secos molidos) y próximamente tomate seco con orégano y albahaca. Todo comenzó en las celebraciones familiares, pues su comida siempre era el centro de atención y entendió que debía sacarle provecho a ese don.
Los tequeños con queso paisa de una venezolana alegran a Miami
En una entrevista para El Pitazo, Sotillo detalló que en Venezuela, durante un tiempo, también se dedicó a la venta de los tequeños; sin embargo, tuvo que dejarlo debido a que su negocio farmacéutico le quitaba mucho tiempo.
“Al estar en Chile le dije a mi hija que iba a comenzar a producir algo mientras estaba de vacaciones. Los tequeños, al principio, eran solo de queso, el cual nos hace un señor de los Andes que se encuentra aquí”, contó.
Tequeños con un lugar en el corazón de chilenos y venezolanos
Con su negocio AJ Crunchy (@ajcrunchy.cl) ha logrado cautivar a vecinos, personas de grupos de WhatsApp y amigos, quienes, asegura, al llegar de su trabajo en la noche suelen escribirle para ordenarle la cena. “Los vendemos congelados y fritos para la gente que está cerca. Además, tenemos delivery”, detalló Sotillo, quien ya tiene seis meses en Chile.
Tras preparar más de 100 tequeños al día, la venezolana, oriunda de Guatire, indica que empezará a industrializar su producto. Comentó que su meta a corto plazo es tener más maquinaria para simplificar los procesos. Es por ello que comprará laminadores y neveras.
Sotillo señaló que extraña a sus padres en Venezuela, pero le agradece a los chilenos la hospitalidad con la que la recibieron a sus 53 años. Aseguró que no ha experimentado ningún episodio de xenofobia ni rechazo en el país austral.
(*) Programa de Formación de Nuevos Periodistas
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