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miércoles, 26 junio, 2024

Táchira brinda espacios de apoyo a migrantes que regresan o se van

En los alrededores de la iglesia San Emigdio de Libertad, en Capacho Viejo, es común observar a caminantes venezolanos descansando. Unos regresan de largos viajes y otros se van. Se hidratan, comen y reciben orientación de un equipo de profesionales. Es uno de los puntos de atención a migrantes de la Diócesis de San Cristóbal

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Por Daniela Chacón (*)

Capacho Viejo. En el estado Táchira ya son seis los puntos de atención humanitaria habilitados para apoyar a las personas en movilidad que retornan o se van de Venezuela. La Diócesis de San Cristóbal trabaja en alianza con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para asistirlas. Quienes forman parte del equipo se definen las manos implementadoras de esta acción.

Desde 2018, se establecieron varios puntos de apoyo humanitario en el estado. Para ubicarlos se evaluó la ruta migratoria que recorrían las personas. A medida que se iban quedando y necesitaban más atención, se crearon los sitios en Vega de Aza, terminal de pasajeros, Puente Real, Capacho Viejo, San Antonio y Ureña. También instalaron un punto de atención en Caramuca, estado Barinas.

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En Capacho Viejo, el punto móvil está ubicado justo en las afueras de la iglesia San Emigdio de Libertad. Allí se ofrece a los caminantes hidratación, comida, charlas y orientación para que no se pierdan en la carretera. En una hoja se escriben sus datos y les preguntan los motivos que los llevan a salir o regresar y si es la primera vez que lo hacen.

Asimismo, desde el 6 de febrero comenzó, de forma temporal, a brindarse hospedaje a los caminantes en una casa abandonada al lado de la iglesia de Capacho Independencia. “Había un espacio que no se utilizaba y se estaba deteriorando, así que lo aprovechamos para dar hospedaje”, dijo Luis Martínez, quien trabaja en el punto de atención de Capacho.

La capacidad del lugar permite albergar a 40 personas, pero hasta el momento han llegado a 20. El área del patio no está techada y cuando llueve resulta complicado acoger a más personas.

“Gracias a los recursos de otras organizaciones se ha levantado poco a poco. Tenemos colchonetas, sábanas, cobijas. El padre de la parroquia de Independencia nos presta los baños, pero es necesario que otras organizaciones se sumen al proyecto de formar un centro de alojamiento en óptimas condiciones”, añadió Martínez.

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La casa está abierta todos los días desde las 4:00 hasta las 10:00 pm. Allí, hay dos voluntarios que acompañan cada noche a los caminantes y, la mayoría de veces, una psicóloga, quien ofrece atención psicosocial.

Unos venezolanos regresan y otros se van

Luis Martínez trabaja en el punto de atención de Capacho. Es licenciado en Matemática y se encarga del control estadístico de las personas en movilidad. Comentó a El Pitazo que en junio contabilizó 1.800 personas que salieron del país y 1.300 que retornaron. Una diferencia no muy marcada.

“Quienes regresaron vinieron a visitar a sus familias o trataron de empezar aquí de nuevo, pero la mayoría vuelve a salir porque el salario no les alcanza y más cuando los núcleos familiares son numerosos y tienen niños. Vuelven a irse en busca de estabilidad”, aseveró.

Karín Martínez trabaja hace cuatro años para este equipo. En Capacho Viejo está desde hace año y medio, pues a menudo rotan al personal. “Todos los días transita gente por esta vía, unos más que otros. Aquí les damos refrigerio y los orientamos. En Puente Real, por ejemplo, las personas pueden pasar la noche, bañarse, y en San Antonio reciben atención médica”, expresó.

Historias que dejan huella

Luis y Karín comentaron a El Pitazo que durante el tiempo que llevan trabajando en estos puntos de atención son muchas las experiencias de venezolanos migrantes que han conocido. Cada uno tiene una historia, pero todas comparten los mismos objetivos: buscar estabilidad, empleo, atención médica y bienestar familiar fuera de Venezuela.

“Recuerdo que atendimos a dos hermanos, eran morochos. Humildes y agradecidos. Eso cuando estaba el tema de la selva del Darién. Venían de Caracas y se fueron por esa selva. En el camino, tuvieron un altercado y, para robarlos, mataron a uno de ellos”, afirmó Luis.

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El joven que sobrevivió regresó y pasó de nuevo por el punto de atención en Capacho Viejo. “Estaba destruido, llegó llorando. La psicóloga lo trató y luego el joven habló con nosotros. Nos contó que se devolvía a Caracas a darle la noticia a su mamá, que estaba enferma de cáncer. Fue fuerte. No sé qué pasó con él después. Así como esas historias, muchas”, añadió.

Caminantes venezolanos a su cuenta y riesgo

En los alrededores de la iglesia de Libertad es común observar caminantes venezolanos reposando. En el día, aprovechan para hidratarse, comer y recibir orientación; en la noche, duermen allí o en la casa de hospedaje de Independencia, si aún hay espacio.

Darwin Hernández, de 33 años, es oriundo de Barquisimeto. Estaba en Ecuador y regresó caminando con su esposa y tres hijas. Llevan dos meses en ese recorrido. De Venezuela se fueron a principios de 2023, porque no conseguían fuentes de empleo. En Ecuador la situación fue similar.

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“En Ecuador discriminan a los venezolanos. Allá estuve trabajando de caletero (carretillero); fue duro, lo único que conseguí. Algunas veces nos alcanzaba para el alquiler y la comida. Mi esposa no trabajaba, porque estaba cuidando a las niñas”, dijo Hernández.

A Capacho llegaron a las 6:00 p.m. El hombre comentó que los organismos de seguridad venezolanos y quienes trabajan en los puntos de atención han sido muy colaboradores. “Incluso nos han parado colas, pero algunas personas no aceptan llevarnos y uno no puede hacer nada. En San Antonio conseguimos un punto de ayuda. Nos dieron comida y nos trataron bien”, expresó Hernández.

Durante el camino de regreso dijo que se encontraron a otros caminantes venezolanos que se proponían llegar a Estados Unidos. “Nos estaban convidando, pero nos dio miedo irnos con las niñas. Prefiero arriesgarme yo solo y luego mandarlas a buscar. Si veo la situación bien, aquí me quedo, si no, me voy para Estados Unidos”, indicó el barquisimetano.

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