Caracas. Hubo quienes tomaron su comentario en broma: «Difícil de creer, todo sea por tener likes». Pero la mayoría se lo creyó. Tanto es así que el mensaje del venezolano hizo gran ruido en las redes sociales apenas llegar 2023.
“Mi familia en Venezuela se molestó porque me pidió dinero y solo le pude enviar $100 … Después de recibir mensajes donde me llamaban pichirre, que eso no les alcanzaba para nada, decidí enviarles estas fotos”, escribió el venezolano, identificado como Magnetorg en Twitter, el 2 de enero.
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Doblado por el peso de unas ramas que carga al hombro, el venezolano, que está siempre o casi siempre de buen humor, a juzgar por sus mensajes en Twitter, comparte con sus seguidores las fotos que envió a su familia para desmentir que está sin hacer nada en Nueva Jersey, Estados Unidos.
En otras palabras, les explica que tiene que sudar la camiseta para ganarse la vida en el país norteamericano y, cuando puede, enviarles 100 dólares. «Mándalas a trabajar a las vagas esas, así la vida es un jamón, solo pedir y pedir sin saber el esfuerzo de los demás”, soltó una usuaria.
El hombre aseguró que hay altas y bajas «y a veces se puede más, otras veces menos, y eso no lo entienden». «Si con $100 soy pichirre … Imagina si los mando a chambear: me bloquean», añadió, tomándose casi todas las reacciones de los usuarios de Twitter con mucho humor.
No faltaron los seguidores que llamaron personas malagradecidas a la familia. “No se trata de cuánto dinero ganes; se trata de que tus necesidades básicas estén cubiertas al 100% mientras te ajustas a la vida que escogiste en el lugar que escogiste hasta que llegue la oportunidad de un mejor empleo y una mejor retribución salarial”, argumentó el venezolano, algo más serio.
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Sus respuestas nada dicen sobre cuándo llegó a Estados Unidos, pero sí revelan dónde trabaja: en una compañía que presta servicios de paisajismo y mantenimiento de jardines y parques en el estado de Nueva Jersey.
Aún más: afirma que ahora aprendió el oficio de jardinero, un trabajo que suelen ocupar algunos inmigrantes recién llegados a Estados Unidos. “Para mí eso es otra herramienta que tengo entre las actividades que sé, y que puedo practicar en cualquier parte del mundo”, dijo el hombre sin complejos.
El duro camino de las remesas
Magnetorg consigue que su tuit alcance más de 25.000 Me gusta y más de 1,7 millones de reproducciones. Y, quizá, lo más importante: nos recuerda sin querer que un conjunto de migrantes venezolanos enfrenta días bastante duros, de los que tampoco escapan sus familiares en Venezuela.
Que ya ni hay remesas que ayuden a un buen número de venezolanos a soportar una voraz inflación ni señales del fin de la larga crisis humanitaria que ha empujado a 7,1 millones de personas a salir de Venezuela en los últimos siete años, según estimaciones de la Plataforma R4V.
“Lo malo es que la gente nuestra no va a entender esto y van a terminar arrechos con todo el mundo, pero, sencillamente, no se puede hacer más. La dinámica de hace apenas unos cinco años atrás ya no existe. Yo comencé ayudando con aproximadamente 30 dólares mensuales y ya voy por casi 400. Imposible”, se lamentaba otro venezolano que respondió a Magnetorg.
Remesas, ¿a dónde van?
Entre los hallazgos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) destaca la disminución de venezolanos que envían remesas a sus hogares (49 % en 2022 frente a 59% en 2021).
La Encovi también registró una reducción de la frecuencia con la que enviaban esas ayudas: 57 % de esos envíos se hacen 1 o 2 veces al mes, «contribuyendo en alguna medida a la reactivación del consumo en los hogares receptores».
Sin embargo, la investigadora de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Anitza Freitez, hizo una observación en noviembre de 2022, cuando presentó los resultados de la investigación: «Las remesas pueden ir dejando de ser una fuente complementaria de los ingresos familiares, porque ya no van quedando miembros de la familia a quien enviar esas ayudas o se reducen los miembros de las familias que quedan en Venezuela».
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En marzo de 2022, la consultora Anova Policy Research reveló que 2,1 millones de hogares en Venezuela recibían remesas, es decir, 24,3 % del total de hogares venezolanos.
En promedio, esos hogares dijeron que recibían 65,8 dólares mensuales. La investigación estableció también que la recepción de dinero del exterior ayudó a disminuir la tasa de pobreza extrema en la población receptora en 23 %, respecto de los hogares no receptores de remesas.
Los resultados del estudio de Anova Policy Research determinaron que las remesas llegaban a una porción relativamente pequeña de las familias venezolanas, pero habían adquirido un rol muy importante como complemento del ingreso familiar, fundamentalmente en los hogares más pobres.
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