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sábado, 11 mayo, 2024

Parole humanitario de EE. UU. para venezolanos cumple un año: nuestra vida cambió

Stephanie y Laura son dos venezolanas beneficiarias del parole humanitario. Una de ellas viajó con su esposo e hija para reunirse con el resto de sus familiares en EE. UU.; mientras que la otra espera la autorización de viaje. Con sueños cumplidos y por cumplir, ambas consideran que es una buena opción para emigrar al país norteamericano

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Caracas.- Un año después del inicio del parole humanitario, dos venezolanas que fueron admitidas en Estados Unidos bajo este programa cuentan cómo cambiaron sus vidas y obtuvieron nuevas oportunidades lejos de su tierra natal.

El 22 de octubre de 2022, Estados Unidos dio inicio a este programa que permite a los venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos residir por dos años de forma regular en su territorio si cuentan con un patrocinador.

Más de 66.000 venezolanos han llegado desde entonces con un parole, informó el subsecretario de Política Fronteriza e Inmigración en el Departamento de Seguridad Nacional, Blas Núñez-Neto, en entrevista con El Pitazo.

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«Tenemos a toda la familia aquí»

Stephanie Valbuena, de 36 años, es una de ellas. Llegó a Dallas, Texas, el 16 de abril de 2023 junto a su esposo de 42 años y su hija de 4. Los tres lograron entrar al país norteamericano bajo el beneficio migratorio. Su motivación principal era volver a reunirse con el resto de su familia.

«Decidimos salir del país porque tenemos a toda la familia aquí. Realmente, nuestra salida fue más que todo familiar y, bueno, optar por mejoras económicas y brindarle mejor futuro a nuestra hija», dijo Valbuena a El Pitazo.

La familia de barquisimetanos intentó anteriormente optar a una visa de turismo que le permitiera viajar de forma regular, pero cuando acudió a la cita en la Embajada de Estados Unidos en Rio de Janeiro, en Brasil, le fue negada.

«Es una excelente opción (el parole) para todo aquel venezolano que decida venir a Estados Unidos. De esa manera no expones a tu familia, ya que viajas tranquilamente», indicó la madre venezolana.

Valbuena afirma que no se le hizo difícil conseguir trabajo. Considera que en Estados Unidos hay muchas oportunidades laborales.

«Me siento muy afortunada y agradecida por esta oportunidad que me brindó el país de ser beneficiaria del parole. Mi proceso como tal no fue tan rápido como el de otras personas. Nosotros tardamos cuatro meses en recibir la aprobación del patrocinador, luego fueron tres semanas para que nos llegara la autorización de viaje».

«Nuestra vida cambió. Aquí las jornadas laborales son largas y ambos miembros de la familia deben trabajar para cubrir gastos y salir adelante. Ya hicimos la solicitud del Estatus de Protección Temporal (TPS), porque nos ampara por la fecha de nuestra llegada», explica la larense.

«Dimos a luz al parole humanitario«

Un año después de que aprobaran las primeras solicitudes, aún hay venezolanos que tras meses de espera acaban de recibir la noticia que más esperaban: la aprobación del parole humanitario. Este fue el caso de Laura -nombre ficticio por petición de la entrevistada- una joven que llevaba esperando nueve meses por el visto bueno.

«Yo decía que si Dios me quería aquí en Venezuela, pues será; y que si quiere que me vaya a Estados Unidos, será en el tiempo que él lo tenga previsto. Se presentaron muchísimas cosas en estos meses que me hicieron dudar entre la idea de irme o no. Fue una espera larga y, de hecho, el día que lo aprobaron yo dije que fue un parto, porque fueron nueve meses. El 17 de octubre dimos a luz al parole humanitario», expresó la joven de 26 años a El Pitazo.

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Laura recibió la aprobación junto a su hermano. Ambos tienen de patrocinador a un primo. Viven en Caracas con sus dos abuelas y dos perritas, por lo que aspiran a trabajar para luego poder solicitarlas a ellas y así reunir a toda la familia. «Paso a paso, un día a la vez. También planeo llevármelas, porque no me veo en ningún país teniéndolas lejos», dijo.

La joven dice que su aspiración es «echarle pichón» desde el primer día que cuenten con el permiso de trabajo para tener una mejor calidad de vida y ayudar a sus abuelas. Además, al ser periodista de profesión en Venezuela, no descarta la idea de ejercer algún día en el país norteamericano. Ambos venezolanos están en espera de la autorización de viaje.

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