Oswaldo Orta nunca imaginó que su travesía desde Venezuela hasta Chile sería la historia perfecta para darle rienda suelta a su imaginación. Hoy nos presenta su obra literaria: «Escape: el sueño del inmigrante» 

Escribir un libro era uno de sus sueños. Seguir los pasos de su padre, quien pintó un cuadro que decora el comedor de su casa, era un reto personal; quería dejar una huella. A los 27 años lo logró. Pensar en positivo y nunca perder la confianza en sí mismo fueron los principios para darle vida a su obra literaria. 

Oswaldo Orta, el protagonista de esta historia, no había visualizado la temática de su texto hasta febrero de 2018 cuando partió de Venezuela a Chile, por carretera y con tan solo una mochila a cuestas, lleno de temores, pero también con mucho optimismo.  

“Luego de tomar la decisión de irme de mi país, a propósito de la crisis que atravesaba, y recorrer parte de Suramérica sentí la necesidad de contar mi experiencia. Más allá de que siempre me gustó escribir, sabía que muchas personas se identificarían con mi historia”. 

Los preparativos del viaje, la incertidumbre de enfrentar una vida solo y los sentimientos que genera dejar atrás a tus afectos, tu casa y hasta la cama que por años te cobijó y fue testigo silente de tus sueños, sirvieron de punta de lanza para que Oswaldo comenzara a escribir su libro, el cual alimentó con cada kilómetro recorrido durante nueve días desde San Antonio de los Altos, en el estado Miranda, hasta Santiago de Chile.

“Salí el 16 de febrero de 2018 de un terminal de Caracas que ni siquiera sabía que existía y llegué al estado Táchira. Luego caminé hasta la frontera y demoré 6 horas en cola para sellar el pasaporte de salida. Ya en suelo colombiano estuve 5 horas en cola para repetir la misma operación de entrada a Colombia. A bordo de otro autobús me fui a Ecuador. Un par de horas para entrar, una noche en un hotel y 4 horas para salir formaron parte de mi estadía en la mitad del mundo. Una vez en Perú partí a Chile hasta que finalmente llegué a Santiago, donde actualmente me desempeño como encargado del área de adquisición de una empresa de construcción”.  

–¿Sentiste miedo durante el viaje?

–Sí, mientras estuve en territorio venezolano porque vi cómo los funcionarios de la Guardia Nacional (GN) revisaban al azar a las personas en los autobuses y les quitaban los dólares que llevaban, bajo el argumento de que era ilegal, y si se oponían, las amenazaban con dejarlas presa. También temí ser víctima del hampa. Una vez que salí de Venezuela me sentí más relajado. 

–¿Cuándo pensaste que era el momento de irte? 

–A partir del año 2013 mi círculo de amigos se fue achicando porque todos emigraron. En 2017 me gradué de Licenciado en Comunicación Social y no conseguí empleo en el área, así que comencé a trabajar en una panadería, pero el sueldo no me alcanzaba. Paralelamente observaba que mis amigos, desde afuera, podían enviar dinero a sus padres. Allí entendí que en Venezuela no tenía oportunidades para crecer, que se había convertido en un país hostil, así que con la ayuda de mi mamá y de mi mejor amigo completé el dinero que necesitaba para irme.

–¿Crees que fue una decisión acertada?

–Esta es una pregunta que nos hacemos todos los venezolanos. Yo opto por ponerlo en una balanza. Aquí en Chile se consigue calidad de vida y la oportunidad de enviar dinero a Venezuela, pero debes pagar el precio de dejar a tu familia, tu casa y tu gente. Eso pesa mucho. Claro, todos soñamos con traernos a los nuestros o volver a casa, siempre y cuando haya un cambio en Venezuela y garantía de un futuro próspero.


Luego de tomar la decisión de irme de mi país, a propósito de la crisis que atravesaba, y recorrer parte de Suramérica, sentí la necesidad de contar mi experiencia. Más allá de que siempre me gustó escribir, sabía que muchas personas se identificarían con mi historia

Oswaldo Orta

–¿Alguna anécdota durante el viaje?

–Cuando llegué a Perú conocí a una señora que viajaba en el mismo autobús que yo. Me contó que era peruana y que después de 40 años regresaba a su casa, de donde había salido huyendo de la dictadura hacia el mejor país de Latinoamérica, en aquel entonces: Venezuela. Que curioso, lo que yo estaba haciendo, lo hizo ella cuatro décadas atrás. 

–¿Qué fue lo más difícil al emigrar de Venezuela?

–Separarme de mi mamá. Cruzar la puerta para entrar al autobús, mirar cómo lloraba  y no tener la certeza de cuándo la volveré a ver.

Pluma y tintero 

«Escape: el sueño del inmigrante» es el título del libro de Oswaldo Orta.  Solo está disponible en Amazon. Se puede comprar en versión digital o física. 

–¿Qué quieres transmitir con este libro?

–Dos cosas: la fuerza que hay que tener para emigrar, superar obstáculos y alcanzar la meta, y las vivencias durante ese proceso de darle un cambio radical a tu vida, como lo hice yo y muchas otras personas cuyas experiencias también están plasmadas en mi texto.

–¿Fue fácil escoger el título? 

–La verdad es que no y cuando por fin me decidí por uno era muy largo: «Escape, el sueño del inmigrante venezolano». Asesorado por un amigo, de nombre James, le suprimí la última palabra porque esta experiencia no solo la hemos vivido nosotros, sino personas de todas partes del mundo.

–¿Cuánto tiempo te llevó escribirlo y cómo fue el proceso para publicarlo?

–Tardé un año y medio en escribirlo. Luego, a través de Google, me asesoré sobre el proceso de edición y conseguí la Editorial Digital, en cuya página lo explican paso a paso. Llamé a esa empresa, hablé con el editor, le mostré la historia y le gustó. Me envió el presupuesto y se encargó del resto, una vez que cancelé.    


Mientras estuve en territorio venezolano vi como los funcionarios de la Guardia Nacional (GN) revisaban al azar a las personas en los autobuses y les quitaban los dólares que llevaban, bajo el alegato de que era ilegal y, si se oponían, las amenazaban con dejarlas presa. También temí ser víctima del hampa. Una vez que salí de Venezuela, me sentí más relajado

Oswaldo Orta

–¿Quieres seguir escribiendo?

–Por supuesto, no hay nada más que me guste. Nunca pensé en escribir un relato autobiográfico, pero me tocó. Ahora quisiera escribir fantasía y ciencia ficción que son mis géneros favoritos. 

–¿Cuál fue el primer libro que leíste? 

–Es curioso, porque el primer libro que leí fue «Los viajes de Miguel Vicente, pata caliente», que trata sobre un niño de Caracas que vivía en un barrio, trabajaba como limpiabotas y un día recorrió Venezuela por carretera y, casualmente, mi primer libro tiene semejanzas con ese escrito.

–Un libro leído que aun recuerdes 

-«El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde». Me encanta pensar en la dualidad que hay dentro de cada ser humano, sobre todo cuando están en el trabajo.

–Un escritor que te haya inspirado o sea tu preferido 

–Francisco Maciani, escritor de «Piedra de Mar». Su pluma es sencilla y amena.

–¿Qué personaje de alguna obra te hubiese gustado crear? 

ElInspector Gadget, un detective torpe y despistado, pero a la vez serio y misterioso.

–¿Estás leyendo algún libro actualmente? 

–Sí, «El universo en una cáscara de nuez» del profesor Stephen Hawking, un libro de física que nutre la creatividad con el conocimiento.

–Algún consejo para jóvenes que quieran escribir un libro.

–En primer lugar, que no se dejen pervertir por la idea de escribir para hacer dinero o ser famosos porque eso le va cambiando el aura al corazón, a lo que estás escribiendo y, por otro lado, que nunca dejen de intentarlo, aun cuando en oportunidades sientan que las emociones van como en una montaña rusa.

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