Caracas.- «No nos fuimos de Venezuela, el patio se hizo más grande», es el lema con el que se identifica el grupo musical Migración Gaitera (@MigracionGaitera), que busca llevar el ritmo de las navidades venezolanas a Buenos Aires, Argentina.
«Aun cuando nuestro cuerpo está en Buenos Aires, nuestro corazón sigue y permanece en Venezuela y eso nos motiva a esparcir, en esta hermosa tierra, parte del folclore venezolano y nos haga revivir esos momentos tan añorados de la época más bonita del año para los venezolanos: la Navidad», dijo a El Pitazo, Alfredo Briceño, quien es director general del grupo de gaitas.
Briceño narra que la agrupación se formó en una asociación cultural venezolana de Buenos Aires, pero que con el tiempo el director de la banda no pudo continuar con el proyecto, por lo que él decidió tomar la responsabilidad de ayudar a que el proyecto siguiera vivo.
Con ayuda de su hijo Alfredo Briceño Jr., quien también es vocalista y cuatrista de Migración Gaitera, logró sacar adelante al grupo conformado por 17 venezolanos. La agrupación cuenta con la participación de 5 caraqueños, 5 barquisimetanos, 3 marabinos, 2 cabimenses, 1 merideño y 1 guarenero.
Desde 2019, el grupo adoptó el nombre de Migración Gaitera, para hacer la alegoría de que hicieron migrar la gaita desde Barquisimeto, Lara, pasando por Caracas, la capital venezolana, y terminando el paseo por el puente sobre el Lago de Maracaibo, en el estado Zulia.
Los logros de la agrupación son dedicados a la Virgen del Chiquinquirá, conocida entre los zulianos como La Chinita. «En nuestro uniforme lucimos un ‘Somos Chiquinquireños’. También hacemos presentaciones privadas, a beneficio de algún propósito social, presentaciones propias, celebraciones en restaurantes, plazas y otras», expuso Briceño.
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La gaita es un género originario de Maracaibo, pero fue adoptado por toda Venezuela en las épocas navideñas. «Estamos llevando la gaita por el mundo entero (…) Así rendimos honor a la Virgen de Chiquinquirá, evangelizamos y representamos a nuestro país disfrutando de esta hermosa tradición», dijo Alfredo Briceño.
Cautivados por la gaita
El grupo fue creciendo gracias a que los venezolanos se acercaban a preguntar si podían formar parte, otros fueron recomendados y algunos recibieron una invitación. Lo que todos tienen en común es que han quedado cautivados y enamorados del ritmo de las gaitas que les recuerdan las navidades en su país.
«Cantar y tocar gaita es para nosotros una necesidad y es como especie de adicción, porque mientras más lo haces, más quieres seguir haciéndolo. Incluso, bromeamos en el grupo de WhatsApp diciendo ‘tu lo que estás es falto ‘e gaitas’«, contó el director del grupo.
«Argentina es un país maravilloso que ha recibido con cariño muchas de nuestras costumbres y con la música sus habitantes se han mostrado cautivados por el ritmo caribeño tan alegre (así lo describen) y comentan, en diversas oportunidades, que se parece a la chacarera, un ritmo de una danza argentina. Poco a poco, hemos ido compartiendo espacios con algunos músicos argentinos que se sienten cautivados por los instrumentos y la alegría de este son», dijo Briceño.
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