Caracas. Una jubilada venezolana de 83 años viajó a Argentina el 23 de febrero con la intención de visitar a su hijo y nietos, pero la pandemia del COVID-19 la obligó a extender su estadía.
Además de batallar contra la diabetes, la venezolana lucha actualmente contra la depresión causada por la noticia de que sus tres hijas, nieta, yerna y antiguos compañeros de trabajo que residen en Venezuela han contraído el COVID-19.
Por los momentos se hospeda junto a su hijo y nietos. Sin embargo, su mayor deseo es volver a su hogar en Venezuela. El agobio que experimenta es tal que le impidió conversar con El Pitazo. En su lugar, autorizó a su hijo, quien solicitó resguardar sus nombres.
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«Yo sabía que mis hermanas habían dado positivo hace una semana pero no le quise contar nada a mi madre, puesto que la semana pasada se enteró de que su exjefe falleció debido al COVID-19 y eso la deprimió. Ayer (domingo) y una de mis hermanas le contó que ellos estaban contagiados y está muy triste desde que supo la noticia», expresó este lunes 24 de agosto.
Añadió que vive en una casa alquilada de dos habitaciones en la provincia de Buenos Aires. «Somos seis personas. Mi madre está incómoda y su estado de salud está bien, pero con el tema de la diabetes es un poco complicado, ya que los medicamentos son caros, pero se hace el sacrificio», explicó.
LA LLAMADA QUE NUNCA LLEGÓ
El hombre cuenta que una semana antes de la fecha programada de retorno de su madre a Venezuela, decidió ponerse en contacto con la aerolínea Estelar para obtener información sobre los vuelos y le notificaron que todos habían sido suspendidos debido a la emergencia por COVID-19.
Dos meses después de que la octogenaria no pudiera regresar a su país, deciden ponerse en contacto con la Embajada de Venezuela en Argentina pero no obtuvieron respuesta. A partir de allí, se enteraron de que existía un grupo de venezolanos que habían quedado varados en ese país desde la pandemia.
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«Los conocí y entre todo decidimos hacer una lista de los que tenían boletos de Estelar y de otras aerolíneas que le entregaron a la Embajada de Venezuela«, contó.
El hombre señaló que su madre esperaba volver al país en el vuelo de repatriación que se efectuó el pasado 20 de agosto por medio de Estelar, pero nunca recibió la notificación para abordar el avión.
Después de cinco meses de estar en Argentina supieron que se llevaría a cabo un vuelo de repatriación, por lo que decidieron escribir al Consulado de Venezuela, que les informa que la jubilada se encontraba en la lista de las personas seleccionadas para abordar el avión que la llevaría de vuelta a su país.
«A través de un correo, el consulado de Venezuela me informó que ella estaba en la lista de las personas que saldrían en dicho vuelo, cosa que nunca paso. Nunca la llamaron. Nunca nos dieron una respuesta», explicó.
La familia de la mujer presume que no la llamaron debido a que quienes fueron notificados sobre el vuelo de repatriacion, debían pagar una diferencia de 700 dólares.
«Yo le compré el boleto de ida y vuelta a mi mamá por 1.000 dólares, pero conocí personas que pagaron solo 500 dólares y al momento de abordar el vuelo de repatriación tuvieron que cancelar una diferencia de 700 dólares. Creo que solo llamaron a aquellos que habían pagado menos por el boleto, para cobrar la diferencia«, dijo.
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