Táchira.- Ronald Avendaño, su esposa y sus hijos de 13 y 14 años quedaron sin pertenencias ni vivienda el 2 de febrero, cuando las llamas de un gran incendio forestal acabaron con todo lo que lograron durante los 2 años y 4 meses que tienen en Chile.
Ese viernes 2 de febrero, Ronald estaba en la fábrica de muebles en la que trabajaba, ubicada a una cuadra de distancia de su casa. Desde temprano veían las llamas a lo lejos, sin imaginar el desenlace.
El hombre de 36 años recuerda ese día con tristeza y desesperación. El incendio empezó a unos 30 kilómetros de distancia de su comunidad, donde también vivían sus 2 hermanos y un sobrino de 2 años.
El humo no pareció preocuparles a las 4:00 p.m., porque asumieron que solo era consecuencia de los fuertes vientos que usualmente hay en Viña del Mar, de la comuna Villa Independencia, región Valparaíso.
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«Como a las 5:00 p.m. corría viento muy fuerte y del cerro donde yo vivo se empezó a ver la candela. A una distancia de 20 kilómetros. Yo estaba trabajando y cada 10 minutos salíamos a ver dónde se veía el incendio. A eso de las 6:30 ya estaba en el Jardín Botánico, eso está como a 10 kilómetros del cerro donde trabajo», contó vía WhatsApp a El Pitazo.
Comienzo de la pérdida
Cuando el humo y las llamas se acercaron más, Ronald corrió a su casa para ver a su esposa y dos hijos. Pese a la corta distancia entre su vivienda y la fábrica, en lo que tardó en llegar, ya el fuego estaba muy cerca y todos en peligro.
«Salimos corriendo dejando todo, sin poder sacar nada. En cuestión de dos minutos se quemó todo, ya el incendio quemaba toda la calle de mi trabajo y mi casa», relató.
Al salir de la casa intentaban llegar al centro de Viña del Mar para resguardarse. La ciudad era un caos, asegura. Gritos, lágrimas, miedo y familias enteras desorientadas por lo que sucedía en sus hogares y trabajos.
A las 2:00 a.m., del sábado 3 de febrero, llegaron a una escuela dispuesta como albergue para todos los afectados. Ese mismo día volvió a lo que alguna vez fue su hogar: no quedaban más que ruinas incineradas.
Los cinco vecinos de la casa de al lado murieron y otro con movilidad reducida también a consecuencia del voraz incendio.
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La incertidumbre del futuro
«Mis hijos a cada momento me preguntan qué vamos a hacer, que dónde vamos a vivir», contó Avendaño. La única respuesta que puede darles es que deben esperar porque no tienen lugar ni recursos económicos para salir del albergue, en el que comparten espacio para dormir con 12 personas más.
Su miedo es que no tienen aún ninguna documentación chilena ni sabe si su familia recibirá ayuda de reubicación o económica. Por ahora siguen en el albergue, en el que asegura que las condiciones son buenas: tienen alimentos, agua, productos de aseo personal y recibieron primeros auxilios psicológicos.
A su perro Boomer también le prestaron atención veterinaria en el albergue.
La familia salió de Venezuela debido a la crisis económica. Vivía en La Fría, municipio García de Hevia, y llegó a Chile en busca de mejoras en la calidad de vida, especialmente para los dos menores de edad.
Aunque el futuro es incierto, quisiera intentar salir del albergue, alquilar una casa, comprarles a sus hijos lo básico para vivir y que en marzo, cuando vuelvan a clases, puedan tener una vida lo más normal posible. Para ello, sus familiares cercanos pusieron a disposición las siguientes cuentas bancarias en distintos países:
Bancolombia:
53700000566
Ahorro
Pasaporte
Cindy Arroyo
5065575
Zelle:
+1 (630) 923‑9448
Linda Escalante
Banco Tenpo:
Eder Arrieta 26466690-2
Cuentas Vista
Número de cuenta: 111126466690
El presidente de Chile, Gabriel Boric, informó la noche del 4 de febrero que más de 3.000 casas resultaron quemadas y hay contabilizados 112 muertos; sin embargo, ambas cifras serán actualizadas cuando tengan más reportes. Fueron decretados 2 días de duelo nacional.
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