Por Rubén Vásquez
Caracas.- Constancia y sacrificio son palabras que definen el trabajo de muchos venezolanos que, en el extranjero, continúan luchando para sacar adelante un emprendimiento que no solo les brinde una estabilidad económica, sino que puedan ofrecer una ayuda a sus familiares en Venezuela. Bajo esta idea, María Teresa González y su esposo Giuseppe Sallusti inauguraron El Atelier de Dina (@elatelierdedina), un restaurante con la sazón y el sabor de la comida venezolana en Madrid, España.
En una entrevista para El Pitazo, María y Giuseppe, originarios de Barquisimeto, estado Lara, contaron que el restaurante Dina cuenta con una amplia carta en la que presentan platos típicos venezolanos como arepa, patacones, cachapas, pabellón criollo, empanadas y tequeños. Además, ofrecen hamburguesas y pepitos, estos últimos son uno de los platos más pedidos por los comensales.
“Somos un restaurante de comida venezolana que busca conectar a la gente con Venezuela, buscamos compartir nuestros sabores, tanto a los venezolanos como a quienes no han podido ir a Venezuela. Es presentarles un viaje sin pasaporte a las distintas regiones del país”, comentó González.
Detrás de este emprendimiento se encuentra una historia familiar. “El Atelier de Dina nace
como un homenaje, pues Dina es la nona de mi esposo, ella era italiana, quien emigró a
Venezuela hace muchísimos años y siempre estuvo detrás de la figura del nono, quien era
la figura del hombre de negocios, el extrovertido, el que siempre daba la cara familiar, y la nona ciertamente estaba en la cocina, o estaba atrás, pero nunca figuró como
protagonista”, agrega la venezolana.
Ahora, con este restaurante no solo realzan la figura de Dina, sino que también dejan en alto el nombre de Venezuela, a través de la variedad de sus platos y sabores más representativos de la gastronomía del país desde la Calle López de hoyos, en Madrid, España.
Un inicio marcado por la constancia
Antes de llegar a Madrid, España, María Teresa González se graduó como periodista y
ejerció por varios años la profesión en un medio del estado Lara. Mientras, Giuseppe Sallusti, graduado como ingeniero, logró ejercer en varias compañías de Barquisimeto. Luego, ambos deciden emprender un negocio de comida, pero la crisis que afecta al país
les obligó a cerrar las puertas de su local.
A finales de 2015, la pareja decide emigrar y escoge España como principal destino y ahora están a punto de cumplir siete años en el país europeo. Tras su llegada a suelo español la pareja continuó formándose y aprendiendo nuevas áreas, pero llegado el momento se les dio la oportunidad de abrir una franquicia de Pure Cuisine en un centro comercial de Madrid, y dos años después abrieron El Atelier de Dina.
Si bien el restaurante Dina ofrece comida venezolana, la idea inicial del proyecto era distinta. “El atelier no fue, al principio, un restaurante de comida venezolana, era un restaurante de comida latinoamericana y cosas mediterráneas, pero la gente al ver que
éramos todos venezolanos nos preguntaban ‘bueno, no tienes una arepa’, luego nos llegaron más pedidos y decidimos replantear el concepto de Dina”, asegura María Teresa.
Ahora, la pareja celebra la receptividad que su restaurante cosecha con sus cuatro años en
España. “Para el venezolano ha sido muy bonito encontrarse con historias y sabores que le
recuerdan a su casa. Se siente grato transmitirles el sabor de la comida venezolana, regresarles un pedacito de su tierra. Es sentir que podemos volver a estar en Venezuela a través de un pequeño bocado”, expuso González.
Una mirada al futuro
Como migrantes, María y Guiseppe reconocen que emigrar y emprender es un trabajo
fuerte, pero no imposible. “El principal aprendizaje es contar con un equipo maravilloso.
Nosotros hemos contado con un equipo increíble que ha querido luchar con nosotros y
sacar adelante los locales y los negocios, ellos se han convertido en una familia”, expresa la venezolana.
En sus proyectos a futuro, los responsables del restaurante Dina destacan su intención de
continuar creciendo con su marca en España, además de seguir transmitiendo los
valores familiares y enseñanzas de la cultura venezolana.
“Nunca deben dejar de emprender y formarse. Nosotros hemos aprendido muchísimas cosas sobre la marcha. Me hubiese gustado prepararse muchísimo más para poder afrontar
muchas cosas que hemos vivido de manera diferente. Es importante rodearse de personas que se sumen, que como tú quieran luchar, que tengan pasión por lo que haces, escuchar a quienes tienen experiencia en el ámbito en el que vaya a emprender”, puntualizan María y Guiseppe.
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