Un grupo de migrantes forzosos venezolanos fue abandonado por los denominados «coyotes», sus guías, en uno de los caminos no habilitados del desierto conocido como La Palma para ingresar a Chile, en vista del cierre de las fronteras por el COVID-19.
El grupo de 40 venezolanos contaron a la BBC que tras haber sido abandonados por los coyotes, a quienes les pagaron 150 dólares para que fueran sus guías desde la ciudad peruana Tacna hacia Arica en Chile, comenzaron a vagar por el desierto con comida y agua para un solo día con la esperanza de llegar a un lugar poblado.
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El viaje comenzó el pasado 11 de septiembre y esa misma noche los guías dejaron abandonados a los venezolanos quienes iban acompañados de niños, incluyendo a dos bebés. A la mañana siguiente, debido a que no sabían hacia dónde dirigirse decidieron dividirse en tres grupos en busca de su destino o alguien que pudiera ayudarlos.
Una de las venezolanas cuenta que al caer la noche del 12 de septiembre el frío era insoportable, por lo que se vieron obligados a quemar ropa y otros objetos que llevaban para poder calentarse y pasar una noche más en el desierto con solo una lata de atún para alimentarse.
Un milagro de Dios
A la mañana siguiente, después de caminar por varias colinas, fueron rescatados por un grupo de motoristas de Team Tuareg que durante su recorrido habitual de fin de semana por el desierto se habían topado con uno de los grupos de migrantes forzosos venezolanos, quienes les advirtieron que habían más personas perdidas.
«No le diría (que fue) suerte, le diría un milagro de Dios. Dios nos mandó esas personas en el momento exacto y en la hora precisa. Solo un par de horas más y nosotros de verdad no la contamos«, contó Yolanda (un nombre falso por petición suya) a la BBC.
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