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miércoles, 26 junio, 2024

«Ahora soy libre»: primer refugiado no binario en Reino Unido es salvadoreño

Arthur Britney Joestar llegó al Reino Unido en octubre de 2017 para escapar del abuso diario que, aseguró, enfrentaba en El Salvador. Tras un fallo histórico, que dictó un tribunal superior británico, se convirtió en la primera persona no binaria en recibir el estatus de refugiado en ese país

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Londres.- Arthur Britney Joestar luchó desde la niñez por ser diferente, dejar de ser invisible y mostrarse al mundo sin prejuicios, pero eso le ponía en peligro en El Salvador, de donde huyó para establecerse en el Reino Unido, donde se ha convertido en la primera persona no binaria en recibir el estatus de refugiado.

«Ahora puedo ser la persona que soy, puedo ser libre y, afortunadamente, un ejemplo para las nuevas generaciones», asevera Joestar, quien confía en que su historia abra puertas en el futuro para que aquellos que se sienten como él «puedan elegir quiénes son y a quiénes quieren amar sin que nadie les diga nada«.

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En una conjugación entre el nombre de la diva de su infancia, Britney Spears, junto a la traducción inglesa de su nombre «no binario» y el personaje de una serie de anime, Joestar ha encontrado con 29 años la identidad que llevaba buscando desde que nació, según explica en una entrevista a EFE.

Es feliz con rasgos masculinos, pero al mismo tiempo también le gusta aportar a su imagen «un poco de feminidad», añade. Porque en eso consiste precisamente el ser una persona no binaria, en no sentirse identificado «con los estereotipos de masculino o femenino».

En inglés, se utiliza el pronombre they («ellos») para referirse a las personas no binarias porque no distingue género. Sin embargo, Joestar indica que el español es más «limitado» porque «no hay un pronombre concreto» en forma neutra, y eso obliga a clasificarse entre «él» o «ella», algo que no le representa en ningún caso.

Tampoco se identifica con la historia de su familia ni con su país de origen, El Salvador, donde asegura que a la gente del colectivo LGBTIQ+ se la clasifica de «enferma» y «desviada», recibe ataques casi a diario e incluso se cometen «crímenes de odio» contra ellos.

Agredido por la policía

Joestar comenta que habitualmente acudía al trabajo a pie, y en el trayecto la gente le gritaba «cosas realmente ofensivas» por su aspecto, o que incluso le llegaron a tirar «una bolsa con orina» desde un camión, un episodio que califica como «una de las cosas más asquerosas» que le han pasado en la vida.

Pero el incidente que llevó a Joestar a tomar la decisión de buscar asilo en el extranjero en 2017 fue cuando un grupo de agentes le increpó por su cabello largo y rubio y le propinó una paliza en pleno centro de San Salvador. «Me sentía una vergüenza, me había pasado algo que yo no merecía», confiesa.

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Su destino fue Liverpool (Reino Unido), donde, con el apoyo de la ONG UKlgig, atravesó un proceso de asilo «hostil» y «deshumanizante» durante más de tres años en los que Joestar relata que tuvo que «sobrevivir» con una pensión de 40 libras (54 dólares) a la semana, ya que «no tenía derecho a trabajar» como demandante de asilo.

Su caso pasó por varios jueces, que le negaron la apelación en dos ocasiones e incluso intentaron deportarle de vuelta a El Salvador, días después de que el Reino Unido emitiese un informe que calificaba al país como uno de los lugares «más peligrosos del mundo» para la comunidad LGBTIQ+.

Periplo judicial

Joestar, que a comienzos del 2020 había podido explorar su sexualidad identificándose dentro del espectro no binario, no se rindió. El informe y el mejor conocimiento de su identidad sexual supusieron una nueva oportunidad para reabrir su caso «con nueva evidencia» en la sala de Inmigración y Asilo del Tribunal Superior.

Joestar recuerda cómo la jueza pidió explicaciones al representante del Gobierno por «todos los errores que se dieron previamente» y cómo ella le comunicó en español que le concedía el derecho de quedarse en Reino Unido bajo la identidad que desease.

Ahora, asegura que el estrés y la ansiedad sufridos durante el proceso han servido para «algo positivo», al suponer una victoria, no solo para los solicitantes de asilo, sino también para las personas no binarias de Reino Unido, que hasta ahora no tenían un marco legal que las amparase y esta decisión confirma por primera vez «que existen» y no son invisibles.

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