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viernes, 3 mayo, 2024

La lealtad de Tarzán: el perrito que acompañó a su dueño durante el bachillerato

El día de la graduación de bachiller, Daniel Sumoza no fue el único que recibió un diploma: a Tarzán, su perrito, también le dieron uno por haber asistido a todas las clases junto a su dueño. Entre aplausos, levantó la pata y tomó el diploma

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San Carlos.- Cuando Daniel Sumoza tenía 13 años y entró al bachillerato, su abuelo llevó a su casa a Tarzán, un perro sin raza, con el pelo claro, manchas marrones en sus orejas y en uno de sus ojos. Desde entonces han sido inseparables. Tanto así, que por cinco años lo acompañó todos los días al liceo, incluido el acto de grado de bachiller. Ese día, Tarzán también recibió un diploma.

Tarzán se ganó el cariño de todos los compañeros de Daniel en el Liceo Bolivariano Josefa Camejo de la comunidad Mango Redondo, en San Carlos, estado Cojedes. El joven, que ya tiene 17 años, tuvo su acto de grado de bachiller el 28 de julio y, ese mismo día, sus profesores y compañeros le entregaron a su mascota un diploma porque siempre fue al liceo para acompañar a su dueño. 

Tarzán posa con su dueño Daniel Garrido (de birrete azul) y dos de sus compañeros de clase | Foto Daniel Garrido

Daniel contó a El Pitazo, que lo criaron desde pequeño y siempre fue muy apegado a la familia y a él en especial. Cuando comenzó el bachillerato, Tarzán lo seguía hasta el liceo; todos los intentos para que el perro no se acercara al salón de clases fueron inútiles.

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Recuerda que Tarzán, en un principio, se convirtió en un problema. “Los profesores no lo querían en el salón, me regañaban porque no lo querían en clases. Llegaron a decir que me bajarían cinco puntos de las notas si veían a Tarzán en el liceo. Hice lo imposible para que no fuera”. 

“Él se echaba debajo de mi mesa y cuando intentaban sacarlo, gruñía. Una vez lo amarré en casa, se soltó y se fue al liceo. Ya ni me esperaba, al ver que me ponía el uniforme se iba y me esperaba en la puerta del liceo. Llegaba primero que yo», contó.

Dijo que en ocasiones se iba escondido al liceo y al rato llegaba Tarzán y se quedaba en medio del salón de clases. Al principio, los profesores y el personal de la institución trataron de persuadirlo para que no ingresara, pero todos los intentos resultaron fallidos, se las ingeniaba para entrar. Por eso decidieron dejarlo tranquilo.

Una de las profesoras del liceo cuenta que, a pesar de que es un perro grande, es juguetón, muy obediente y nunca molestó en el salón. “Uno se daba cuenta de que Tarzán estaba, porque se echaba en medio del aula. Todos los estudiantes lo querían, jugaban con él, lo respetaban y pasó a ser la mascota del liceo”.

Por eso, al llegar la graduación de Daniel, los profesores del Liceo Bolivariano Josefa Camejo y el personal de la institución decidieron reconocer la lealtad de este perrito, que se ganó el cariño de todos y, simbólicamente, le entregaron un certificado por asistir durante los cinco años al liceo.

Ese día, levantó la pata y tomó el papel. Ahora, habrá que esperar a ver si Tarzán acompañará a Daniel a la universidad.

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