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viernes, 29 marzo, 2024

La escasez de fertilizantes podría provocar un paro técnico de la agricultura nacional

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Portuguesa.- En Venezuela se inicia en breve plazo el primer ciclo de producción agrícola de 2019: el ciclo invierno,  donde se cosecha más del 80 % de la producción vegetal. A la fecha, los productores de maíz de Barinas, Portuguesa y Guárico deberían tener listo su apresto de semillas y fertilizantes para iniciar la siembra el 15 de abril, el 1 de mayo y el 1 de junio, respectivamente. No obstante, la escasez y los altos costos de estos insumos los tienen contra la pared.

Pedro Raúl Solórzano, profesor universitario y consultor agrícola, advirtió en su cuenta de Twitter que, contrario a  lo que ocurre en los mercados de Canadá y China, el precio de un saco (50 Kg) de fertilizante en Venezuela es de BsS 121.000 equivalente  a $ 36,667. La tonelada estaría calculada a $733,34. En los mercados mencionados el fertilizante más costoso (el tipo 15 15 15 ) se cotiza a menos de  $ 300 la tonelada, es decir a $ 15 el saco. «Pequeña diferencia», apuntó.

En la misma red social, Ramón Elias Bolotin, presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios Independientes (Pai), de Turén, alertó que a escasos dos meses y medio de comenzar las siembras de invierno, nadie está acopiando fertilizantes. «Imposible cumplir metas a tiempo: va a ocurrir un paro técnico de la agricultura nacional».


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El retraso en el despacho de fertilizantes no es nuevo. Este viene en picada y a destiempo desde 2008, acusa el productor Ignacio Méndez, desde Guanarito. «Deberíamos tenerlo acopiado en cada unidad de producción desde mediados de enero para que no se afecte el rendimiento del rubro, pero la realidad es que debemos sortear penurias con el Gobierno y en el mercado negro»,  señala.

El Gobierno monopolizó la comercialización de fertilizantes. Hasta hace poco se permitía su importación y el libre mercado. Ahora, el único distribuidor es la estatal Petroquímica de Venezuela (Pequiven), que  pese a contar con tres plantas; la Ana María Campos de El Tablazo, en el estado Zulia, y las dos en Morón, estado Falcón, no satisface la demanda de los productores agrícolas.

El problema de fondo radica en que  “Venezuela es un gran productor de urea, pero su capacidad es mediana en cuanto a los fosfatos. Esto nos obliga a importar o a adquirir en el mercado negro el potasio, que se usa para obtener el abono NPK, insumo de gran demanda en el sector”, indicó Méndez.

Ni transporte ni sacos  

Otro problema que destaca en la dotación de fertilizantes es su distribución. Los despachos, regularmente, se inician en febrero o marzo,  cuando debían ser en enero, y las unidades que trasladan las cargas desde Pequiven  a diversos puntos del país tienen fallas debido a la falta de repuestos; cauchos y otras piezas. A esto se le suma la serie de trabas que se imponen ante la rigurosa permisología por ser la urea una sustancia de control legal, dado su potencial uso para procesamiento de drogas y explosivos.

Un obstáculo más en la distribución del fertilizante nacional es la producción de sacos para su envase. El propio Solórzano sostuvo este 13 de febrero,  en un artículo escrito para el portal web Minuta Agropecuaria,  que hace un poco más de un año se reportó que las plantas de olefinas y poliolefinas de Pequiven no estaban trabajando porque no había suministro de propano y etano, que son las materias primas para producir propileno y etileno. 

«La polimerización de estas olefinas permite producir poliolefinas, que son las fibras de polipropileno y polietileno, utilizadas, entre otras cosas, para fabricar los sacos que sirven de envase a los fertilizantes. Esta situación paralizó a las empresas fabricantes de sacos para los fertilizantes», precisó. 

Si este problema con las plantas de olefinas y poliolefinas no se ha solucionado, estamos ante otro obstáculo para que la urea llegue oportunamente y en buenas condiciones a las fincas de las diferentes regiones agrícolas del país», explicó el experto. 

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