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sábado, 18 mayo, 2024

Devoto de Guanare: «Nadie se imaginó que iba a conocer a un santo en vida»

La visita de Juan Pablo II a la tierra donde apareció la Virgen de Coromoto es calificada por los devotos como un histórico del que se cumplieron 25 años este 10 de febrero. Este día quedó plasmado en la memoria de los portugueseños

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Acarigua.- El miércoles 10 de febrero se cumplieron 25 años de la histórica visita del papa Juan Pablo II a Guanare, capital portugueseña. El santo Papa estuvo, el 10 de febrero de 1996, inaugurando el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto, construido en el sitio donde apareció la Patrona de Venezuela, que ya había sido consagrado en enero de ese mismo año. 

Portuguesa, tierra de fe, y su gente, recuerda y conmemora con júbilo su encuentro con el «Papa Amigo», como se le conoció a su Santidad. Ese día, más de 300 mil personas estuvieron, algunas desde 30 horas antes, en vigilia, esperando al máximo representante de la Iglesia Católica, que siempre gozó del afecto de los feligreses.

Mercedes Cueva, periodista y quien era la primera dama regional para aquel momento, calificó la visita de Juan Pablo II como extraordinaria. «El papa Juan Pablo II arribó al Aeropuerto La Coromoto de Guanare a media mañana, en un avión de la línea aérea Viasa, acompañado de monseñor Ovidio Pérez Morales, arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, y de monseñor Baltazar Porras, presidente de la Comisión Organizadora de la Visita Papal. Niños guanareños le dieron la bienvenida con cantos y flores. Desde allí fue trasladado en un helicóptero de la Fuerza Aérea Venezolana hasta el helipuerto, ubicado en el lado derecho de la gran plaza, que precede al Santuario», recordó.

Miles de personas se dieron cita para ver al Santo Padre, conocido como el «Papa Amigo» | Foto: Hernán «Chino» Rivero

Afirma que era una mañana soleada, y alrededor de las 10:30 am, entre cantos y la alegría de unas 300 mil personas que viajaron desde diferentes partes del país, vieron el descenso del helicóptero con el papa Juan Pablo II. En medio de estrictas medidas de seguridad, realizó un recorrido en el coche presidencial por la avenida que bordea la gran plaza frente al Santuario, saludando a una feligresía que lo aclamaba diciendo: «Papa amigo, Venezuela está contigo».

«Para ese momento tan emotivo no caben las palabras. Me cambié una hora antes de la llegada, porque andaba vestida con el uniforme del comité de bienvenida y me tocó con mi esposo, -Iván Colmenarez, exgobernador del estado- estar allí cerca del Papa. Una vivencia maravillosa que nunca se me olvidará».

Se trataba de la segunda visita del Juan Pablo II a Venezuela, y contó con la presencia del presidente de la República, Rafael Caldera, y de otras autoridades civiles y militares. También artistas y periodistas de todas partes del país y del mundo se dieron cita en Guanare.

Miguel Enrique Villavicencio, conocido periodista de la zona, fue uno de los que llegó casi dos días antes al Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto para tomar un buen puesto y desde las primeras filas ser testigo de toda la ceremonia. 

«Estuve a unos 15 metros del Papa. El fervor fue tan grande que a la gente no le importó las horas que estuvo en vigilia, mucho menos el calor y sol de Guanare. Fue una emoción incalculable. Llegué 30 horas antes para la acreditación y poder verlo de cerca, y cuando el Papa hizo presencia se sintió una avalancha de fe. No era una figura cualquiera, era Juan Pablo II, el Papa que todos queríamos, visitando a nuestra patrona. Todo lo recuerdo, desde la serenata la noche anterior, y nunca hubo desgaste. Nadie se imaginó que iba a conocer a un santo en vida», rememoró el comunicador, que agradece a la profesión por vivir una de las experiencias más especiales de su carrera.

Como parte de la feligresía que acompañó al Santo Papa estuvo Mirna de Ferrer,  mariana confesa, que al recordar el día se le eriza la piel. «El Papa pasó cerquita, yo estaba ahí, como a medio metro más o menos.  Fue una emoción muy grande sentir la presencia de Dios y de la Virgen ahí con nosotros,  porque eso fue lo que me inspiró su llegada: que venía Dios. Solamente esta mañana viendo las fotos  sentí que es un recuerdo que tengo palpable. De verdad que sí fue una bendición muy grande para todo el pueblo de Guanare», expresó.

Para Morela de Zirith, también fiel devota de la Virgen y hoy de Juan Pablo II como santo, en Guanare se sintió una atmósfera sacra, antes y durante la visita de Juan Pablo. Recibió, además, de sus propias manos el Santo Rosario con el emblema papal, lo que describe como una verdadera bendecida.

«Al estar ante la presencia de Juan Pablo II sentí una gran paz espiritual y un amor infinito. De verdad que me llenó, era algo sublime, algo irreal. Que él me bendijera fue algo que no podré olvidar nunca», acotó.

La visita de Juan Pablo II a Venezuela duró tres días, del 9 al 11 de febrero. El lema nacional fue «Despierta y reacciona, es el momento», y cuando estuvo frente a la imagen de la Virgen de Coromoto se mantuvo por un largo rato orando a la Patrona de Venezuela, que estaba rodeada de orquídeas, y había sido coronada en su primera visita a Venezuela con la Reliquia original.

Durante la homilía, el «Papa Amigo» dijo a la multitud que lo acompañaba: “¡Tú eres el orgullo de nuestro pueblo!», e invitó a los venezolanos a «trabajar por la justicia y la paz para edificar una sociedad más justa y solidaria». 

Al principio, el lugar donde reposa la reliquia de la Virgen de Coromoto, quien apareció en Guanare en 1651, fue un templo votivo. Su consagración como Santuario Nacional se llevó a cabo el 7 de enero de 1996, durante una ceremonia presidida por la Conferencia Episcopal Venezolana y, desde 2007, pasó a ser Basílica Menor Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto.

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