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sábado, 18 mayo, 2024

Familiares denuncian que policías ordenan desnudar a anciana en alcabala de Portuguesa

La nieta explica que su abuela se quedó varada en Caracas desde que se decretó la cuarentena y, después de cumplir con todos los trámites exigidos para viajar, entre ellos salvoconducto y prueba de descarte del virus, decidió regresar a Mérida.

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Caracas. Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana mandaron a desnudar a una anciana de 82 años en una alcabala en Guanare, estado Portuguesa, para conseguir dinero en medio de la cuarentena. O, en palabras de su nieta, Gabriela Rojas, para matraquearla.

La octogenaria iba camino de Mérida, donde vive hace años más de 15 años, a bordo de una camioneta junto con el chofer y un joven veinteañero. Viajaron el viernes 10 de julio y debieron sortear un sinnúmero de alcabalas.

«Los policías los hicieron bajarse del carro, abrieron cada una de las maletas, las carteras, revisaron cartucheras, monederos. Hurgaron cada rendija de las billeteras. Puros papelitos y oraciones. Nada, no había botín que sacar así que avanzaron», narró Gabriela en el diario Tal Cual.

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Sin embargo, fueron pasados a «revisión». «Dos funcionarios de la PNB se llevaron al chofer y al muchacho a un cuarto y a mi abuela la pasaron a otro con una funcionaria que ellos llaman «una femenina», pero yo llamaré «la tipa»», describió Gabriela.

«La mujer la miró de arriba a abajo y le dijo que se tenía que desnudar. Así mismo: que se desnudara porque la iba a revisar», añadió.

Agregó que su abuela se negó y la policía insistía. «Mi abuela empezó a llorar de la indignación (…) Discutió fuerte con la tipa policía, el chofer que estaba afuera esperando la escuchó llorando y empezó a discutir con los otros policías para que la dejaran salir. El muchacho esperaba afuera cerca del carro. Ya lo habían revisado y uno de los policías le dijo «esos 20 dólares que llevas se van a quedar aquí porque tienen COVID-19. Era lo único que cargaba y a riesgo de que los dejaran más tiempo, se le plantó firme y le dijo que no», apuntó.

La nieta destacó que su abuela no se quitó ni siquiera los guantes de protección y, de regreso al carro, uno de los policías se le acercó y le dijo que le dejara un pedacito de torta que habían avistado en un envase.

«Esa torta es para mis hijos que me están esperando ¿nos podemos ir o estamos presos?», cuenta Gabriela, al señalar la respuesta que le soltó su abuela a los policías. «Se vieron entre sí, impunes como se saben los PNB: «dale, arranquen'», señaló.

Expresó que su abuela se quedó varada en Caracas desde que se decretó la cuarentena y, después de cumplir con todos los trámites exigidos para viajar, entre ellos salvoconducto y prueba de descarte del virus, decidió regresar a Mérida.

Lee la historia de Gabriela Rojas en Tal Cual aquí

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