San Juan de los Morros.- Consignas contra el hambre y el incumplimiento del contrato colectivo predominaron durante las protestas de docentes en los estados llaneros: Apure, Cojedes, Barinas, Portuguesa y Guárico, donde dirigentes gremiales, junto a maestros activos y jubilados decidieron sumarse al primer día de paro nacional.
Las intimidaciones de funcionarios policiales y autoridades del magisterio en la región pretendieron disminuir la participación de educadores en las concentraciones y marchas que se llevaron a cabo la mañana de este martes 22 de octubre. Sin embargo, hubo quienes sin importar los amedrentamientos en sus planteles, salieron a la calle debido a que aseguran estar cansados de ser irrespetados por el Ministerio de Educación.
En Guárico, la profesora y representante sindical Carmen Cecilia Lugo denunció que un grupo de las Unidades de batalla Hugo Chávez (Ubch) y funcionarios policiales amedrentaron a docentes que protestaban por salarios justos en la institución “Pedro Itriago Chacín”, de Calabozo, municipio Miranda.
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El presidente de Fetraenseñanza en Guárico, Luis Medina, rechazó las acciones intimidatorias y aseguró que a pesar de las amenazas este martes el paro se cumplió en un 90 por ciento. En Valle de La Pascua, municipio Infante, los padres y representantes también respaldaron el reclamo de maestros.
Entretanto, vestidos con franelas negras, más de 100 docentes activos y jubilados marcharon por la Av. Bolívar de San Juan de los Morros para exigir reivindicaciones salariales y trato digno. “Nuestro sueldo hoy no nos alcanza para alimentarnos ni para vestirnos y cada vez estamos peor”, expresó Mérida López.
La PNB acechó en Guanare
Desde la redoma Los Caminos, en la avenida Simón Bolívar, los maestros de Guanare marcharon hasta la Plaza Bolívar. Al ritmo de la consigna «Somos docentes, no somos delincuentes» enfrentaron cívicamente a un piquete antimotines de la Policía Nacional Bolivariana y a una brigada urbana de la Milicia del Estado Portuguesa que cercó el edificio sede de la Gobernación.
Santos Mendoza, de la coalición sindical del magisterio, aseguró que es un hecho el paro hacia las 72 horas. «No nos calamos más estos salarios de miseria,» señaló al cuestionar la intimidación policial.
Mendoza y sus compañeros creen que, si el Gobierno respetara íntegramente la convención colectiva de trabajo, los más de 20 mil docentes dependientes del Ministerio de Educación estuviesen devengando cerca de Bs. 4 .000.000 al mes. “Nos aplican un factor de cálculo que nos mantiene ganando 46.000 bolívares por quincena: un salario de miseria«, informó el dirigente.
Tras vocear consignas antigubernamentales y agitar pancartas y banderas durante más de una hora, los maestros en protesta de retiraron de la plaza. Prometieron volver este miércoles 23.
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En Cojedes solo dan arroz sancochado en las escuelas
Wolfang Maya, presidente del Sindicato de Profesionales Técnicos de la Educación y Conexos del Estado Cojedes, denunció que el Programa de Alimentación Escolar no funciona en la mayoría de las instituciones educativas del estado. Dijo que los comedores escolares no están en condiciones para preparar alimentos.
Maya destacó que no hay utensilios para la preparación adecuada de los alimentos porque las escuelas han sido saqueadas. «La mayoría de las escuelas no tienen ni siquiera ollas para cocinar, porque han sido robadas».
Mencionó que los alimentos que lleva el Gobierno a las escuelas no tienen la calidad ni las calorías necesarias para el desarrollo de los alumnos. Aseveró que lo que comen los estudiantes es arroz sancochado, arroz con leche y arroz con auyama. El profesor pidió a los directivos del Ministerio de Educación atender los reclamos de los docentes.
Viven de la solidaridad
Tres años tiene Rosario sin comprarse un par de zapatos; los que tiene, se los regaló una vecina y con ellos sale todos los días a la escuela donde hace más de 15 años trabaja. Su sueldo de docente cinco en el escalafón del Ministerio de Educación apenas le alcanza para sobrevivir, y si no fuera por la solidaridad de sus vecinos y sus hijas, su situación sería peor. Recuerda que la última vez que se compró un pantalón, también hace tres años, y con esa prenda remendada va a cumplir hoy con su deber.
Alexander tiene dos sueldos y se gana 320.000 bolívares mensuales con los que tiene que sufragar los gastos de su viejo vehículo, 40 mil de la renta del teléfono, la cuota mensual de los estudios de sus dos hijas y colabora en la casa de sus padres, que son jubilados de la administración pública.
Sus zapatos están rotos, la ropa la usa remendada y en su casa solo hacen dos comidas al día; para ayudarse a veces hace de taxista, pero ese otro trabajo lo hace descuidar sus deberes en la programación de sus clases. No duerme bien y siente que el sueldo que le cancela el Ministerio de Educación es un salario de esclavo.
En Barinas, según la vocera autorizada del Sindicato Venezolano de Maestros, Xiomara Morillo, entre 85 y 90 por ciento de los educadores acataron la convocatoria a paro de la Coalición Nacional del Magisterio.
Los jubilados exigen calidad de vida
En el cono norte de Portuguesa, docentes de las ciudades Acarigua y Araure se concentraron en la redoma Mamanico, en la avenida Páez, de donde marcharon con rumbo a la plaza Bolívar, demostrando que no están dispuestos a dejar la calles sino hasta conseguir un aumento salarial que les dé calidad de vida.
Irma Mendoza, representante del Sindicato regional de Pensionados y Jubilados, cuestionó los maltratos contra aquellos maestros que dedicaron la mitad de sus vidas a la educación del país.
«Somos jubilados y estamos pasando muchas necesidades. El régimen no entiende que con 150 mil bolívares mensuales nos condena a la muerte. No tenemos cómo comprar nuestros medicamentos; no nos alcanza para la alimentación, mucho menos para el pago de los servicios básicos, y no lo exhortamos, estamos exigiendo que nos respete el derecho a una vejez tranquila».
Con información de Marieva Fermín (Barinas), Alexander Olvera (Cojedes), Mariángel Moro y Bianile Rivas (Portuguesa); Pedro Izzo y José Guerra (Guárico).
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