Por Daniela Chacón (*)
Capacho Viejo. La Escuela de Comunicación Social de la Universidad de Los Andes (ULA), núcleo Táchira, que ofrece una de las carreras más demandadas en esta casa de estudios, celebró su 40 aniversario.
Fundada el 23 de mayo de 1983 por iniciativa del doctor Ramón González Escorihuela, la escuela de Comunicación Social intenta mantenerse a flote para formar profesionales de calidad, a pesar de la crisis, problemas presupuestarios y la falta de herramientas tecnológicas.
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Cambiar el perfil de la carrera, actualizar los programas de las asignaturas y crear nuevas materias electivas adaptadas a los intereses de los estudiantes, son los ajustes que se plantea la escuela durante los próximos años.
“Pese al rezago tecnológico y la situación política y económica del país, debemos buscar la forma de que la carrera de Comunicación social de la ULA siga siendo un referente en enseñanza e investigación”, comentó a El Pitazo la jefa del Departamento de Comunicación, Rocío Márquez.
Amenazas para la carrera de comunicación social
La falta de presupuesto y el bajo salario que devengan los docentes son las amenazas que ha enfrentado la escuela de Comunicación Social de la ULA Táchira durante los últimos años. Reinventarse es la opción que tienen profesores y estudiantes de la carrera.
Márquez reconoció la ausencia de innovaciones tecnológicas en la carrera. “La falta de presupuesto hace que no contemos con la tecnología necesaria para innovar y enseñar las prácticas periodística y de la comunicación utilizando las nuevas herramientas”.
Además, indicó que por la falta de recursos económicos no se hace investigación ni se producen libros. “Incluso ha mermado la capacidad para traer conferencistas de otros lugares del país o del mundo, como se hacía antes”, aseveró la jefa del Departamento de Comunicación.
Calcula una pérdida de 60 % en el personal docente, entre profesores jubilados y quienes han renunciado, lo cual afecta la oferta académica, pues los estudiantes no cuentan con muchas opciones para elegir las materias electivas al final del curso.
La vocación para mantener a flote la escuela
La vocación por la docencia y la pasión por la comunicación son factores que animan a los profesores a continuar en la universidad. Algunos consideran, incluso, que seguir en las aulas de clase resulta un acto de rebeldía ante la situación que vive Venezuela.
Maryi Márquez es licenciada en Comunicación Social de esta casa de estudios. Lleva nueve años trabajando como docente en la ULA Táchira. “Estar aquí, tener que pagar de mis ingresos personales para poder venir, porque eso es lo que hacemos todos los profesores, es de algún otro modo mi acto de rebeldía: mantenerme activa en la universidad, compartiendo con mis estudiantes”, señaló a El Pitazo.
Considera que los docentes tienen el compromiso de seguir guiando la carrera, más aún cuando la escuela cumple 40 años de fundación. “A nosotros en estos tiempos nos está tocando duro, pero lo más difícil fue abrir la carrera; ahora, nos toca el compromiso de actuar y mantenerla viva para que los estudiantes puedan alcanzar sus metas”, dijo.
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Andrea Simancas también es profesional de la Comunicación egresada de la ULA Táchira. Lleva 15 años trabajando como docente en esta universidad. Contó a El Pitazo que los factores que la mantienen son el amor por sus estudiantes y la carrera, así como su disponibilidad económica.
“No dependo solo de la universidad. Trabajo en otros lados. Además, ver que los estudiantes continúan allí, con su esfuerzo y dedicación, con ganas de convertirse en profesionales, me hace permanecer. Siento que si salgo de la universidad van a quedar sin profesora y sé lo complicado que es, hasta ahora, conseguir personal en la universidad”, expresó.
Cambios en la dinámica de estudios
La situación del país obligó a cambiar la dinámica de estudios en la escuela de Comunicación Social de la ULA en Táchira. Simancas señaló que cuando comenzó a trabajar en la universidad ya había limitaciones, pero a partir de 2016 la situación empeoró.
“Se empezó a complicar todo: la falta de transporte dificultaba que los estudiantes llegaran a la universidad y más cuando la mayoría vivía fuera de la ciudad y trabajaba. Había también fallas del servicio eléctrico y de Internet”, señaló la profesora universitaria.
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Explicó que ante las circunstancias, los docentes intercambiaron ideas para emplear otras herramientas en la formación de los estudiantes y garantizar que todos recibieran la misma información. El uso del servicio de classroom, la plataforma Zoom, foros a través de WhatsApp e, incluso, flexibilidad en las prácticas de Periodismo, empezaron a ser parte de ese cambio.
“En Periodismo, antes se asignaba una pauta y no había opción de cambiarla. Ahora, tenemos que flexibilizar los lineamientos y procurar que los estudiantes busquen noticias en su comunidad o propongan otras informaciones que puedan cubrir, llegando antes a un acuerdo”, explicó Simancas.
Estudiantes se abren paso en la ULA Táchira
María Fernanda Ayala cursa quinto año en la ULA Táchira. Para ella, la calidad educativa es un aspecto resaltante de la escuela de Comunicación Social. Reconoce el trabajo de sus profesores, pero lamenta que por el bajo salario que perciben haya mermado la oferta académica.
“Tenemos grandes profesionales en el ejercicio de la carrera, quienes a pesar de las circunstancias se esmeran por enseñarnos. El Gobierno no paga lo justo y es entendible que no haya profesores para las materias optativas o las menciones. Es triste la situación” expresó Ayala.
A su juicio, el factor económico y la situación del país han influido en la deserción estudiantil. Recordó que cuando comenzó a estudiar, en el año 2017, había varias secciones con más de 20 estudiantes en cada una. Ahora, en su promoción, solo hay una y, en total, son 27 personas.
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“Influyen la devaluación de la moneda, el alto precio de los bienes, las fallas en los servicios públicos. Hay quienes dejaron la universidad para trabajar, otros se fueron del país y para algunos la universidad dejó de ser prioridad; son muchas cosas”, señaló la estudiante.
Dalia Rivera también es estudiante de Comunicación. Cursa el primer año de la carrera. Manifestó a El Pitazo que en este año académico ingresaron, aproximadamente, 134 estudiantes; en todas las materias tienen un profesor asignado y, dada la nueva dinámica de estudios, los horarios ya no los coordina el departamento.
«Hay muy buenos profesores, ya todos se comunicaron con nosotros. El detalle es que la universidad no entrega horarios, hay que estar definiéndolos con los docentes», sostuvo.
Para ella, obtener el título y ejercer como profesional de la Comunicación social son factores que la motivan, a pesar de la crisis que vive el país. Espera que el resto de sus compañeros cumpla también la meta de graduarse.
(*) Programa de Formación de Nuevos Periodistas
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