Valera.- Maritza Morales, habitante del sector Las Américas del municipio Sucre, estado Trujillo, denunció que desde hace un año no puede usar los inodoros de su casa y ha tenido que tapar los desagües, porque el sistema de cloacas está colapsado.
Este problema lo padecen alrededor de 50 familias, las cuales residen en cinco calles de la comunidad. Morales, quien conversó vía telefónica con El Pitazo, contó que pese a haber solicitado reiteradas veces la ayuda de la alcaldía, no han sido atendidos.
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Limpieza del canal
Solicitan con urgencia la asignación de una cuadrilla de trabajadores para limpiar el sistema de cloacas, que debido a la falta de mantenimiento y las lluvias se tapó de tierras y escombros.
Comentó que la red de aguas negras, construida junto a las viviendas hace 20 años, tuvo su última limpieza hace 15 años. De acuerdo a Morales, el mantenimiento debe ser constante.
Malos olores y enfermedades
Los perjudicados han acudido a la alcaldía, la dirección de servicios públicos y en última instancia a la cámara de concejales. Morales, en representación de sus vecinos, expresó que no soportan los malos olores y la probabilidad de un aumento de enfermedades.
“Tenemos que estar encerrados por el mal olor. Tapamos los desagües del baño, porque cuando llueve se puede inundar la casa”, dijo Morales vía telefónica.
Los ciudadanos, especialmente de las calles bajas, ven salir el agua de sus inodoros y hacen sus necesidades en los patios. Luego desechan estos desperdicios hacia el río.
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“Queremos una solución permanente, que se limpien los escombros. No solo que vengan a drenar el agua cuando llueve», manifestó la ama de casa.
Quebrada La Vichú
El concejal del municipio, Rafael Durán, quien fue uno de los ediles que recibió la petición formal de la comunidad, indicó que el sistema de cloacas del sector, desemboca en el río San Alejo, el cual se conecta a la quebrada La Vichú.
El canal de esa quebrada, explicó el funcionario, tampoco ha recibido el mantenimiento necesario, por lo cual genera problemas en cadena. Recordó que cada vez que llueve, las aguas inundan el Kilómetro 23, ubicado en la parroquia Junín.
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