Táchira.– La muerte de una niña de 5 años al intentar cruzar la frontera recuerda la realidad de los pasos binacionales: no están abiertos completamente. El testimonio del padre de la infante refleja las limitaciones que tienen cientos de ciudadanos que requieren algún tratamiento médico en Colombia.
Jhonatan Pernía es el padre de Michelle, la pequeña de 5 años que estaba conectada a un cilindro de oxígeno cuando llegó al puente Unión, en Boca de Grita, municipio García de Hevia, en la zona norte del estado Táchira. Al no poder hacer nada por la niña en el ambulatorio venezolano, alrededor de las 3:00 am decidieron trasladarla a Cúcuta para intentar salvarla.
Pernía divaga al intentar explicar qué tenía su hija. Habla con certeza de que debía cruzar a Cúcuta para recibir atención médica. Pese a que en la madrugada del 30 de noviembre llovía a cántaros, la familia de la niña pagó gasolina a precio de mercado negro para llenar el tanque de la ambulancia y llegar al lado colombiano. Ese era el plan y toda la esperanza estaba en eso.
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“A la ambulancia no la dejaron pasar. Me dijeron los guardias que debía pasarla -a la niña- a pie aunque estaba lloviendo”, relata Pernía. Las súplicas y explicaciones no fueron suficientes porque los funcionarios de la Guardia Nacional reiteraron que “no tenían orden” para permitir el tránsito del vehículo.
Pasarla a pie era la única opción ofrecida por los militares. Un carretillero, nombre con el que son conocidos quienes tienen carretillas para el paso de mercancías, acomodó su instrumento de trabajo y con un plástico cubrió a la niña para cruzar lo más rápido posible hasta Colombia. Pernía se refiere a él con cariño y agradecimiento por intentar lo imposible.
Lo sucedido lo sabe y recuerda de memoria: “Ella falleció cuando de inmediato cruzaron el puente. Murió por falta de oxígeno. Cuando llegaron al puesto médico en Colombia la doctora dijo que estaba sin signos vitales. Mi esposa se regresó con mi hija en la carretilla, el señor la traía tapadita por la lluvia”.
Para Pernía, la muerte de su hija fue “negligencia de los guardias”, por no permitir el paso humanitario y negligencia médica, porque “la doctora no debió haberle quitado el oxígeno a mi hija, mi hija iba viva”, dijo.
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En medio del dolor de perder a su niña menciona al gobernador del Táchira, Freddy Bernal, por quien votó, le pide y exige como elector que tome cartas en el asunto y que no permita que se repita esta situación. “Le pregunto, ¿cómo van a dejar pasar a mi hija, a un angelito, en una carrucha, como un bulto de papa?”, cuestionó Pernía.
Sobre esta muerte, Bernal pidió a los organismos encargados que se realice la investigación necesaria para establecer responsabilidades.
Como parte de las excepciones en el cierre de la frontera entre Venezuela y Colombia durante los últimos años, siempre estuvo establecido el paso humanitario. La reapertura comercial de la frontera el 26 de septiembre permite el tránsito de algunas gandolas con mercancías, pero esta muerte, recuerda que la frontera no fue abierta totalmente.
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