Por: Oriana García*
Mérida.- El síndrome de Asperger, conocido por psicólogos y psiquiatras como síndrome del espectro autista (TEA), se caracteriza por dificultad para socializar y establecer relaciones interpersonales. Asimismo, se distingue porque quienes tienen esta condición poseen una inteligencia superior a la media.
Y aunque son muchas las percepciones erradas, un ejemplo de que se puede llevar una vida normal con síndrome de Asperger es el caso de María Fernanda Peña, de 22 años, merideña y estudiante de Comunicación Social.
Desde su niñez fue diferente al resto de sus compañeros, tenía una obsesión por los libros, a donde iba llevaba uno con ella. En reuniones familiares o con compañeros de clases no hablaba, aunque así lo quisiera. «Mi único tema de conversación de niña era acerca de mis libros», comentó.
Su forma de hablar, en su niñez, la describe caricaturesca con un lenguaje técnico, por ejemplo: a sus padres, en lugar de decir mami o papá, les decía: padre o madre.
Síndrome de Asperger, un trastorno descubierto por pediatra austriaco en 1944
A los 13 años, descubrió intereses y hábitos, como el ir todos los días al gimnasio y comer en determinadas horas. «Si en las horas que fijaba para comer no lo hacía, todo se convertía en un problema», relató Peña.
Por su parte, su madre ya había notado que era diferente al resto, por lo que decidió llevarla al psicólogo. Luego de varias pruebas, no hubo un diagnóstico certero. Sin embargo, sus padres continuaron buscando un diagnóstico y decidieron ir con la psiquiatra Evelyn Cubillán.
A los 15 años, María Fernanda fue diagnosticada con síndrome de Asperger. Fue un proceso tranquilo e incluso agradable, ya que trajo respuestas a muchos de sus comportamientos.
Luego de su diagnóstico, y tras haber sufrido bullying en su adolescencia, tomó la valiente decisión, junto con sus padres, de llevar una charla a sus compañeras de clases. Para María Fernanda su condición no es una limitante personal. Ha cumplido sus metas y sueños.
A los 22 se describe bastante responsable, capaz, divertida, conversadora y, en especial, expresiva, a través de la escritura.
En la actualidad, trabaja como intérprete de español–inglés, estudia Comunicación Social y es productora en un programa de radio en La Mega, llamado Sin Filtro. Mantiene una relación sentimental de cuatro años, con la que se encuentra muy feliz y planea formar una familia.
Para ella, estudiar Comunicación Social ha sido de mucha ayuda el aprender a comunicarse con los demás y descubrir lo sencillo que puede ser iniciar un tema de conversación.
Así también describe su carrera como una oportunidad para informar y educar a las personas acerca del síndrome de Asperger y que sean más empáticas y comprensivas hacia aquellas con esa condición, que se encuentran a nuestro alrededor.
María Fernanda, o como sus amigos y familiares le dicen con cariño, Mafer, sueña con ser una comunicadora social exitosa, tener su programa de radio, una familia a futuro y hacer lo que la apasiona: escribir, comunicar e informar, así como convertirse en una gran cantante.
«Mi mensaje para todas las personas con la condición de Asperger: no tengan miedo de hacer lo que les gusta, no tengan miedo de absolutamente nada y nunca digan no puedo, porque ustedes todo lo pueden, con esfuerzo. No tengan miedo de admitir lo que son y como son, de ser diferentes. Busquen formas de crear conciencia y educar a las personas en relación con la condición de Asperger«.
*Programa de de formación Nuevos Periodistas