Por: Mariolla Delgado
Mérida.- Entre 2012 y 2021, un total de 29.326 estudiantes se retiraron de la Universidad de Los Andes (ULA) sin completar sus carreras, mientras que 1.825 profesores y 1.494 trabajadores administrativos, técnicos u obreros renunciaron a la institución.
Esas cifras están en un informe sobre deserción estudiantil y renuncia de personal elaborado por la Dirección General de Planificación y Desarrollo de la ULA, que fue presentado ante el Consejo Universitario el pasado 18 de abril.
“El país se ha encontrado sometido a una crisis socioeconómica que ha afectado la estabilidad y permanencia de las personas que hacen vida en las instituciones de educación superior, generando un fenómeno nacional como lo es la deserción al trabajo, al estudio e incluso del lugar donde se habita», señala el informe.
Aumento de la deserción estudiantil en 2018
Carlos Araque, trabajador de la Dirección de Planificación de la ULA y uno de los realizadores del informe, dijo a El Pitazo que el fenómeno de la deserción estudiantil se viene manifestando desde el año 2012, pero para principios del 2018 se registró un aumento mayor, donde el 23.86% de los estudiantes matriculados en todas las Facultades, Núcleos y Extensiones de Mérida, Táchira y Trujillo abandonaron las aulas.
Sin embargo, el informe expone que hubo un decrecimiento en la deserción estudiantil desde finales del año 2018, con 12,63%, y solo 0,64% en 2020. Esta drástica reducción se debe a la pandemia por COVID-19, porque el proceso de retiro de estudiantes se ralentizó debido a la suspensión de actividades por la cuarentena, contextualizó Araque.
«A partir de octubre de 2021, el Consejo Universitario hizo un llamado a reincorporarse a las actividades presenciales en el sector administrativo, técnico y obrero, y para las actividades docentes de manera semipresencial. Con este proceso se empieza a observar nuevamente el abandono de los salones”, reconoció Araque. El informe en el que él participó muestra que 18,6% de los estudiantes inscritos hasta 2020 se retiraron en 2021.
Ayudas estudiantiles casi inexistentes
Por otra parte, Carlos Araque se refirió al deterioro en las becas y los servicios de comedor y transporte que tradicionalmente ofrecía la ULA a sus estudiantes, debido al bajo presupuesto que la universidad empezó a recibir desde el año 2012 y que a partir de 2017 fue prácticamente nulo.
El informe señala que para el año 2012 el servicio de comedor atendió a 10.904 estudiantes de una matrícula final de 37.129, mientras que para el año 2019 se disminuyó a apenas 1.117 bandejas servidas para una población estudiantil de 20.109 estudiantes. Porcentualmente, el comedor dejó de beneficiar a 25% del estudiantado en este período.
En cuanto al servicio de transporte por rutas estudiantiles, el informe señala que en 2019 un total de 1.331 estudiantes obtuvieron este servicio, que para este 2022 ya no existe debido a la falta de presupuesto para su mantenimiento y reactivación.
De acuerdo con datos del Sistema Integrado de Registros Estudiantiles (Sire) de la ULA, en los que se basa el citado informe, a comienzos de 2012 la universidad tenía inscritos 44.488 estudiantes, mientras que al cierre de 2021 el total de la matrícula estudiantil era de apenas 15.162.
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