Caracas.- Un informe presentado por la la Oficina de Servicios de Investigación del Congreso de Estados Unidos (EE. UU.) reconoce que las sanciones que impuso a Venezuela desde 2005 tuvieron un impacto negativo en la economía y la sociedad del país.
El informe, publicado en la página web el pasado 16 de enero, señala que las sanciones estadounidenses, que afectaron a más de 900 personas y entidades venezolanas, tenían como objetivo presionar al gobierno del presidente Nicolás Maduro para que saliera del poder, pero no lograron ese propósito.
“Las sanciones contribuyeron a una crisis económica sin precedentes en Venezuela, que provocó la huida de 7,7 millones de venezolanos desde 2015”, se lee en el documento.
También revela que el gobierno del entonces presidente Donald Trump tenía planes de imponer sanciones adicionales a Venezuela en el ámbito financiero, que habrían dificultado aún más el acceso al crédito y al comercio internacional.
Una de las medidas más severas fue la prohibición de negociar con la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que es la principal fuente de ingresos del país.
«Las sanciones de EE. UU. no han sido efectivas para lograr un cambio político en Venezuela y han tenido consecuencias humanitarias negativas para la población venezolana», concluye el informe.
El 18 de octubre de 2023, la Administración Biden emitió licencias para aliviar las sanciones energéticas a Venezuela hasta abril de 2024, después de que Maduro y la oposición firmaran el Acuerdo de Barbados, que incluía una hoja de ruta para la celebración de elecciones competitivas.
El documento contrasta con la postura de algunos miembros del Congreso de EE. UU., que se han mostrado escépticos ante el alivio de las sanciones y consideran que siguen siendo una forma de presionar al gobierno de Maduro.