Caracas.- La embajada de Países Bajos en Venezuela anunció este martes, 13 de diciembre, que ambas naciones están dispuestas a trabajar de forma conjunta en la implementación de una reapertura gradual en las fronteras del Caribe Holandés.
«El Reino de los Países Bajos y La República Bolivariana de Venezuela confirman su voluntad de trabajar conjuntamente en la implementación y ejecución de la reapertura gradual de la frontera entre las partes caribeñas del Reino y Venezuela», publicó la delegación holandesa por medio de la red social Twitter.
En este sentido, precisaron que el Reino holandés y el Gobierno de Venezuela acordaron llevar a cabo «a corto plazo», la Tercera Reunión de Consultas Técnicas en Willemstad, Curazao, donde se tratarán temas pertinentes al comercio marítimo transfronterizo gradual de productos, entre otros puntos no especificados.
En febrero de 2019, por motivos políticos, el gobierno de Nicolás Maduro ordenó el cierre indefinido de las fronteras aéreas y marítimas con las islas de Aruba, Bonaire y Curazao, que forman parte del Reino de Países Bajos.
Para entonces, las razones de la orden consistían en evitar que ingresara a Venezuela un cargamento de ayuda humanitaria almacenando en Willemstad, la capital de Curazao, y que estuvo coordinada bajo el interinato de Juan Guaidó, quien había sido reconocido como presidente legítimo de Venezuela por el gobierno de Holanda.
El cierre se ordenó tres días antes de que iniciaran los envíos de la ayuda almacenada en Curazao, así como en Colombia y Brasil.
Un ABC con altibajos
Las tres islas caribeñas pertenecientes al territorio holandés y Venezuela han tenido una relación escabrosa durante los últimos años, luego de que en enero de 2018, Maduro ordenó el bloqueo de fronteras aéreas y marítimas con las islas, a fin de hacer frente al contrabando de oro y diamantes. El cierre se estableció por cuatro meses.
A lo largo de la historia, la corta distancia entre Venezuela y el grupo de las tres islas denominadas «las ABC del Caribe» jugó un papel fundamental en el exitoso intercambio comercial, alimentado principalmente por turistas venezolanos que gozaban de las bondades de sus playas paradisíacas.
Asimismo, las islas conseguían la mayoría de sus suministros fundamentales a través de comerciantes venezolanos. En paralelo, hasta 2019, operaba una planta de refinería petrolera que se dio en concesión a Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa).
No obstante, la crisis migratoria cambió el panorama, ya que las tres islas comenzaron a formar parte del cúmulo de territorios que recibían a las millones de personas que salieron de Venezuela huyendo de la crisis socioeconómica.
Desde entonces, en Curazao -la isla más cercana a Venezuela- se registraron detenciones de embarcaciones, migrantes irregulares y solicitantes de asilo en centros penitenciarios para venezolanos, donde, según denunció Amnistía Internacional, se registraron importantes violaciones de Derechos Humanos.
En este sentido, Países Bajos decidió retirar el apoyo financiero que otorgaba a Curazao para abordar el flujo de personas indocumentadas y los potenciales refugiados que llegaron desde Venezuela.
Para julio de 2022 se calculaba que en Curazao, al menos 17.000 venezolanos vivían en situación migratoria irregular.
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